A la mitad del camino
¬ Luis Ángel García jueves 2, Sep 2021Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Esta administración llega a la mitad del sexenio con más cuentas a deber que resultados. Después de dos años de decrecimiento económico continuo, una pandemia que deja casi 400 mil muertos y sin una política sanitaria que la contenga, con un país ensangrentado y una sociedad polarizada y estigmatizada por la propia autoridad y sin un programa de gobierno sustentable, los mexicanos tendrán que padecer en el segundo tramo los yerros gubernamentales provocados por la inexperiencia e ignorancia de la 4T.
Ya no pueden echarle la culpa al pasado, ya no se trata de combatir la corrupción de los anteriores, cuando no se ha probado ningún caso y nadie está en la cárcel; más aún, se han evidenciado eventos de corrupción, tráfico de influencias, encubrimiento de personajes que incurrieron en ilícitos del presente que no se han sancionado ni administrativamente, mucho menos en lo penal. Decían que no eran iguales que los otros, parece que son peores. No se puede enarbolar la bandera del combate a la corrupción ni agitarla en señal de su erradicación, cuando todos los días se atestiguan hechos que desmienten la supuesta honestidad de los gobernantes.
La falta de un plan sexenal, de un programa de gobierno articulado, demostró la inexperiencia de los improvisados servidores públicos. Después de casi tres años de régimen, quedó claro que no había la voluntad de instrumentar políticas públicas que satisfagan las demandas sociales, sino construir un proyecto político transexenal basado en el populismo y el desvío de recursos hacendarios a programas asistenciales con un uso electorero. Lejos de fortalecer la economía mediante el empleo y la inversión, se busca establecer un modelo económico setentero que trajo gran retroceso en el pasado.
El crimen organizado amenaza la gobernabilidad y presumió su insultante influencia en este proceso electoral. Desde septiembre de 2020 se incrementó la violencia política en el país; atribuidos al narcotráfico, los homicidios dolosos tuvieron como objetivo eliminar a precandidatos y candidatos a cargos de elección popular, a políticos y dirigentes partidistas, ediles y presidentes municipales, policías y militares, legisladores, jueces y magistrados, incluso ex gobernadores. A esa interminable lista, se deben sumar los secuestros y desapariciones de aspirantes a puestos públicos.
El mismo día de la elección, la delincuencia hizo uso de prácticas intimidatorias que inhibían el voto. Cabezas humanas tiradas en las casillas, secuestro de candidatos o familiares durante el proceso electoral, la imposición de personajes a cargos de elección, lugares donde habían sido “bajados” los candidatos de partidos para presentar sólo al “gallo” de los criminales. No son pocos los analistas que hablan de un “narcoestado”.
Además, la inseguridad es una asignatura pendiente en esta administración. Es el sexenio más violento por el número de homicidios dolosos provocados por la delincuencia organizada, pero también hay un incremento en los feminicidios, la violencia intrafamiliar, los secuestros, los asaltos al transporte público, las violaciones, entre otros rubros del fuero común.
A pesar de la reactivación económica, que se empieza a dar en estos meses, falta mucho en la recuperación del empleo, sobre todo del formal, así como alentar nuevas inversiones y abrir la economía de mercado. Para salir de la crisis -recordemos que tenemos un decrecimiento del casi 9 por ciento negativo- es necesario deshacerse del modelo setentero, donde el Estado intervencionista se convierte en empresario y regula el proceso económico. Ahora hasta gasero es y se niega a aceptar el uso de las energías limpias, a pesar del reclamo de los norteamericanos.
Nada bueno que informar en este tercer informe de gobierno, de no ser un mea culpa.