México violento
¬ Luis Ángel García lunes 30, Ago 2021Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Con más de 90 mil muertos en menos de tres años, México ocupa uno de los peores lugares en el ranking mundial de los países más violentos. Según el Instituto para la Economía y la Paz, la violencia cuesta el 23 por ciento del Producto Interno Bruto y el año pasado sufrió un deterioro del 27 por ciento.
Es claro que fracasó el Plan Nacional de Paz y Seguridad 2018-2024. La política de “abrazos y no balazos” o el acusar a los delincuentes con su mamá o abuelita no ha funcionado y cada vez la población sufre una mayor crueldad generada por el crimen organizado y la delincuencia común, los que han incrementado considerablemente la incidencia delictiva de los ilícitos más violentos.
En la estadística del organismo internacional, con sede en Sídney, los estados con menos indicadores de paz son Yucatán, Tlaxcala, Querétaro, Estado de México, San Luis Potosí, Michoacán, Sonora. Guanajuato, Chihuahua y Zacatecas, entidad que más violencia registró con un incremento del 91 por ciento.
En el país se cometen casi 100 homicidios dolosos diarios, los feminicidios van al alza, contrario a la narrativa oficial hay más secuestros, extorsiones y desapariciones forzadas. El crimen organizado no sólo opera el narcotráfico, se ha diversificado y migrado al cobro por el derecho de piso en el comercio formal e informal, el secuestro exprés, el robo de vehículo y el asalto a casa habitación con más violencia; el asalto al transporte público se hace con armas de fuego y cada día hay más pasajeros muertos.
Más allá del documento que ampara la estrategia de seguridad de esta administración, no existe una política pública de combate al crimen, el cual no sólo se ha incrementado en números absolutos, sino que tiene un alto índice de impunidad, el cual alcanza el 96 por ciento, sin contar la cifra negra que tiene todo ilícito. Calderón declaró la guerra al narcotráfico, lo que desató una violencia inusitada con muchas muertes, pero se capturaron a muchos cabecillas y se desmantelaron bandas; Peña Nieto privilegió la inteligencia y también descabezó varios cárteles, incluso recapturó dos veces al “Chapo” Guzmán fugado inicialmente en la administración de Fox. Pero ahora ni se enfrenta el Estado a los barones de la droga, incluso se les libera, ni se utilizan las nuevas tecnologías o los servicios de inteligencia para combatirlos.
La política de dejar hacer, dejar pasar crea un vacío de poder, debilita la gobernanza y se aleja el país de la paz pública. Un efecto sobre la vida armónica de la sociedad es la violencia, pero son las adicciones las que también generan crimen, ya que el adicto llega a delinquir para obtener la droga. Ese círculo vicioso agudizado por la crisis económica mantiene en un vilo la tranquilidad de la comunidad.
En el segundo tramo de este sexenio se debe dar un golpe de timón para realmente combatir el narcotráfico, ya no se puede seguir echándole la culpa al pasado, el problema es presente y daña nuestro futuro. Esperemos que la militarización que sufre la administración pública tenga una consecuencia positiva, que los soldados y marinos utilicen su poderío en contra de las células criminales para abatirlas y alejar la tentación de organizar las autodefensas o guardias civiles, las cuales son igual de perjudiciales que los ejércitos de sicarios.
El Presidente perderá poder y espacios de gobernabilidad conforme avance su gestión, todavía está a tiempo de corregir el rumbo y no heredar un país dominado por los narcotraficantes. Las nuevas generaciones no lo merecen.