“Harvard y otras enseñan a robar”
¬ Arturo Ríos Ruiz miércoles 25, Ago 2021Centro..!
Arturo Ríos Ruiz
- Once de la 4T, allá lo hicieron
- Falta pensar antes de hablar
En varias ocasiones el presidente ha afirmado: “Imagínense los que han estudiado en Harvard o en otras universidades del extranjero y aprenden a robar, a eso van, o a ayudar a que roben otros y que ellos reciban migajas del botín”.
La frase es muy elocuente y en su mentalidad, la severa afirmación va contra los adversarios principalmente del PRI y del PAN, pero se olvida que su equipo más cercano está plagado de funcionarios que estudiaron en Harvard y otras universidades del mundo. En vista que el mandatario generalizó, ellos entran en la misma calificación.
Engalana la lista la consentida ante los ojos del respetable: Claudia Sheinbaum: tomó ocho cursos en diversos centros de estudios en Estado Unidos, desde 1992 a 1995, que como todos a los que les llegó de rebote la crítica presidencial, debió tragar grueso y sumir la cabeza en un hoyo para desentenderse.
Siguen otros más que suman once, emancipados de la Cuarta Transformación, que están en la lista callada del Presidente “Aprendieron a robar”:
Olga Sánchez Cordero, estudió en la University College of Swansea, de Inglaterra; Marcelo Ebrard, en el École Nationale d´Administration, en París, Francia; Miguel Torruco Marqués, en la Universidad de Cornell, de Nueva York.
Esteban Moctezuma Barragán, en la Universidad de Cambridge, Inglaterra y en Tokio; Luisa María Alcalde, en la Universidad de Berkeley, de California, Estados Unidos. Javier Jiménez Espriú, en el Conservatoire des Arts et Métiers de París.
Josefa Blanco Ortiz Mena, en la Universidad John F Kennedy, Jorge Alcocer Varela, Universidad de Londres, Inglaterra; Román Meyer Falcón, en la Universidad Politécnica de Cataluña en Barcelona y Graciela Márquez Colín, en Harvard.
Hay principios importantes que alguien debería recomendarle al mandatario: “Si no piensas antes de hablar lo más probable es que pierdas la oportunidad para conocer, apreciar y comunicarte verdaderamente.
Otro: ¡Qué fácil es echar leña al fuego, hablar por hablar y decir cosas sin pensar! … son muy dañinos hay que estar consciente de esto y no hablar por hablar.
Pero es una constante que exhibe un defecto contra el representante del gobierno de más de 120 millones de personas, de las cuales 60 por ciento están atentos a los yerros que se difunden en todo el país y allende las fronteras y esa imagen vaga inmisericorde que arranca hilaridad colectiva con sus nocivos efectos.
Los aludidos están para soportar todo hasta la indignidad, pero saben que es el papel que juegan a costa de su deterioro personal y todo indica que así seguirán hasta el final.