Goliat contra David
Armando Ríos Ruiz miércoles 25, Ago 2021Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Quienes han seguido la trayectoria de Andrés Manuel López Obrador, saben que una costumbre suya, arraigada hasta la condición de enfermedad, de acuerdo con todos los psicólogos que han analizado su conducta, es mentir sin siquiera darse cuenta de que, cuando engaña, lo hace en situaciones extremadamente absurdas. Tanto, que la falsedad resulta evidente.
Hace muchos años, ante las elecciones próximas, le preguntaron si contendería para la Presidencia: “a mí que me den por muerto”, sentenció. Más tardó en decirlo que en iniciar sus recorridos por todo el país, en pos de la silla.
Durante estos dos años y medio de su ejercicio presidencial, empresas dedicadas a observarlo aseguran que profiere más de 80 mentiras todos los días en su conferencia mañanera. Repite y repite lo mismo. Muchos dicen que para que su mentira se inserte en el cerebro de sus oyentes y se acepte como verdad y otros afirman que porque se trata de un padecimiento más.
Una de tantas frases que nadie, con dos dedos de frente le cree y que repite cotidianamente, es “la venganza no es lo mío”. Pero la realidad lo desmiente. Se le nota hasta por los poros de la ropa que viste, que quisiera que todos los elementos de la naturaleza se conjugaran a su favor, para meter a la cárcel sin ninguna protesta en contra, a Felipe Calderón. Tuvo el descaro de robarle la Presidencia y debe pagar por ello.
Con dos dedos de frente, cualquiera se da cuenta de que Enrique Peña Nieto, Ernesto Zedillo, Carlos Salinas —el otrora innombrable— y Vicente Fox, son sólo relleno en su afán de presentarlos en las arenas de su circo romano, para que el pueblo sabio presente su pulgar hacia abajo y los condene. En la realidad, el único que verdaderamente le importa es Calderón Hinojosa.
El ex diputado Fernando Belaunzarán declaró que visitó en la cárcel a Rosario Robles y ésta le dijo que regresó a México porque habló con el Presidente y le aseguró que no tenía de qué preocuparse. Que se respetarían sus derechos, pero la engañó. Ahora libra un proceso judicial por presuntos delitos en los que también participaron el ex presidente Peña Nieto y otros. ¿Por qué sólo ella?
Belaunzarán manifestó lo mismo que muchos mexicanos observan, sienten y aceptan como verdad: que mientras el de Tabasco sea Presidente, ningún opositor a su gobierno tendrá garantías de un juicio justo. Se refería al dicho de Ricardo Anaya, de que el mandatario había ordenado una persecución en su contra para meterlo a la cárcel.
El ex candidato a la Presidencia en los tiempos en que Andrés Manuel resultó electo, inició una campaña en las redes sociales en pos de mantenerse en la memoria de los mexicanos, porque desea volver a contender en 2024. En esas apariciones ha dicho verdades que lastiman al gobernante y por lo tanto, debe ser acallado con investigaciones que lo lleven a la cárcel, debido a que fue acusado en otro proceso y además de enriquecimiento ilícito.
Anaya se hizo grabar en un video, en el que acusa al Presidente de querer “fregarlo a la mala”. El Presidente respondió: “la venganza no es lo mío”. Pero hemos sido testigos de que ese dicho sólo funciona para sus familiares en entredicho y para sus colaboradores, exhibidos con pruebas fehacientes de los delitos que han cometido.
Hace un par de días, un medio digital mencionó también que “en sus informes de gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador presume el combate que su administración hace a las prácticas de corrupción que han imperado por años en el sistema político mexicano, sin embargo, su sexenio no ha sido la excepción y, en tres años, han estallado al menos 36 casos que lo asoman como un gobierno no tan transparente”.
El medio de referencia insertó en ese artículo, muchísimos casos en los que se exhiben a empresas del gobierno y funcionarios que no han sido ni serán tocados por la mano del que decide el destino de su país y de sus hombres.