En México, el mayor problema estructural en las viviendas es la humedad
Mauricio Conde Olivares miércoles 25, Ago 2021Hora 14
Mauricio Conde Olivares
Con la previsión de que niños y adolescentes vuelvan a las clases presenciales en agosto, sumada a la pandemia Covid-19, la preocupación de las madres ya no es solo si sus hijos tendrán buenas notas en la escuela, sino también el cuidado con la alimentación y la inmunidad después de más de un año haciendo todas las comidas en casa, con aislamiento social. Esta es la principal preocupación de las madres en la Ciudad de México escuchadas en un estudio realizado en junio de 2021 por DSM, una empresa global de origen holandés basada en la ciencia para la Nutrición, la Salud y la Vida Sostenible.
Con la pandemia, las familias comenzaron a interesarse más en conocer sobre la nutrición en general y la importancia de las vitaminas y otros nutrientes para la salud. Estos elementos se han vuelto más presentes en la rutina de alimentación y cuidado para apoyar el mantenimiento de los sistemas inmunológico y respiratorio, porque son afectados directamente por el Covid-19.
“La vitamina C se convirtió en el protagonista para reforzar las defensas de la población en su conjunto, pero nos dimos cuenta de que el conocimiento de otras vitaminas y minerales, como la vitamina D y el zinc, estaba más presente en el día a día de las familias. Especialmente de los afectados por la enfermedad, ya que comenzaron a buscar más información sobre cómo evitar resultados más graves de Covid-19”, explicó Giovani Saggioro, vicepresidente de Nutrición y Salud Humana de DSM Latinoamérica.
Otro dato interesante obtenido se refiere al cambio en el estilo de alimentación de las familias al inicio de la pandemia, cuando la población creía que el aislamiento duraría de uno a dos meses. En esta etapa, las madres manifestaron ser más permisivas y hubo un aumento en el consumo de alimentos indulgentes, como botanas, dulces y bebidas con alto contenido de azúcar. Además, con los niños en el interior todo el día, también se modificó la cantidad y el horario de las comidas, incluidos los refrigerios no nutritivos entre las tres comidas principales.
El resultado se refleja en la encuesta de la Encuesta Nacional Continua de Salud y Nutrición (Ensanut), realizada por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) entre agosto y noviembre de 2020: el 38% de los niños de 5 a 11 años son sobrepeso y obesidad; entre los adolescentes esta cifra es del 44% y entre los adultos, casi el 74%. Además, la desnutrición en menores de 5 años fue prevalente en el 13,9% de las familias encuestadas.
A medida que pasaban los días y el rápido aumento de casos de Covid-19 en todo el mundo, se comprendió que el aislamiento duraría mucho más de lo esperado. Por tanto, surgió la preocupación por mejores hábitos alimentarios y, sobre todo, el deseo de mantener fortalecida la salud e inmunidad de la familia. Una de las madres entrevistadas afirmó: “Mi atención se centró en fortalecer el sistema inmunológico y el tracto respiratorio de mi familia”.
En esta etapa, según las entrevistadas, se redujo el consumo de productos menos saludables con alto contenido en azúcar y calorías, dando paso a una dieta rica en alimentos naturales, como frutas y verduras. También se ha incrementado la búsqueda de alimentos fortificados y enriquecidos con vitaminas, especialmente aquellos con vitamina C y D, zinc y otros componentes como los lactobacilos probióticos.
Al ser consultadas sobre cómo pretenden continuar con este cuidado ante la rutina de regreso a la escuela, las madres dicen que, al preparar el almuerzo escolar, darán preferencia al uso de envases y utensilios desechables, alimentos naturales hechos en casa y en pequeñas porciones para evitar compartir entre niños y reducir el riesgo de contagio de enfermedades. Entre las madres que optan por comprar bocadillos preparados, la preferencia es por aquellos que estén fortificados con nutrientes, tengan bajo contenido de azúcar y con empaques que no requieran el contacto directo de la mano con la comida.
Según la encuesta “El estado de la seguridad alimentaria y nutricional en el mundo”, publicada en julio de 2021 por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el nivel de desnutrición infantil es alarmante.
“Este problema se vio agravado por la pandemia de Covid-19 y, entre varias acciones y planes posibles para solucionarlo, está la fortificación de alimentos básicos. Actualmente, algunos países ya fortifican obligatoriamente la harina de trigo y maíz con hierro y ácido fólico; la sal con yodo; leche con vitamina D; arroz con vitaminas y minerales entre otros. Muchos gobiernos son conscientes de este beneficio para la salud pública y llevan a cabo acciones y alianzas público-privadas para implementar el enriquecimiento de los alimentos de gran consumo de la población. Este es un camino probado, seguro y eficiente, y que puede ser adoptado por la industria alimentaria en general para mejorar el perfil nutricional de sus productos”, enfatizó Saggioro.
Se realizaron seis rondas de entrevistas en profundidad con 18 madres residentes en la Ciudad de México. Se dividieron en tres grupos de madres consideradas más tradicionales en la alimentación de sus hijos y otros tres grupos formados por aquellas que prefieren la practicidad y buscan alimentos listos para consumir, pero que sean ricos en vitaminas. El estudio fue realizado por Anagramma – Shopper & Consumer Insights a pedido de DSM.
Por otra parte, le comento que el Presidente Andrés Manuel López Obrador volvió a hablar sobre la utilización de 12 mil millones de dólares que dispone el Fondo Monetario Internacional para México.
Indicó que son fondos que le corresponden al Gobierno de México del Fondo Monetario Internacional. Todos los países miembros van aportando a este fondo y ahora se decidió hacer una distribución, un reparto en el mundo de más de 600 mil millones de dólares, y a México le corresponden, al Gobierno de México le corresponden 12 mil 500 millones de dólares.
Nosotros, señaló, tenemos que entregar esos fondos al Banco de México. En todos los países -o en casi todos- esos fondos llegan directo a los gobiernos; aquí, por mecanismos que se han establecido, los fondos los maneja o llegan al Banco de México; sin embargo, son fondos del Gobierno de México.
Explicó que se está haciendo una gestión, un trámite, con las autoridades del Banco de México para que esos fondos los utilice el gobierno para pagar deuda, “que todos los fondos se utilicen con ese propósito”.
Dijo que todavía no se hacen las cuentas, pero se lograrían ahorros porque esto va a significar una disminución, sobre todo en el pago del servicio de deuda, en el pago de intereses y ayuda a la hacienda pública.
“No se van a utilizar esos recursos para ninguna otra actividad, sino para el pago de deuda, para seguir manteniendo una política de deuda baja, con el propósito de que tengamos una hacienda pública sana, fuerte. Esto ya se percibe en todo el mundo, que México tiene finanzas públicas sanas, que, como no se veía en décadas, no ha habido devaluación de nuestra moneda, tenemos ingresos suficientes de recaudación por el pago de contribuciones a pesar de la pandemia”, sostuvo.
Está llegando inversión extranjera -agregó- como no sucedía también en muchos años; este semestre fue histórico en cuanto a ingresos por inversión extranjera.
“También se está recuperando la economía después de la pandemia, ya todo mundo acepta que vamos a crecer este año seis por ciento. Se están recuperando todas las actividades productivas, en fin, vamos bien y por eso esos recursos se van a utilizar para el pago de deuda”, finalizó en este tema en el que difiere diametralmente con los directivos del Banco de México.
En otro orden de ideas, le participo algunos de los principales resultados de la Encuesta Nacional de Vivienda (ENVI), 2020, que ayer dio a conocer el Inegi.
En México, el mayor problema estructural que se presenta en las viviendas es la humedad o filtraciones de agua con 44.2%, seguido de grietas y cuarteaduras con 40.8%. Las entidades con mayor frecuencia en este tipo de problemáticas son Tabasco, Yucatán, Campeche y Chiapas.
De las viviendas propias, 58.5% tiene la necesidad de realizar algún arreglo o remodelación y 58.1% requiere hacer una construcción o ampliación de espacios. Chiapas, Guerrero, Tabasco y Oaxaca tienen los porcentajes más altos en necesidad de hacer alguna construcción o ampliación (82.5, 81.2, 80.2 y 77.8% respectivamente).
Se indagó en todas las viviendas del país la necesidad de adaptar espacios para personas con alguna discapacidad y se encontró que 12.9% precisa poner pasamanos, 12.8% poner rampas, 12.3% adecuar baños y 9.9% ampliar puertas.
Del total de hogares en el país, en 21.1% (7.6 millones) alguno de sus integrantes necesita o está planeando rentar, comprar o construir una vivienda. En total se contabilizan 8.2 millones de viviendas requeridas.
En 3.1 millones de viviendas reportaron dificultades económicas para solventar los pagos relacionados con la vivienda (crédito de vivienda o problemas con el pago de renta) derivado del impacto por la Covid-19; empero, lo anterior será motivo de posterior análisis en otra entrega de Hora 14.
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