Para modificar la Constitución, Morena tendrá que buscar votos en otros partidos
Miguel Ángel Rivera lunes 23, Ago 2021Clase Política
Miguel Ángel Rivera
Una vez que la Comisión de Prerrogativas y Partidos Políticos del Instituto Nacional Electoral (INE) aprobó la cantidad de diputados de representación proporcional tendrá cada partido nacional sobreviviente, se puede apreciar porqué Morena y sus rémoras se esforzaron tanto por tratar de sacar adelante un periodo extraordinario de las dos cámaras del Congreso de la Unión para tratar de sacar adelante las reformas legislativas que tanto le interesan a su líder y guía, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
En efecto, se comprobó que Morena y asociados no alcanzan la mayoría calificada necesaria para reformar la Constitución.
En el hipotético caso de que se presenten todos los diputados a una sesión donde se discuta un asunto trascendente -lo cual prácticamente nunca ocurre-, se requerirán 334 votos para alcanzar una mayoría calificada, cifra que está muy lejos para Morena y sus rémoras (PT y PVEM) que sólo tendrán 278 legisladores (55.6 por ciento), por lo que no alcanzarían la mayoría calificada en la Cámara de Diputados.
En el caso de la Cámara de Senadores, cuyo número no varía, se requerirían 85 de 128 legisladores para lograr dicha mayoría. Al término de la LXIV Legislatura -la que terminará funciones el 31 de agosto- Morena sumaba 62 y sus aliados del PVEM y PT seis cada uno y 4 el PES, que perdió su registro, pero mantiene su representación en la llamada Cámara alta en total, 78, que tampoco alcanzan para una mayoría calificada.
Estas cifras son de tenerse en cuenta porque seguramente serán confirmadas hoy en sesión del Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE), para revisar y, probablemente, ratificar las estimaciones de su Comisión de Prerrogativas y Partidos Políticos, cuyo integrantes aprobaron por unanimidad ese dictamen mediante el cual se asignaron las diputaciones de representación plurinominal. Morena tendría 76 legisladores de esta categoría; PAN, 41; PRI, 40, y MC, 16; PVEM ó 12; PRD, 8, y PT 7.
Sumados los distritos ganados por mayoría, Morena, con 122 distritos, llegaría a un total de 198 legisladores; PAN, con 73 distritos, sumaría 114; PRI, con 30 distritos, llegaría a 70; PVEM, con 31 distritos, tendría 43 curules; PT, con 30 distritos, 37; MC con 7 distritos, 23 diputados, y PRD, con 7 distritos, tendría 15.
Vale precisar, en conjunto, Morena y sus aliados PVEM y PT sumarían 278 diputados, cantidad insuficiente para aprobar reformas a leyes constitucionales. En cuanto a la oposición, PAN, PRI, PRD y MC reunirían 222, que tampoco les facultan para cambios de fondo, pero sí les permiten impedir que el otro bloque pueda moverse con total libertad.
Aumentan de valor los votos del PVEM, MC y hasta los del PRI
Ante este previsible panorama, el presidente López Obrador admitió que su administración tendría que negociar con partidos que, por el momento, no forman parte de la coalición que sustenta la llamada Cuarta Transformación e inclusive señaló que una fuente probable sería el otrora invencible Partido Revolucionario Institucional (PRI), donde el ahora primer mandatario inició su carrera política.
Esta declaración hizo suponer que el presidente conserva buenas relaciones en su original instituto político, pero los malpensados presumen que el gobierno de la llamada Cuarta Transformación tiene reservados gruesos expedientes de acciones y actividades de figuras notables del priismo que podrían traducirse en acciones judiciales en contra de sobresalientes personajes de la administración pública.
Los instrumentos de coerción no son necesarios únicamente contra partidos abiertamente de oposición. Muchos analistas advierten que la presión será necesaria sobre quienes aparecen ahora como aliados de Morena.
Por ejemplo, el desafuero del diputado Mauricio Toledo, quien a partir del 1 de septiembre tendrá nuevamente la protección judicial por tratarse de un diputado reelecto, puso en evidencia que la alianza del PT con la 4T no es absoluta, como se demostró con la ausencia de uno de sus representantes en la Comisión Permanente, que no se apareció en el momento en que más se necesitaba para alcanzar la votación calificada para convocar al periodo extraordinario donde se discutiría la Ley Reglamentaria de la Revocación de Mandato que tanto le interesa al presidente López Obrador.
Pero sin un solo voto del PT resultó definitorio, esto le concede mayor valor a los sufragios que debe aportar el PVEM, con una representación mucho más numerosa. Aliado, en sus momentos, del PRI y del PAN cuando estaban al frente del gobierno federal, el llamado partido Verde ha dejado constancia de que sabe hacer valer las posiciones que tiene en el Congreso y se presume que también las cobrará a buen precio a la llamada Cuarta Transformación.
Otra fracción parlamentaria cuyo valor se ha incrementado de manera exponencial es la de Movimiento Ciudadano (MC), cuyo líder nacional, el ex gobernador veracruzano Dante Delgado Rannauro, tuvo el tino de comprometerse con ninguna de las dos principales coaliciones y optar por una tercera vía.
Hasta ahora, MC se ha alineado con el bloque opositor que impidió, por ejemplo, convocar al tercer periodo extraordinario que tanto urgía al presidente López Obrador, pero nada le impide tomar un rumbo distinto, pues no forma parte orgánica de la oposición que hasta ahora se ha mantenido como un solo bloque.
Nada impide, tampoco, el salto de los “chapulines”
Lo anteriormente expuesto se refiere a los grupos parlamentarios, pero también se puede dar el hecho de que los futuros diputados y hasta los actuales senadores decidan dar el cambio a otra fracción.
Este fenómeno no es nuevo en el Congreso mexicano. De hecho tiene nombre, aunque un tanto peyorativo, pero eso no detiene a los legisladores electos que encuentran perciben un mejor futuro al saltar a otro partido. A los que cambian de bando se les conoce con el nombre genérico de “chapulines”.
A pesar de que la siguiente legislatura todavía no entra en funciones, ya se dio el primer “salto” de un futuro diputado a otro partido, distinto del que lo postuló.
Se trata del diputado reelecto Francisco Javier Huacus Esquivel y lo más notable es que se separa la coalición gobernante para pasar a las filas de la oposición, como parte de la muy disminuida representación del PRD. Este legislador salió de las filas del PT bajo el argumento de que en la pasada elección del 6 de junio hubo la intromisión del crimen organizado, situación que atribuyó al éxito de Morena en la entidad y la falta de protección del gobierno federal a las familias de la región de Tierra Caliente.
Esto indica que el legislador por Michoacán ha hecho suyas las denuncias del gobernador de ese estado, el perredista Silvano Aureoles, quien realiza una peregrinación nacional e internacional, ante autoridades locales y extranjeras para denunciar la creciente influencia del crimen organizado.
En este mismo sentido, el dirigente nacional del PAN, Marko Cortés Mendoza, anunció que realizará una gira de trabajo de dos días a la capital de los Estados Unidos, a partir de hoy 23, con el propósito de denunciar ante la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) diversos temas que considera atentan en contra de la democracia y ponen en peligro las instituciones, la libertad y pluralidad del país.
El objetivo de presentar esta denuncia en estas instancias internacionales por parte de los presidentes de la coalición “Va Por México” es sentar un precedente y presentar una relatoría sobre la amenaza que significa la intervención del crimen organizado en el sistema democrático, sobre el hostigamiento a las instituciones y la persecución política de los opositores.
Este último punto se verá reforzado por el anuncio del ex candidato presidencial del PAN -en alianza con el PRD- Ricardo Anaya Cortés de que saldrá o salió del país como consecuencia de la persecución en su contra atribuida al gobierno de la llamada Cuarta Transformación.
Anaya Cortés aseguró que la denuncia en su contra tiene como finalidad frenar sus aspiraciones de participar en la contienda presidencial de 2024.
En respuesta, el presidente López Obrador dijo que si Anaya es inocente, debe presentarse ante las autoridades. “La venganza no es mi fuerte”, sostuvo el primer mandatario.