Se va o se queda
Freddy Sánchez jueves 19, Ago 2021Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Qué tantas ganas tiene de irse el Presidente.
Esa podría ser la primera pregunta de quienes están interesados en saber: ¿Si le será revocado o no el mandato a Andrés Manuel?
Porque esto segundo, en opinión de varios analistas y gente común, es una pregunta que ni se pregunta, ya que el Presidente logrará con amplitud conseguir el consenso para quedarse.
Sólo algo absolutamente negativo para su administración sexenal, se encargaría de poner los números en su contra el día de la consulta de revocación: cosa que es poco probable.
Lo relacionado con la pandemia está sujeto a la incisiva observación social, en especial de los críticos del gobierno de la 4T y fustigadores de las tareas públicas encargadas del manejo sanitario con motivo de la crisis de salud, pero si haber errado el cálculo de la mortandad hablando de un máximo de sesenta mil cuando que estamos por rebasar los trescientos mil muertos, no bajó rotundamente la aprobación presidencial, qué otra eventualidad sería capaz de hacerlo.
La popularidad de Andrés Manuel, independientemente de si existe satisfacción social en la lucha contra la corrupción del pasado y el presente, la persistencia de los grupos criminales, igual o cada vez más violentos que en el pasado, tácitamente no ha sufrido merma.
De una moderada fluctuación hacia arriba o hacia abajo, por encima casi invariablemente de cincuenta o sesenta por ciento de aprobación, las encuestas de evaluación para el Presidente no cambian a expresiones de aceptación o rechazo diferentes.
Por alguna razón, sea o no lógica los votantes a favor del primer mandatario, conservan su confianza en él, a pesar de que en el ánimo colectivo existen menos intenciones de aprobación con respecto a distintos órdenes de gobierno.
Pero la cuestión es que Andrés Manuel (que se autoproclama el Presidente más criticado de la historia), habiéndolo sido en distintos momentos, por una parte de la sociedad y de algunos medios de comunicación, es también el que mayormente ha conservado a lo largo de una gestión sexenal el apoyo incondicional de la mayoría de quienes lo llevaron al poder.
Y como los que simpatizan con el Presidente parecen seguir constituyendo una mayoría electoral, es de suponer que eso le garantiza al jefe del Ejecutivo no perder en la consulta de la revocación de su mandato.
Por eso es que, los que tildan este proceso como una pose presidencial para recibir la aclamación de sus seguidores, consideran inútil el gasto que deberá hacerse para dicha consulta.
Lo cierto es que se trata de una disposición legal, aprobada después de que Andrés Manuel llegó al poder y eso propicia una polémica entre los que atribuyen el mandato legal como una manipulación del propio Presidente al saberse ampliamente apoyado por una parte de la sociedad y por lo mismo, interesado en manejar esta situación electoralmente a su favor y de su proyecto político, aunque los que aprueban la consulta refutan de dolosa esa afirmación al decir que en huésped de Palacio Nacional sólo cumple con lo que prometió en su campaña.
Así que, no es que el Presidente se quiera ir y dejar el mando que con tanto trabajo pudo conseguir, sino que absolutamente seguro de que pasará con éxito la consulta de revocación y podrá cumplir su periodo de seis años, algunos piensan que lo que en realidad quiere es de seguir poniendo en evidencia a sus adversarios políticos.
Y en ese sentido, seguirse refiriendo a ellos como una infame caterva de políticos corruptos y desvergonzados que no soportan estar lejos de los grandes negocios del poder. Algo que los opositores y críticos del Presidente consideran el gran cuento sexenal que le ha permitido a Andrés Manuel, encubrir las corruptelas y torpezas de su propio gobierno. En esas aguas pues flota o se sumerge la incertidumbre presidencial acerca del se va o se queda.