El hombre-dios que gobierna
Armando Ríos Ruiz miércoles 18, Ago 2021Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Sabemos que el presidente López carece de capacidad para reconocer que cometió un error. Condición que sólo corresponde a los dioses mitológicos. La mayoría con comportamientos demasiado humanos, como el caso de Zeus, la deidad más importante del Olimpo. Autoridad máxima de los hombres y calificado por algunos como “cruel, despiadado, caprichoso, despreciable, lujurioso y alguna que otra vez, benevolente”.
Pero de regreso a México, y concretamente a la Presidencia, el mandatario mexicano había dicho que el regreso a clases presenciales era inminente. ¡Lloviera o tronara! Esto fue interpretado por todos los mexicanos, tirios y troyanos, como una imposición. Como una postura caprichosa. Dictatorial. Como las que expresa siempre que se refiere a una de sus iniciativas, ya sea en las cámaras o en su mente, cuando discurre hacer algo contra viento y marea, aunque sea descabellado.
En la mañanera de ayer contestó una pregunta referente al regreso a clases. Sorprendió su desistimiento, cuando dijo que no será exigida a los padres de familia una carta responsiva al enviar a sus hijos a las aulas, mediante la cual quedarían comprometidos a hacerse responsables, precisamente, de lo que pudiera ocurrirles. Dijimos en este espacio que esta era una exigencia de las autoridades escolares, seguramente dictada por el mismo mandatario.
Pero como para tirar la piedra hay que esconder la mano, otro funcionario se encargó de dar a conocer el compromiso que exigía la dichosa carta.
Para variar, echó culpas a otros. Dijo textualmente: “nosotros aquí tenemos que enfrentar esta concepción burocrática, autoritaria, que se heredó del período neoliberal. Entonces ¿ustedes creen que yo tuve que ver con la carta? Pues no, fue una decisión abajo, si me hubiesen consultado, hubiese dicho no, somos libres, prohibido prohibir”.
¿Y lo de que irían a clases a fuerzas? ¿Llueva o relampaguee? ¿Por qué no señaló a su secretaria de Educación, que fue quien anunció la firma de la responsiva? ¿Qué tiene que ver la señora Delfina con semejante decisión arbitraria ni con el pasado? Sólo la orden que recibió.
No reconoce sus errores por nada. Siempre hay quien tiene que pagar por ellos. Para eso está el pasado lleno de neoliberales que no supieron gobernar como él y sólo él ha sabido hacerlo. Con ese tino preciso que siempre da en el negro, porque hasta hoy no ha logrado asestar al blanco.
Menos sería capaz de reconocer que la prensa profesional también ha difundido hasta el cansancio, con todos los argumentos inteligentes a su alcance, el peligro que representa exponer a los niños, principalmente, a contagios inevitables, hoy que han aparecido contaminados con el virus terrible en todos los rincones de México. Hoy que hasta la provincia está infectada de muerte, más que nunca. Nos consta a muchos provincianos.
Y para morderse los labios, manifestó además que no será obligatorio firmar la carta. Está en contra de esa medida, porque significa una concepción AUTORITARIA.
Seguramente midió la voluntad de los padres de familia, resistente a enviar a sus descendientes a zonas peligrosas que no ofrecen ninguna seguridad. ¿Quién quiere enviar a sus vástagos a donde hay riesgos? Con toda seguridad, ni sus enamorados, que darían gustosos la vida por él, pero que no están locos para exponer la vida de sus herederos.
¿Y cómo estarán las escuelas de mal, de deterioradas, convertidas en focos infecciosos, para haber reconocido que se trabaja con denuedo para que queden en condiciones de higiene aceptables? Lo señaló él mismo.
Ayer habló de los medios que antes recibían su pensión. Nada mencionó de los que hoy hacen lo mismo, dedicados a alabarlo y a halagarlo. Nada tampoco de los inventados periodistas que van a sus mañaneras a cambio de un sueldo.