La tercera ola de la pandemia
¬ Augusto Corro viernes 13, Ago 2021Punto por punto
Augusto Corro
A media semana, México rebasó los 3 millones de contagiados por Covid-19 y el número de decesos llegó a 246 mil 203.
Sin embargo, la población continúa con sus actividades como si la pandemia fuera cosa del pasado.
Tenemos o tuvimos un semáforo sanitario que se manejó conforme a los intereses de las autoridades.
Con el pretexto de no hundirnos más en la crisis económica se reabrieron las actividades y se relajó la aplicación de las medidas sanitarias.
Las vacunas no representaron la tabla de salvación esperada. Aún no son inmunizados amplios sectores de la población.
Y mientras no estemos todos vacunados, el riesgo de contagios continuará. Además, tenemos la amenaza de la variante Delta con mayor facilidad para multiplicarse.
En la Ciudad de México sus habitantes, una gran mayoría, realiza sus actividades como si se encontraran en una nueva normalidad.
Las principales avenidas volvieron a llenarse de automóviles en las horas pico. El centro regresó a las aglomeraciones.
Transeúntes con una vacuna o el tratamiento completo dejaron descansar los cubrebocas y pocos se acuerdan de guardar la sana distancia. Nadie quiere quedarse en casa.
Del confinamiento nadie se acuerda. De ahí que las plazas comerciales y comercios este repletos de ávidos compradores.
Ya es más común la realización de fiestas y la asistencia a antros y a bares.
Claro, el relajamiento de las medidas sanitarias ante la Covid-19 que no cede, los resultados arrojan más muertes y contagios.
No nos queda otra alternativa que la de aplicar la experiencia que adquirimos en más de un año de pandemia.
Ignorarlo es poner en riesgo nuestra vida y de quienes nos rodean.
El regreso a las aulas
Nadie en su sano juicio rechazaría el regreso a clases presenciales.
Todo mundo sabe el daño que provoca la falta de convivencia de los niños en las escuelas.
En fin, urge que se realice el retorno a clases presenciales, pero tiene que hacerse con total seguridad para los menores.
Si no es así, mejor será esperar que pasen estos tiempos difíciles.
¿Quién garantizará el cumplimiento de las medidas sanitarias para evitar que el contagio alcance a los niños?
Todos los maestros deberán estar vacunados y con su cubrebocas. Los salones de clases tendrán que lucir limpios, ventilados, con los espacios suficientes para el desarrollo de las actividades.
Uno de los graves problemas que enfrenta el regreso a clases presenciales es la tercera ola de la Covid-19 que ataca con toda su fuerza destructora.
No se trata, pues de un juego. Es una pandemia en la que nuestra vida corre peligro.
Quizá la incertidumbre del retorno a las aulas obedezca a la poca confianza de los ciudadanos hacia las autoridades.
Es necesaria una comunicación objetiva por parte del gobierno a la población que aleje cualquier pensamiento de incertidumbre.
¿Cómo regresar a clases presenciales, cuando en algunas ciudades todavía no saben cómo enfrentar la pandemia?
La idea de las autoridades educativas es que los alumnos vuelvan a la escuela a partir del 30 de agosto, llueva, truene o relampaguee.
Si, pero que el retorno se realice con las medidas de seguridad necesarias. Los niños no deben exponerse al contagio. De no tener la protección adecuada y responsable, mejor quedarse en casa.
Los centros escolares que fueron saqueados, desmantelados, abandonados, deben estar en condiciones para las labores escolares.
No olvidar que la tercera ola de la pandemia, con sus variantes, la Delta entre ellas, continúa incontenible.
¿Usted qué opina amable lector?