La necesidad de un nuevo plan de defensa para los mexicanos
¬ Mauro Benites G. jueves 12, Ago 2021Municiones
Mauro Benites G.
En gira presidencial, por el estado de Chihuahua, en Ciudad Juárez, AMLO inauguró un cuartel de la Guardia Nacional: ceremonia impecable luciendo uniformes y armas de alta calidad con disciplina cada uno de los elementos, en contraste con que esta misma guardia los vemos en las escenas televisivas en los estados de Michoacán, Guerrero, Chiapas y otros lugares de nuestra República. Ahí vemos y confirmamos que no hay un programa o plan único de actuar en defensa de los mexicanos.
Independientemente de los múltiples diagnósticos que pueden hacerse del problema de la violencia -asi lo anota mi amigo Isidoro Gerson-, lo cual es muestra de la diversidad de criterios y posiciones al respecto, lo cierto es que la creciente ola de inseguridad que afecta al país está socavando la legitimidad institucional y la credibilidad de la sociedad en el sistema político en su conjunto. Es indudable que, detrás del aumento de la criminalidad y la violencia, hay factores coyunturales que se combinan con una serie de problemas estructurales, como la pobreza, el desempleo, la desintegración familiar y una marcada ausencia de valores éticos en amplios sectores de la sociedad. Asimismo, hay plena coincidencia en los varios diagnósticos de la situación, cuando se identifica como principales razones de los altos niveles de delincuencia, la corrupción en los diferentes sectores y niveles del sistema de seguridad pública y justicia penal, así como el involucramiento de algunos de sus integrantes en actividades y en organizaciones delictivas; la impunidad; la ineficacia de las instituciones encargadas de prevenir, perseguir y reprimir el delito en sus diversas manifestaciones; la falta de una política integral y coherente para el combate de la criminalidad, que tome en cuenta las características de los fenómenos delictivos y sus transformaciones, tanto en el plano nacional como en el internacional; la ausencia de un programa de prevención general de la delincuencia y la falta de oportunidades laborales y educativas y, en general, una escasa movilidad social que deriva en una grave situación de desigualdad.
Todo lo anterior muestra que la solución de este problema debe ser integral y requiere, ante todo, una visión de Estado que trascienda intereses y perspectivas particulares. En tanto no logremos adoptar un enfoque integral para enfrentar esta situación, la delincuencia seguirá aprovechando los espacios vacíos y aumentando su capacidad organizativa.