Más pobres
Alberto Vieyra G. martes 10, Ago 2021De pe a pa
Alberto Vieyra G.
La pandemia del coronavirus se ha convertido en el monstruo que causa terribles estragos en vidas humanas y en las economías del mundo con magnitudes exponenciales que podrían provocar peligros estallidos sociales ante los alarmantes aumentos de desempleo, hambre y pobreza.
Ese es el terrible diagnostico que dan diversos organismos internacionales, entre ellos la OCDE y la CEPAL que urgen a los gobiernos tomar medidas urgentes para echar a andar un nuevo orden social que evite conflagraciones en el mundo, como lo pronosticó hace una década el economista francés, Thomas Piketty en su libro El Capital en el Siglo XX en el que recomienda reducir la brecha entre ricos y pobres para evitar estallidos sociales.
La CEPAL reveló en marzo pasado que, durante 2020, la pandemia arrojó en América Latina un total de 209 millones de pobres, esto es 22 millones más que en el 2019. Prácticamente no hay ninguna nación Latinoamericana que escape de generar más pobres, a razón de la pandemia. Así, por ejemplo, en México se elevó a 70.9 millones de pobres por ingreso, es decir el 56.7% de la población mexicana. Durante 2019, México registra un aumento de 3.8 millones de pobres de acuerdo con números duros dados a conocer por el Coneval la semana pasada y refutados inmediatamente por el inquilino de Palacio Nacional, Andrés Manuel López Obrador quien atajó dicho estudio diciendo que “yo tengo otros datos”, los que por supuesto nunca mostró, como es su costumbre cuando le pisan los callos.
Sabemos que AMLO aumentó con propósitos electoreros, la cobertura de apoyos sociales a 23 millones de compatriotas a los que da dádivas ultrajando con ello la dignidad de los compatriotas y sobre el particular el Coneval también arremetió contra esa inservible estrategia gubernamental para combatir la pobreza. Dijo en el diagnóstico el Coneval: “Los apoyos sociales no pueden generar beneficios a largo plazo, nunca. Solucionan, a medias, los problemas inmediatos de las familias, pero no les generan riqueza ni a ellos ni al Estado mexicano”.
Cuánta razón tiene el Coneval. Lo que urge en México y en América Latina es crear infraestructura para que los gobiernos generen condiciones para el desarrollo de los pueblos y para crear empleos que se traduzcan en salarios dignos y suficientes para crear el tan cacareado bienestar familiar que tanto añoran millones y millones de personas, que hoy ven un futuro sombrío e incierto.
Ciertamente que en México la cuestión económica se agravó con la pandemia, pues desde que AMLO comenzó a cobrar como Presidente, la economía se desplomó a cero por ciento de crecimiento en el PIB y ese desplome ha sido brutal en los últimos 2 años en que el país ha perdido por lo menos 10 millones de empleos y le ha pegado con tubo a la llamada economía informal en la que miles de mexicanos se han visto ante el dilema de desafiar al coronavirus o morir de hambre.
Al ritmo que vamos podríamos cerrar el sexenio de AMLO con casi 80 millones de pobres, es decir unos 10 millones más que los dos últimos sexenios. Así que hay razones suficientes para que el voto de los mexicanos en las próximas elecciones presidenciales sea con la cabeza y no con el corazón. ¿Vale la pena seguir premiando con nuestros votos a los gobiernos tragas de gorra?