Los fabricantes de armas se burlarán de México
¬ Luis Ángel García viernes 6, Ago 2021Por la Derecha..!
Luis Ángel García
México abrirá un nuevo frente en la relación bilateral con los Estados Unidos. La cancillería anunció que se entabló una demanda en tribunales americanos en contra de fabricantes de armas por negligencia que causa daños a nuestro país. El gobierno federal solicita que cese de inmediato la producción del armamento diseñado -según la SRE-, para el “narco”, lo que provoca violencia y muerte dentro de nuestras fronteras. Difícilmente prosperará la petición e indemnización solicitada. Los negociantes, la Asociación Nacional del Rifle y los congresistas verán con sarcasmo la postura mexicana que quiere responsabilizar a los armeros de un problema que debemos resolver aquí.
La demanda mexicana es contra empresas como Smith & Wesson, Barrett Firearms, Beretta, Colt’s Manufacturing Co., Glock Inc. y Sturm Ruger & Co., a las que culpa de equipar a los sicarios y provocar daños por 10 mil millones de dólares, por lo que solicita México una indemnización para mitigar la pérdida de vidas humanas y las consecuencias económicas del narcotráfico.
El comercio ilegal de armas es uno de los negocios más productivos del crimen organizado, la propia Cancillería reconoce que 250 mil armas cortas y largas pasan anualmente por las fronteras terrestres y marítimas que resguardan las autoridades aduanales mexicanas. No sólo son las pistolas, rifles semiautomáticos o municiones que vienen de la Unión Americana el problema, también lo es el equipo que llega de otros lados como los “cuernos de chivo” -muy socorridos por los sicarios-, de manufactura soviética y otro tipo de armamento proveniente de Italia, Alemania o Israel. No se puede satanizar a los fabricantes americanos cuando las propias fuerzas armadas nacionales compran rifles semiautomáticos a esos proveedores.
El conflicto no sólo es la entrada ilegal del armamento, también se abastece el crimen organizado de las armas que se reportan como robadas o extraviadas, sin usar, a las corporaciones policiales, las cuales entraron lícitamente al país. Mientras no se acabe realmente con la corrupción aduanal y en las áreas de compras y asignación de los gobiernos, el tema de la violencia continuará, más allá de la procedencia del equipo letal, sea americano o no. Curiosamente las fuerzas armadas se preparan para hacer una compra millonaria de fusiles semiautomáticos a los mismos proveedores demandados para combatir precisamente al tráfico de drogas. El hecho de que una nueva responsabilidad de los cuerpos castrenses, especialmente los navales, sea la administración y vigilancia de los puertos y garitas, no garantiza que se acabe el trasiego de armas, a pesar del discurso oficial sobre la incorruptibilidad de los militares.
Por su parte, en EUA a los fabricantes de armas no les quita el sueño la amenaza legal de sus vecinos sureños, como tampoco inquieta a los armeros -que son los que realmente facilitan el contrabando-, y mucho menos a la Asociación Nacional del Rifle, la cual tiene mucha ascendencia entre los republicanos e influye bastante en la política de la Casa Blanca. La estrategia jurídica del gobierno federal, lejos de encontrar adeptos del otro lado del Río Bravo, seguramente unirá a los congresistas de ambos partidos que se solidarizarán con el libre comercio de las armas y recordarán a México que debe hacer solo su trabajo en casa, sobre todo ahora que rechazó la ayuda de la Iniciativa Mérida.
Es loable que se pretenda reducir el ingreso ilegal de armas a nuestro territorio, pero para que eso tenga éxito se necesita una política pública de seguridad que busque causas internas y las combata de manera eficaz. Esperemos que esta postura del gobierno no sea otro distractor para eludir temas que afectan de manera inmediata a la población como las adicciones, más allá del enfrentamiento entre cárteles rivales.