El pleito como alimento
Armando Ríos Ruiz miércoles 4, Ago 2021Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Al presidente López lo domina un prurito enfermizo por el pleito. Diariamente busca un cuadrilátero y sin que espere el elegido, lo sube. Como el bravucón que sin avisar dirige un “descontón” a cualquiera que encuentra en la calle y experimenta placer en derribarlo, aunque lo haga sin avisar.
Aun cuando se supone que un gobierno, se trate del país de que se trate, lo es para todos sus habitantes, hoy en México es diferente. Desde el comienzo de la presente administración eligió a parte de la población como blanco. Como si hubiera anticipado que le haría falta alguien con quién liarse a golpes todos los días. Encontró al enemigo en los supuestos neoliberales, fifís, conservadores, catrines, periodistas, etcétera.
Últimamente agregó al INE, al que quiere desaparecer o transformar y quitarle a los actuales directivos, porque no se pliegan a sus decisiones caprichosas. Nombraría en su lugar funcionarios obedientes a su mandato, como también desea prorrogar la estancia del presidente de la Suprema Corte, para tener todo el aparato gubernamental pendiente de sus mínimos deseos.
Entonces, a ver quién lo para rumbo a sus propósitos de permanencia en la Presidencia hasta que sus huesos ya no le permitan sostenerse. Seguramente, la modificación de las leyes a su entender, a su capricho, también le permitirá designar a su sucesor, como ha ocurrido en países que hoy son su modelo indiscutible, como Venezuela y Cuba.
Anteayer lanzó un reto a la oposición, de que se reagrupe y llame a votar en la revocación de mandato, el año entrante. Obviamente, no ha cesado en afirmar que en el evento del domingo, fueron sus adversarios los que impidieron la presencia de votantes y lo convirtieron en un revés estrepitoso para él.
Tal vez para la revocación de mandato se siente bastante seguro de ganar “de calle”, como se dice popularmente. Toda vez que el senador Ricardo Monreal ya avisó que presentará una iniciativa de ley para regular este proceso que, entre otros puntos, contempla que se hará realidad en su inicio, con “al menos tres por ciento de los ciudadanos inscritos en la lista nominal de electores y 27 estados que representen ese porcentaje, cada uno.
El suceso del domingo pasado servirá como muestra para que en 2022, también sea necesario 40 por ciento del listado nominal de votantes, para que el resultado sea vinculatorio y se declare la revocación. Igualmente, serán necesarios casi 40 millones de votos, que el Presidente actual, el realmente más votado en la historia de México, no obtuvo en su elección.
Aun así, muchos mexicanos creen que será posible juntar una votación de ese tamaño, ya que a la fecha y antes de cumplir tres años al frente del gobierno de México, López Obrador se ha desdibujado, aunque las encuestas digan que tiene arriba de 50 por ciento de preferencia de la población, que sólo sus chairos que no tienen empacho en hacerse llamar con el mote afeminado de “amlovers”, le creen sin ninguna duda.
Como dice un analista político. “¡por favor, déjenlo que siga como va! ¡Pelándose con todo mundo y haciendo las barbaridades cotidianas! ¡Esto lo aparta cada día de la simpatía de los mexicanos!
Se refiere, claro, al pésimo trato que da a todos los problemas que padece México. Al trato inhumano a los enfermos de cáncer. A la pandemia que ha situado a México en cuarto lugar de pésimo trato en todo el mundo. A las dádivas a otros países de millones de dólares, mientras aquí faltan para medicamentos. A la economía, menguada desde antes de la aparición del Coronavirus y a tantos otros problemas.
La votación del domingo significó una práctica que le permitirá idear una estrategia infalible. Aunque el número de votos que se necesitarán para declarar la revocación de mandato, ya es de por sí elevadísima. A esto habrá que agregarle otros ingredientes que sólo el que manda conoce o está por conocer.