La farsa del domingo
Armando Ríos Ruiz viernes 30, Jul 2021Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Si muchos no supiéramos que la consulta del domingo, dizque para enjuiciar a ex presidentes −que por cierto, nada tiene de eso−, es seria y efectivamente servirá para el propósito que se divulga, seguramente la totalidad de los mexicanos acudiríamos entusiasmados a votar a favor.
La verdad es que sólo se trata de una de tantas ocurrencias del más ocurrente de los presidentes que ha tenido nuestro país, que no servirá para nada, sino para mantener a sus enamorados con buen sabor de boca y con algo qué decir a sus enemigos. A los que no creen en el redentor del sureste.
Por lo que he visto en las redes sociales, están completamente seguros de que después de la consulta habrá juicios contra quienes en su momento causaron muchos males a México. Invitan alegres, felices, a presenciar los sacrificios en la guillotina de nuestro máximo mandatario. Sólo que tendrán que permanecer en una espera muy larga, porque ni siquiera el último, Enrique Peña Nieto, el más corrupto del que se tenga memoria, será llevado al cadalso.
Además, ¿quién entiende la pregunta que redactó la Suprema Corte para dar paso a este circo ideado por el presidente López y que a pesar de su altísimo costo, de 528 millones de pesos, no servirá más que para decir a los seguidores que él hizo un esfuerzo para enjuiciar a los últimos cinco ex presidentes, pero los mexicanos no acudieron a dar el sí?
Si el teatro representara una comedia seria, verdadera, seguramente no habría mexicano que no acudiera a la función. Los mexicanos han quedado bastante dolidos con el papel desempeñado por cada mandatario en su turno. A través de los años se ha hecho el mismo comentario: que todos llegan sólo a saquear y se largan impunes y con los bolsillos y sus cuentas repletos.
El periódico El Financiero realizó una encuesta, mediante la que encontró que 77 por ciento de los mexicanos votaría a favor de que se inicie un proceso para esclarecer las decisiones tomadas por los ex presidentes. Pero además encontró también que sólo a 31 por ciento de los encuestados les interesa acudir al llamado a participar en la consulta popular. Por lo tanto, el dinero que se invierta será tirado a la basura, como le encanta a nuestro Primer Magistrado.
La encuesta de El Financiero dice también que 30 por ciento está interesado en emitir su voto sobre el tema y 18 por ciento no muestra mucho interés. 19 por ciento considera quedarse en casa y 2 por ciento no sabe nada de lo que pasa en este país y menos en torno a sus ex presidentes.
Se ha dicho hasta el cansancio que para que la consulta sea vinculante, es necesario que la participación total sea de 40 por ciento de la ciudadanía inscrita en la lista nominal de electores. O sea, casi 40 millones de votos que no obtuvo el actual Presidente cuando fue electo. El mismo mandatario sabe que difícilmente llegará al nivel buscado. Quizá ingenuamente espera ver lo contrario.
Pero también se entiende que los morenistas, los más entusiastas en acudir a la farsa y a convertirse en parte de ella, votarán a ciegas. Si no saben a ciencia cierta de qué se trata, sino que únicamente aprecian de manera vaga, que se habla de un juicio que no lo será, menos están capacitados para descifrar el galimatías en que la Corte convirtió la pregunta.
El Presidente consintió en un gasto que mejor hubiera sido aprovechado en muchos otros rubros, tan elementales como necesarios. Simplemente en la compra de medicamentos para rescatar de la muerte a los niños enfermos de cáncer. Pero nos ha hecho ver, cada día con más fuerzas, que la muerte de otros es lo que menos le importa.
A este respecto, sólo ha hecho lo que siempre: engañar. Ha dicho que ya hay medicinas suficientes. Pero se trata de una argucia más. Por más que se esfuerzan, los enfermos, los verdaderamente necesitados, no las encuentran en ningún lugar. Escuchan siempre: “hace más de dos años que no nos surten nada”.