Consulta ciudadana
Armando Ríos Ruiz lunes 26, Jul 2021Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Durante los últimos días se han escrito cientos de miles de líneas en las computadoras que, si se asentaran en papel, como antes, para estar a tono con el lenguaje presidencial, sumarían muchas toneladas, sobre la consulta ciudadana para enjuiciar a los últimos cinco ex presidentes, desde Carlos Salinas a Enrique Peña Nieto, que representa un depósito millonario más en el banco de la basura, de este gobierno que, por lo visto, tiene dinero de sobra para botarlo.
Pero ¿qué son poco más de 500 millones de pesos en una consulta de este tamaño, tan importante, para que, luego de conocerse el resultado, todo quede como antes, con el impedimento constitucional de enjuiciarlos -con excepción de Peña Nieto-, por presuntos delitos que ya prescribieron?
¿Qué importa tirar más dinero en un país en donde, si algo sobra es numerario a manos llenas? ¿Acaso no inició esta administración con la novedad de tirar el oro y empeorar la economía mexicana con un ejemplo digno de imitarse, como borrar del mapa un aeropuerto que llevaba más de la tercera parte de construcción?
Lo inundaron y vendieron lo que ahí quedaba como fierro viejo. Si tanto quiere el Presidente a los pobres, los hubiera invitado a llevarse lo que ahí había. Venderlo les hubiera redituado muchos millones de pesos. Había cobre que se compra a buen precio, además de otros artículos que también cuestan mucho. Pero todo se vendió a costo de remate.
¿En el caso que nos ocupa, ¿por qué mejor no ideó una consulta al mismo estilo de la que hizo para acabar con el aeropuerto de Texcoco, que competiría con los mejores del mundo, cuyo proyecto ganó un premio mundial de ingeniería; que sería orgullo de México y que repondría su costo en tiempo más o menos corto, de acuerdo con estimaciones de los expertos?
Ya dijimos que el dinero es lo que menos importa en este país. Pero de todas formas abundaré. ¿Por qué gastar más de quinientos millones en una consulta que no servirá de nada, cuando pudo realizar una encuesta con unas decenas de acarreados y luego decir que fueron los millones de votos que necesita para volver a cruzarse de brazos a idear otro distractor?
¿Es posible que se le acaben las ideas para mantener el delirio de sus simpatizantes, que no necesitan gran cosa para aplaudir cualquier ocurrencia que ponga en práctica? He visto en las redes sociales el gran entusiasmo de sus seguidores, que aplauden a rabiar la consulta del domingo entrante, como si tuvieran la promesa de que serán convertidos en altos funcionarios de la 4T. Pero la verdad es que lo hacen con mucho placer, porque se trata de su dios terrenal.
Pero, de acuerdo con los grandes expertos en el manejo de las matemáticas, no se alcanzará el número de votos para el propósito que busca el Presidente. Se requiere 40 por ciento del listado nominal, o 37 millones de personas a favor del juicio y de acuerdo con el mismo gobierno, siete millones de conciencias más de las que votaron a favor de López Obrador cuando lo eligieron Presidente de los mexicanos.
¿528 millones de pesos costará al tabasqueño averiguar si la mayoría de los habitantes de este país lo quieren? ¿O desea a lo mejor indagar si la votación lo anima a modificar la Constitución para perpetuarse en el Poder? Para lo último, cualquier precio sería poco. Aunque no cabe duda que en algunos estados, por cierto los más atrasados, lo adoran y se tirarían a un precipicio si él lo pide. He visto también el entusiasmo con el que muchos invitan a ir a las urnas.
Alguien me dijo que en las elecciones intermedias, la 4T ganó en estados del norte. Lo que quiere decir que el país entero ya es morenista. Pero no ganó la supuesta izquierda. Como leí por ahí: “ganó la intimidación, los levantamientos y los asesinatos de 90 candidatos, para advertir que había que ceñirse al capricho. A las órdenes. Al mandato de los sicarios.