La Boa y Pegasus
Freddy Sánchez martes 27, Jul 2021Precios y desprecios
Freddy Sánchez
“Información es poder”…
Lo único menos cierto es que alguien que sepa algo o lo mande investigar, no quiera usarlo para conseguir algún bien o evitarse un mal.
Desde una posición de mando comúnmente se busca conocer cualquier cosa que sea provechosa para prever y enfrentar riesgos.
Cómo podría decirse que “el Presidente lo sabe todo” (dicho categórico de Andrés Manuel), sin contar con un selecto grupo de personas de confianza que actúen como sus informantes y estos a su vez cuenten con una amplia fuente de información para tener al corriente al jefe del ejecutivo de lo que sucede o pudiera suceder.
El conocimiento oportuno de información suele ser de vital importancia para el buen funcionamiento de un gobierno. Nada extraño sería pues que por distintos medios en la actual administración se procediera a indagar qué es lo que resulta de primer orden comunicarle al Presidente.
Y en torno a ese proceso indagatorio es inevitable pensar que pudieran actuar quienes están autorizados legalmente para ello y otros que no lo estén quizás igual podrían hacerlo intentando hurgar en asuntos diversos en círculos distintos para conocer lo que hacen actores sociales, tanto de la política como de sector civil en general. Según lo dicho oficialmente: el gobierno actual no espía a nadie, porque quienes están en el poder no son iguales que sus antecesores.
Lo que más allá de creerlo ciegamente o no, resulta inevitable suponer que pudiera haber quienes en alguna posición oficial no necesariamente se sujeten a las nuevas políticas gubernamentales.
Porque, a fin de cuentas las labores de inteligencia en ciertos casos se prevén y permiten en la ley y por lo tanto, al realizarlas podrían cometerse excesos y conductas no precisamente aprobadas legalmente por una autoridad competente.
Como en tiempos anteriores, los jueces pueden autorizar actos de espionaje sobre presuntos responsables de delito, sujetos a investigación, lo que es absolutamente apegado a las disposiciones en vigor. Pero, Lo que antes se hacía en la Secretaría de Gobernación y se afirma que ya no se hace, algunos podrían seguir haciéndolo extraoficialmente.
Hubo en el pasado de esta institución, la sospecha de que por instrucciones de uno de sus titulares se contrataba servicios de chicas atractivas en restaurantes para que dejándose seducir por políticos y empresarios hicieran de sus “niditos de amor” al mismo tiempo lugares de espionaje para tener controlados a los espiados.
Mito o realidad, es evidente que la información que llega a manos de autoridades competentes, acerca de personajes de interés por parte de agentes del gobierno, debe conseguirse de algún modo.
Y en ese aspecto, el espionaje institucional que se atribuye a regímenes pasados, no sólo es una evidencia de que tal cosa es verdad, sino que por estricta que sea una prohibición para espiar, en cualquier tiempo, en el ejercicio de un gobierno, sea cual fuere su afiliación política, es poco creíble que no haya interesados en ofrecer información que pudiera ser “oro molido” para compradores y vendedores.
Una pregunta podría hacerse al respecto: cómo fue que en esta administración las autoridades tuvieron conocimiento de un supuesto plan de hombres de negocios y otros representantes de la sociedad para sabotear a la 4T. Aquel famoso escándalo bajo qué medios de espionaje pudo salir a la luz para llegar hasta el conocimiento de Andrés Manuel.
Un misterio que debería aclarase ahora que se investigará un nuevo espionaje con el presunto involucramiento de funcionarios del pasado. Y así que a la par se logre saber quiénes fueron los espías en los distintos casos de la Boa y Pegasus.