Enfrentamos la tercera ola de contagios
¬ Luis Ángel García lunes 26, Jul 2021Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Consecuencia de la mala estrategia sanitaria de las autoridades de salud y de la irresponsabilidad social, México enfrenta la tercera ola de contagios más grande desde principios de año y un repunte en los decesos por coronavirus. Contrario a lo que pronostica el discurso oficial, la realidad muestra que no se ha controlado la pandemia a pesar del programa de vacunación; el falso regreso al semáforo verde alentó el relajamiento del comportamiento social y la no observancia de las normas mínimas de la prevención.
El arribo tardío del gobierno al combate pandémico y su reticencia a promover la cultura de la sana distancia, del uso de cubrebocas, del lavado constante de manos y la negativa a hacer obligatorio el confinamiento social provocó la muerte de más de trescientos mil mexicanos. Si bien es cierto que nuestro país fue de los primeros en adquirir el antígeno, no se diseñó una estrategia eficaz para su distribución y aplicación. Más con fines políticos y electorales, el régimen inició la inoculación en los sectores clientelares de la 4T, no sin dificultades para cumplir con su propia meta de vacunar a 800 mil personas diarias; a la fecha rebasan solamente las 500 mil aplicaciones. Lejano se ve el objetivo de atender a toda la población con cuando menos una dosis para octubre.
Los perversos intereses electorales también precipitaron el regreso a un semáforo verde sandía -verde por fuera y rojo por dentro-, para que la gente saliera a votar, además de que pensaron sería suicida para la economía volver al confinamiento obligatorio o al cierre de actividades productivas. Sin embargo, resultó peor el remedio que la enfermedad o como dijeran las abuelitas, salió más caro el caldo que las albóndigas. Las autoridades no han querido reconocer que nunca se domó la curva de contagio y que no ha sido eficaz su estrategia de vacunación, pero no tienen argumentos para convencer a la gente de que se quede en casa sin afectar las actividades económicas si ellos no ponen el ejemplo; además, hay una cerrazón a otorgar subsidios, diferir el cobro de impuestos o apoyar a las empresas. Recordemos que los recursos públicos no son para invertir o apoyar al emprendedor o crear un seguro de desempleo, sino para distribuir miles de millones de pesos en la gente improductiva pero leal a la 4T. Llevamos dos años en recesión y no se ve por donde salir del atolladero.
Ese discurso engañoso de que vamos muy bien en la economía y en el programa de vacunación ha provocado que millones de ciudadanos salgan a la calle como si no pasara nada: sin cubrebocas, sin respetar la sana distancia y sin medidas mínimas de higiene personal. Volver a una supuesta vida cotidiana ha sido el peor error, lo que ha hecho que vivamos un repunte en contagios y fallecimientos; no entienden que debemos adaptarnos a una nueva normalidad. Así como es irresponsable pretender el regreso a las clases presenciales, lo es el comportamiento ciudadano que rechaza vacunarse, organiza fiestas masivas, asiste a las chelerías clandestinas, hace uso del transporte público sin medidas de higiene, abarrota los almacenes subyugados por las ofertas y se va de vacaciones a destinos que están en verdaderos semáforos rojos como Cancún o Los Cabos.
Las autoridades no van a hacer nada por preservar la vida de sus gobernados, los hospitales alcanzan otra vez su máxima capacidad, pero ellos dicen que sólo suben los contagios, esperemos que el destino no nos alcance.
No sé que es más criminal, si la actitud del gobierno o el irresponsable comportamiento social. Nadie hará nada por nosotros, la solución está en uno mismo.