Alrededor de 6,253 personas viven con trastornos de la coagulación
Elsa Rodríguez Osorio, Salud lunes 26, Jul 2021Cápsulas de la salud
Elsa Rodríguez Osorio
- El cáncer de cabeza y cuello es más común en hombres que en mujeres
En México, cerca de 6,253 personas viven con algún trastorno de la coagulación y no hay acceso a tratamiento oportuno y eficaz, pues tan sólo el 25% de las personas que padecen hemofilia en el mundo reciben tratamiento adecuado. La doctora Marilyn Mendoza, Novo Nordisk afirma: “Cuando el cuerpo sufre una lesión se forma un coágulo de sangre que detendrá la hemorragia, proceso al que se conoce como hemostasia. Para que la sangre coagule, el organismo necesita células llamadas plaquetas y proteínas conocidas como factores de la coagulación. Un trastorno o desorden de coagulación se da cuando no se tienen suficientes plaquetas o factores de coagulación o éstos no funcionan bien”. Algunas personas nacen con estos trastornos que afectan su capacidad de lograr la hemostasia. La mayoría de estos trastornos son hereditarios. Los de mayor prevalencia son la hemofilia congénita y la deficiencia en el factor VII de la coagulación. La doctora Berenice Sánchez, hematóloga pediatra y asesora de la Federación de Hemofilia de la República Mexicana, explicó: “La hemofilia es una enfermedad hemorrágica hereditaria, crónica y letal que ocasiona discapacidad grave y se caracteriza por la falta de los factores de la coagulación VIII (hemofilia tipo A) o IX (hemofilia tipo B), debido a un defecto en los genes que se encuentran localizados en el brazo largo del cromosoma sexual X. Las mujeres son las portadoras de la hemofilia y se manifiesta clínicamente en los varones. En México, aproximadamente 5,532 personas viven con hemofilia y esta cifra se duplica debido al subregistro de la enfermedad.” El principal problema para las personas con hemofilia son las hemorragias internas, sobre todo en músculos y articulaciones. Los pacientes sangran más tiempo cuando tienen una herida y en los casos severos pueden tener hemorragias espontáneas o posteriores a traumatismos leves, especialmente en rodillas, tobillos y codos. Estas hemorragias pueden ser tan graves que incluso llegan a poner en peligro la vida”. Con tratamiento y cuidados adecuados, las personas con hemofilia pueden llevar una vida normal. Sin tratamiento, su vida se torna casi imposible, ya que esta condición causa dolor atrofiante, daños severos a las articulaciones, discapacidad y muerte temprana.
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“Cáncer de cabeza y cuello” es el término que se utiliza para describir diferentes tumores malignos que se desarrollan en la garganta, la laringe, la nariz, los senos nasales y la boca o alrededor de ella. GLOBOCAN 2020, México registró 1,500 nuevos casos de cáncer de labios y cavidad oral en todo el país y más de 586 muertes por esta causa. Asimismo, durante el mismo año se contabilizaron 1,029 casos nuevos de cáncer de laringe y 658 decesos por este tipo de cáncer.
Comienza en las células escamosas planas que forman la capa delgada de tejido en la superficie de las estructuras de la cabeza y el cuello. Hay 5 tipos: cáncer de laringe e hipofaringe, de cavidad nasal y seno paranasal, nasofaringe, cáncer oral y orofaríngeo, de glándulas salivales. La mayoría ocurren en personas mayores de 45 años y son más comunes en hombres que en mujeres. Silvia Peralonso Bombin, directora médica asociado para MSD oncología, explica que los factores de riesgo son el consumo de alcohol y tabaco. También la infección por los tipos de virus del papiloma humano (VPH), betel quid, exposición a la radiación, infección por virus de Epstein-Barr, exposición al polvo de madera, sustancias industriales y de construcción. Los síntomas se manifiestan en áreas específicas de la cabeza y el cuello. En la cavidad oral se advierte un parche blanco o rojo en las encías, la lengua o el revestimiento de la boca; hinchazón de la mandíbula, y sangrado inusual o dolor en la boca. En la garganta: dificultad para respirar o hablar, dolor al tragar, dolor en el cuello o la garganta dolores de cabeza frecuentes, dolor o zumbidos en los oídos, o problemas para escuchar. Laringe: dolor al tragar o dolor de oído. Senos paranasales congestionados que no se despejan; infecciones crónicas que no responden a tratamientos; sangrado por la nariz; dolores de cabeza, inflamación de ojos; dolor en los dientes superiores; o problemas con las prótesis dentales. Glándulas salivales. Hinchazón debajo del mentón o alrededor de la mandíbula, adormecimiento o parálisis de los músculos en la cara, dolor en la cara, en el mentón o en el cuello. El tratamiento incluye: cirugía radioterapia, quimioterapia, terapia dirigida, inmunoterapia o una combinación de diferentes tratamientos.