Políticos indecentes
Freddy Sánchez martes 20, Jul 2021Precios y desprecios
Freddy Sánchez
La historia de un doctor que hizo cautivos a sus enfermos para poder vivir de ellos toda su vida, suele ser muy parecida a una de las formas preferidas para el uso y el abuso del poder en México.
Veamos por qué: el galeno decidió después de muchos años confiar a su hijo (también médico), la atención de sus pacientes para darse unas vacaciones de tres meses. Y a su regreso escuchó algo que lo perturbó terriblemente.
El hijo le anunció con gran orgullo que había logrado curar a todos sus enfermos, lo que provocó un reproche mayúsculo del progenitor. Algo así le dijo: pero, cómo pudiste acabar con el patrimonio familiar.
No es que yo no pudiera dar la cura a mis pacientes, los ayudaba a mitigar sus dolencias y les solucionaba ciertos males, pensando en no atender algunos otros para que regresaran a recibir mis consejos médicos, lo que permitió pagar tus estudios y ha sido la fuente de nuestros ingresos económicos de toda la vida. Cosa que tú has arruinado por falta de buenas entendederas para evitar que aquello que te sirve nunca se acabe. Dime entonces: ¿debo felicitarte por el grave daño que nos hiciste?.
Lo mismo, pues, suelen hacer aquellos políticos prestos a atender las necesidades sociales, siempre que esto no signifique perder la opción de una continua manipulación electoral entre los demandantes de apoyo institucional para atender sus mínimos requerimientos de bienestar.
La anécdota de un Jefe del Departamento del Distrito Federal, (antes de que se constituyera legalmente el Gobierno de la Ciudad de México), podría dar una clara muestra de la mentalidad de quienes usan del poder para ganarse votantes por mucho tiempo.
Resulta que en cierta ocasión, el secretario particular del funcionario le comentó que los representantes de una colonia popular solicitaban audiencia para darle las gracias por la solución al problema del drenaje en las calles de su lugar de residencia y querían saber si como se les había prometido, lo siguiente sería dotarlos de alumbrado público.
La respuesta fue en estos términos: coméntales que les agradezco su visita, que comenzaremos ahora mismo las gestiones para cumplir nuestra promesa, pero al responsable de la dotación del alumbrado dígale que después de unas semanas les haga ver que será necesario esperar unos meses y cuando lleguen las futuras elecciones entonces que los convenza de votar por el partido a cambio de seguir gestionado lo del alumbrado público.
Algo que suelen hacer no pocos políticos entre sus apoyadores electorales. Sólo les dan un poco de lo que les hace falta para el bienestar y con eso se aseguran de que sigan dando su respaldo electoral a los representantes de tal o cual partido que llega al poder y se las ingenia para mantener mucho tiempo una buena cuota de simpatizantes electorales.
Tal parece que al igual que el doctor referido anteriormente, su política es la de mitigar gradualmente los padecimientos sociales, sin curarlos del todo y así seguir manteniendo bajo su control electoral a los demandantes de agua, drenaje, pavimentación, alumbrado público, bacheo y reparación de calles y avenidas, entre otros servicios públicos fundamentales.
En ese mismo contexto, cabe señalar que los programas de apoyos social suelen surtir el mismo efecto, en tanto los que reciben alguna clase de ayuda logran cierta mejoría en sus vidas, aunque jamás se les facilite la posibilidad de lograr por sí mismos el financiamiento de su bienestar general, puesto que eso significaría correr el riesgo de perderlos como sujetos de manipulación electoral.
Dicho de otro modo: mientras haya pobres no tan agobiados por sus carencias, gracias a las “generosas” ayudas oficiales, lógicamente habrá una amplia reserva electoral a favor de los políticos que se vistan como grandes benefactores de esos demandantes de solidaridad, a los que para no dejar de tenerlos “en la bolsa” hay que darles sólo un poco de lo que necesitan para que permanentemente correspondan con sumisión a esa ayuda.
Así las cosas, habrá que ver entonces qué tanto se logrará en este sexenio apartarse de la recurrencia de los lucros indebidos de políticos indecentes.