Dos opciones para el frente opositor
Ramón Zurita Sahagún viernes 16, Jul 2021De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Los dos partidos que gobernaron el país, desde la Presidencia de la República, antes del arribo de Morena y del partido de izquierda que antecedió a Morena, se encuentran firmes para mantenerse unidos en bloque en la Cámara de Diputados y formar un contrapeso a la alianza del Movimiento Regeneración Nacional con el Verde y el Partido del Trabajo.
La intención es la de resistir al máximo y evitar que la alianza de Morena penetre entre sus representantes y les arrebate los votos necesarios para una reforma constitucional, donde se requiere el 66 por ciento de los sufragios, aunque también se comienza a analizar la posibilidad de mantener la alianza entre el partido de derecha, el de centro y el de la izquierda hasta la elección presidencial de 2024.
Claro, que para ello se necesitaría encontrar un candidato o candidata con el que se pueda establecer dicho convenio, pero que al mismo tiempo sea capaz de asumir la ideología de los tres partidos de distinta formación e incluso de otros más que se sumen a la convocatoria.
La oferta es muy tentadora y atractiva, ya que se anticipa que la nominación del candidato o candidata de Morena provocará fracturas al interior del partido, por la gran carga política que tienen varios de los hoy suspirantes.
El mejor escenario que podría darse para la oposición es que se confirme la postulación de Claudia Sheinbaum, para atraer a alguno de los otros prospectos que cuentan con seguidores y que no estarían dispuestos a quedarse con los brazos cruzados ante una posible imposición.
Dos son los personajes que estarán siendo monitoreados y llegado el momento serán tentados con la posibilidad de encabezar una gran alianza con la que podrían colmar sus aspiraciones.
Los dos (hombres) personajes en cuestión han manifestado su interés en ser partícipes en la sucesión como, ya que han sido los más abiertos en el tema proclamado por el propio Presidente de la República.
Saben que sus años dentro de la actividad política los han dotado de una serie de amarres y seguidores y que ante la escasez de prospectos en la oposición ellos serían los idóneos para competir en igualdad de circunstancias y hasta de provocar un golpe fulminante a la Cuarta Transformación.
Los dos han pasado por etapas difíciles en su caminar político y desde hace tiempo han manifestado su interés por competir por la presidencia de la república, aunque también han mostrado su conformidad al bajarse de la posibilidad para no afectar al postulado.
Sin embargo, en esta ocasión no parece será así, por lo que están dispuestos a llegar hasta lo último como prospectos de Morena, pero en el caso de no resultar los nominados, buscar otras rutas que los lleven a colmar sus aspiraciones y ambiciones políticas.
No hay necesidad de dar sus nombres, pues son sumamente conocidos. Uno de ellos anunció que disputaría la candidatura al actual presidente en 2006, tiempos en los que Andrés Manuel López Obrador mostraba una gran fortaleza y era considerado como el favorito para asumir la Presidencia de la República. El otro, seis años después se anotó para disputar con el mismo López Obrador la nominación de la izquierda, pero se hizo de lado al ser rebasado en las encuestas que realizó su partido. Doce años antes, había renunciado a su candidatura al gobierno del Distrito Federal a favor del tabasqueño.
La ventaja con que cuentan ambos y que se le hace atractiva a la oposición es que ambos han navegado por distintas fuerzas políticas y conocen, de cierta forma, las entrañas de esos partidos que ahora los pueden apoyar y que serían PRI, PRD, Verde y MC y, tal vez, si hay una buena negociación hasta sumar al Partido Acción Nacional.
Las apuestas por las candidaturas presidenciales ya están abiertas, al igual que las especulaciones.