Los que se quedaron con las ganas
Ramón Zurita Sahagún jueves 8, Jul 2021De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Son tiempos de sucesión, aunque demasiados adelantados, pero la ciudadanía debe entretenerse con algo y nada mejor para ello que la especulación, las apuestas, las descalificaciones y las exaltaciones de virtudes de los personajes que alzan la mano o que son incluidos por otros en el juego que todos jugamos.
Los mexicanos somos muy apegados al tema de la sucesión presidencial, no es exactamente que nos guste analizar los pros y contra de cada uno de los mencionados en la sucesión presidencial o reflexionar, meditar o teorizar sobre ellos y lo que pueden ofrecer al país y a la población. El elemento discusión es principalmente llamativo.
El asunto de la sucesión presidencial a tres años de distancia, parece demasiado tiempo, pero arreciará en algunos días y en otros habrá de desinflarse, depende de lo que haga cada uno de los involucrados.
Las encuestas se dispararán y saldrán a relucir los vicios y defectos de estos personajes, al tiempo que las bondades y virtudes de otros u otras serán maximizadas.
El tema se encuentra en el tapete de las discusiones y algunos de los personajes que alzaron la mano o fueron lanzados al ruedo saldrán tatemados, cuando se resuelvan los nombres de los candidatos y candidatas que disputarán la Presidencia de la República.
A lo largo de las décadas de los sexenios una serie de personajes se lanzaron por mutuo propio o fueron involucrados como aspirantes presidenciales y al no ser el elegido se hundieron en el abandono de la clase política.
Se sintieron privilegiados, hechos a mano y algunos de ellos reaccionaron con prepotencia, altanería y vanidad ante el supuesto designio que nunca ocurrió, por lo que fueron marginados en su gran mayoría.
Desde la sucesión de Miguel Alemán que se jugó con la figura del “tapado”, el entonces regente de la ciudad, Fernando Casas Alemán creyó que la candidatura del entonces poderoso e invencible PRI recaería en él. Se preparó la propaganda, se alistaron sus seguidores y de la nada apareció Adolfo Ruiz Cortines con la bendición presidencial. Casas Alemán se empequeñeció y desapareció del mapa político.
Adolfo Ruiz Cortines dejó correr la especie de que su sucesor sería Gilberto Flores Muñoz, el llamado Pollo, al que se acercaron multitudes de simpatizantes, quien con asombró vieron que el presidente designaba su sucesor a su tocayo Adolfo López Mateos. 18 años transcurrieron para que Flores Muñoz se reintegrara a la política en un cargo secundario, director de la Comisión Nacional de la Industria Azucarera.
Donato Miranda Fonseca, secretario de la Presidencia del gobierno de López Mateos era un influyente funcionario al que siguieron multitudes con la creencia de que sería el candidato presidencial. Con desencanto vieron que Gustavo Díaz Ordaz resultó el nominado. Donato dedicó el resto de su tiempo a ejercer la abogacía.
Díaz Ordaz fintó con el secretario de la Presidencia, Emilio Martínez Manatou, aunque el candidato fue Luis Echeverría Álvarez y el doctor Martínez Manatou se fue a la banca, hasta que lo rescató López Portillo y lo hizo secretario de Salud y gobernador de Tamaulipas.
Luis Echeverría confió en su viejo amigo de la juventud, José López Portillo, dejando a Mario Moya Palencia en calidad de favorito y con toda la propaganda y los cuadros de militantes estancados.
López Portillo designó candidato a Miguel de la Madrid Hurtado, dejando sin oportunidad a Jorge de la Vega Domínguez y hasta a Javier García Paniagua, que se había incluido dentro de los aspirantes.
De la Madrid siempre supo que Carlos Salinas sería su sucesor, por lo que Manuel Bartlett se quedó vestido y alborotado como sus seguidores. Bartlett supo colarse y mantenerse disciplinado con lo que se mantuvo vivo políticamente.
Luis Donaldo Colosio fue el primero de los candidatos del PRI “destapados” por Salinas y a su muerte surgió Ernesto Zedillo Ponce de León. Nunca figuró en su esquema Manuel Camacho Solís que tenía todo listo para ser candidato.
Zedillo se quedó sin candidatos y hubo de designar a Francisco Labastida que decepcionó y perdió en las urnas el monopolio priista.
Vicente Fox tenía listo a Santiago Creel, pero se le adelantó Felipe Calderón Hinojosa y Creel como Moya Palencia y Bartlett se quedó vestido y alborotado.
Calderón tenía todo dispuesto para que Ernesto Cordero fuese el candidato del PAN; pero Josefina Vázquez se antepuso y le ganó en la interna del PAN.
Por el otro lado, Enrique Peña Nieto dejó sembrado a Manlio Fabio Beltrones y su decisión seis años después fue nefasta, José Antonio Meade, dejó paralizado al favorito de todos los priistas, Miguel Ángel Osorio.
Ganó en las urnas Andrés Manuel López Obrador, el que podría equivocarse al decidir a su candidato a sucederlo. Veremos qué pasa.