El cáncer de la apatía
Freddy Sánchez jueves 1, Jul 2021Precios y desprecios
Freddy Sánchez
El desabasto de los medicamentos en nuestro país (que afecta gravemente el bienestar de los niños con cáncer, entre otros enfermos reclamantes de medicinas para curarse), no puede atribuirse a culpables imaginarios, cuando se tiene a la vista a los responsables reales de este mal.
Lo anterior podría suponerse al haber salido a relucir una acusación hacia supuestos intereses extranjeros de la derecha para propiciar un clima con afanes golpistas contra el gobierno de México.
Una afirmación hecha por el subsecretario de Salud, el doctor López-Gatell, en una reunión con caricaturistas, difundida por el Canal 22 de televisión.
El médico predilecto de la 4T aseguró que los niños con cáncer y sus padres han sido objeto de manipulación para que al quejarse de sus males despierten la animadversión contra el gobierno.
Una acusación que le costó a López-Gatell un sinnúmero de críticas por parte de legisladores, intelectuales, representantes sociales y, por supuesto, padres de los niños enfermos con cáncer.
La credibilidad en lo dicho por el alto funcionario de Salud cobró vida y se expandió rápidamente en redes sociales y simpatizantes del gobierno actual, pero tuvo, como contrapeso, una desbordada suspicacia y rechazo en otro sector de la sociedad.
Y es que en verdad cuesta trabajo creer en la existencia de una conjura internacional de la derecha para socavar el poder de la 4T y si algo así está sucediendo, lo menos que se esperaría es que se exhibieran pruebas que lo acrediten. Porque el mismo presidente López Obrador ha dicho que lo que cuentan son las pruebas.
Algo más que razonable y necesario en los tiempos que corren, debido a la andanada de acusaciones mutuas entre diversos actores políticos y sociales que con un “dedo flamígero” hacen imputaciones a diestra y siniestra, sin importar a cuantos ajenos a culpa alguna pudieran lastimar.
Como ocurrió con la denunciada la influencia del crimen organizado en las elecciones pasadas, dándose lugar a señalamientos de que las mafias tomaron prácticamente el mando en distintos estados del país, después de haber dado su abierto apoyo a futuros representantes populares.
Quienes a su vez, en respuesta a sus incriminadores, les imputaron las mismas culpas relacionando sus gobiernos con los grupos de la delincuencia organizada.
De modo, que la ligereza al acusar se ha hecho de lo más común en el ejercicio burocrático administrativo y de ahí que algo por el estilo se haya hecho presente en el caso de la problemática de salud con los niños con cáncer y sus padres, invadiendo las calles para denunciar que las autoridades médicas de plano no les resuelven sus reclamos de abastecimiento oportuno de las medicinas.
Ante lo cual, más allá de las elucubraciones sobre una posible conjura internacional de la derecha contra el gobierno de Andrés Manuel, lo que se antoja más creíble es que un grupo poderoso y corrupto influye y controla un amplio sector farmacéutico siendo el responsable de la escasez de los medicamentos.
Y ante la afirmación oficial de que esos especuladores están detrás del boicot que afecta la salud, no sólo de los niños enfermos de cáncer, sino de quienes sufren otros padecimientos, es inevitable preguntar por qué no se actúa con todo rigor para sancionarlos.
Como pareció que ocurriría con esos pomposos empresarios evasores de impuestos que al saberse en riesgo de ir a la cárcel, corrieron a pagar sus contribuciones e incluso lo hicieron por adelantado.
En ese contexto se podría llegar a la conclusión de que antes de seguir pensando en conjuras extranjeras, lo que el gobierno debería hacer es actuar contra los enemigos visibles de la sociedad que en el terrero de la salud incurran en abusos que atenten contra la vida. Y para ello sólo hay que curar el cáncer de la apatía.