Las amenazas de Mario
Armando Ríos Ruiz miércoles 30, Jun 2021Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Hace unos días, el líder de Morena, Mario Delgado, hizo un vaticinio temerario. Dijo con seguridad, que a Silvano Aureoles, gobernador de Michoacán, lo espera la cárcel. Lo acusó de mantener vínculos con el narcotráfico y sostuvo que el mandatario “acusa de esto mismo a Morena, para tratar de desacreditar al movimiento y al gobernador electo en ese estado”.
Prácticamente desde que comenzó la actual administración, ha corrido el rumor de que en efecto, hay complicidad, pero del gobierno. Este comentario ha crecido entre gente especial y entre la gente común que también piensa con acierto, porque no es difícil hacer deducciones a partir de ciertos indicios.
Con la liberación de Ovidio Guzmán López, hijo de “El Chapo” Guzmán Loera y con la aparición de decenas de videos en las redes sociales, muchos mexicanos se han formado un juicio, al grado de que a estas alturas y después de las elecciones de principios de mes, ya no les cabe duda.
El viaje a la sierra de Sinaloa, en donde el Presidente saludó a la madre de “El Chapo” y compartió el pan y la sal con los invitados a la celebración del cumpleaños del mismo Ovidio, es otro signo que muchos juzgan inequívoco de la alianza establecida entre gobierno y crimen organizado, de acuerdo con el decir de muchos mexicanos de diferentes estratos sociales.
Obviamente, han cooperado otros hechos para que esa opinión se haya formado y aún se incremente. Como la expresión del Presidente en una mañanera posterior a los comicios, en la que apuntó complacido: “Bien, los que pertenecen a la delincuencia organizada, en general bien. Muy pocos actos de violencia de estos grupos. Se portó creo que más mal la delincuencia de cuello blanco. No me lo puedo creer”.
Es elemental que no hablara de lo acontecido previo a los comicios. De los 91 asesinatos de candidatos a manos de los criminales y de las miles de advertencias de muertes repartidas en todos los estados del país, en donde los aspirantes a puestos de elección popular de otros partidos amenazaban con ganar y fueron obligados a renunciar a sus aspiraciones.
Para dar una idea del incremento en las aseveraciones en contra de Morena, enseguida apuntó sólo un número mínimo de publicaciones que coinciden en sus señalamientos, que han trascendido inclusive fronteras de todo el mundo.
El narco votó… por Morena. El Financiero. ¿Ganó Morena o Ganó el narco? La Otra Opinión. AMLO y las negociaciones con el narco. Anabel Hernández. El narco operó para Morena en las elecciones. El Universal.
Es fácil soslayar las acusaciones que se han esparcido en todos los rincones del mundo y que nos desprestigian. Lo malo es que son dolorosas y que pintan de cuerpo entero nuestra geografía y las intenciones del gobierno, ya conocidas en todos lados. Las críticas en otras latitudes tienen una razón de ser.
La sentencia de Mario Delgado, individuo oscuro que como la mayoría de los esbirros del Presidente no tiene para pensar por sí solo, quedarán en amenazas. Silvano Aureoles reviró con el amago de ir ante las instancias de justicia de Estados Unidos a presentar las pruebas que, tanto el dirigente de Morena como del presidente López, le pidieron que presentara.
Serviría para apuntalar lo que en el país vecino conocen de sobra. No olvidemos que cuenta con la tecnología necesaria para vigilar desde allá a cualquier territorio de todo el orbe. Además de tener gente infiltrada igualmente en todos los países. México no es excepción. Es vecino y socio comercial. La vigilancia data de tiempo inmemorial, lo mismo que las policías estadounidenses que aquí permanecen ancladas desde hace mucho tiempo.
Las palabras de Mario Delgado pertenecen, como siempre, al ferviente deseo de halagar a su patrón. De endulzarle el oído. Pero de llegar al colmo de nuestros buenos vecinos, como los bautizó Mario Gill en su excelente libro que lleva el mismo nombre, se le revertirán, irremediablemente.