En la vorágine de la violencia
Luis Muñoz miércoles 23, Jun 2021Segunda vuelta
Luis Muñoz
Lo sucedido en Tamaulipas el sábado al mediodía y que dejó una veintena de muertos es una muestra, otra más, de que la política del presidente Andrés Manuel López Obrador de “abrazos no balazos” como forma de enfrentar a la delincuencia, no es, ni de lejos, lo más acertado en un país donde una buena parte del territorio es dominado por el crimen organizado.
El mensaje que envía el gobierno federal a los criminales es que pueden matar impunemente sin temor a que se les persiga y se les castigue con todo el peso de la ley.
Por eso el anhelo de los ciudadanos es contar con una autoridad que se haga respetar y no se doblegue ante los delincuentes.
El diputado Diego Garrido, secretario de la Comisión de Procuración y Administración de Justicia en el Congreso local, convencido de que esto nos lleva a un callejón sin salida, hizo un llamado al gobierno central para que dé marcha atrás a su política de “abrazos” a los criminales y enfrentarlos con políticas de fuerza y de cárcel, sin llegar a una “declaración de guerra” porque ya se vio en el pasado reciente que enfrentar con todo a los criminales no dio los resultados esperados.
Habrá que encontrar un punto medio entre los abrazos y los balazos. Los estrategas de la 4T deben de poner en juego sus conocimientos -no ocurrencias- para desactivar lo antes posible esta creciente violencia que no parece tener fin.
Nada más como dato, que da una idea de lo grave de la situación: Luego del reporte oficial de que sólo en mayo de este año se levantaron 100 carpetas de investigación por homicidio doloso en la capital del país, el panista Garrido dijo que se trata del índice más alto en los últimos 12 meses con Morena al frente del gobierno.
Pero el problema no está sólo en la ciudad, sino en prácticamente todo el territorio.
Desde hace años, la inseguridad constituye uno de los grandes problemas de México.
Es evidente que el gobierno ha perdido el control de la situación; las mafias del crimen organizado se han ido apoderando de los estados a través de la corrupción y la población se siente cada vez más desprotegida, sin confianza en la justicia, ni en la policía ni en los gobernantes y recurre a la autoprotección.
La Ciudad de México, donde se asientan los tres Poderes de la Unión, no es ajena a esta vorágine de violencia creciente.
Motivo suficiente para que, como señala el legislador de Acción Nacional, el gobierno local invierta en infraestructura policial, que reabra los Módulos de Atención Policiaca en las colonias que sin razón alguna cerraron, y que se persiga a los delincuentes que son un peligro para la sociedad”. Hasta ahora, los tibios intentos de Claudia Sheinbaum y de López Obrador por atacar la inseguridad, han fracasado.
Una muestra es la fallida estrategia de “abrazos y no balazos” y la falta de previsión que tiene a los ciudadanos en una crisis permanente de inseguridad que ya no resisten.
Garrido lamentó las declaraciones del Presidente López Obrador acerca de que “los criminales se portaron muy bien, mejor que los de cuello blanco”…
Por eso estamos como estamos.
Otros datos
Pero como en todo. Siempre hay dos versiones, dos puntos de vista, quien presenta otros dados.
Es el caso de DISI (Denuncia, Inteligencia, Seguridad, Innovación) del Consejo Ciudadano, una organización civil, puente entre la ciudadanía y las autoridades, cuyo reporte revela que bajaron los delitos de alto impacto en la CDMX.
Indica que de las seis entidades más pobladas del país, la Ciudad de México fue la que presentó la mayor reducción en la incidencia delictiva en los primeros cinco meses de este año en comparación con 2019.
En ese periodo, señala, la capital del país registró una baja de 48% en los delitos de alto impacto, al pasar de 26 mil 269 denuncias en 2019 a 13 mil 693 este año. Jalisco disminuyó 45%, Puebla 35%, Veracruz 21%, Estado de México 17% y Guanajuato 10%.
Además, precisa que la incidencia delictiva mantuvo una tendencia a la baja en comparación con el promedio de los últimos siete años.
Abunda que “los primeros cinco meses de este año son los que registran menos denuncias desde 2015. Esa contención y reducción sostenida de los delitos de alto impacto son posibles por una combinación de factores, entre los que se encuentran: empoderamiento ciudadano para la denuncia; inteligencia y operación policial; coordinación entre todas las instancias encargadas de la seguridad pública y procuración de justicia en la ciudad que gobierna Claudia Sheinbaum”, señala Salvador Guerrero Chiprés, presidente del Consejo Ciudadano.
Parece increíble que en alcaldías como la Gustavo A. Madero, una de las más pobladas de la ciudad, con colonias tan peligrosas como la Gabriel Hernández, Martín Carrera, Nueva Atzacoalco y San Felipe de Jesús, muestren una disminución en la incidencia de delitos como el robo de vehículos.
Quienes viven en esas colonias no piensan lo mismo.