Los pros de los “pluri”
Freddy Sánchez martes 22, Jun 2021Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Ahora resulta que los supuestamente aborrecidos diputados plurinominales son “los héroes de la película”.
Pero, cierto o falso, así parece y será mientras en la Cámara de Diputados no se garantice una auténtica representación popular, la cual se diluye cuando un solo partido legisla libremente como si tuviera el aval de una mayoría real de electores.
Cosa que en verdad no sucede porque ningún grupo político suele ganar los votos directos que le signifiquen haber recibido el apoyo de una abrumadora mayoría electoral.
De ahí la necesidad de recurrir a las alianzas, que tienen la finalidad de apoyar las gestiones legislativas de un bloque de organizaciones partidistas, aunque comúnmente otros institutos políticos contendientes que pudieron haber obtenido una cantidad cercana de votos, a fin de cuentas quedan en desventaja y pierden capacidad de representación de los electores que les otorgaron su apoyo electoral.
En la reciente elección, por ejemplo, Morena y sus aliados lograron una cantidad de votos superior a los opositores del PAN, PRI y PRD, pero dada la forma como se distribuyen las diputaciones plurinominales, la diferencia a favor de los morenistas se amplió más allá de lo que reflejó la votación total. Y en la legislatura anterior, (aun sin concluir), la situación fue mucho más desfavorable para los opositores al partido en el gobierno y sus aliados.
En ese contexto, hay que mencionar que los diputados plurinominales que suman doscientos frente a trescientos de mayoría, se convierten en una especie de contrapeso para que los partidos con menos votos directos cuenten con representantes populares, lo que en la práctica termina por convertirse en un mito.
Porque, si un partido que ganó menos de cincuenta por ciento de los votos totales sufragados, al juntarse con otras fuerzas logra el cincuenta más uno de los sufragios, prácticamente legisla a su antojo muchas reformas legislativas que pueden o no gustarles a sus opositores y a los votantes que estos representan.
Es de hacer mención, naturalmente, que para legislar en otras materias, en particular lo referente a lo constitucional, es preciso que se de una mayoría legislativa de dos terceras partes de los legisladores, a fin de cumplir con el requisito de la mayoría calificada que se requiere, y eso suele obligar al partido más fuerte electoralmente a buscar alianzas con sus opositores.
En tales circunstancias, pues, los diputados plurinominales que se incorporan en los grupos legislativos con menos votos directos en una elección, adquieren una especial relevancia puesto que sin su apoyo como parte del partido al que representan se hace imposible una alianza para cambios legales diversos.
Y eso justamente podría ocurrir con la reciente elección, en virtud a lo cual el partido mayoritario en la actualidad, Morena, en caso de promover cualquier reforma constitucional necesitará convencer a sus opositores del PRI, PAN o PRD para sumarse a sus iniciativas de ley.
Algo que podría o no suceder, según se vayan dando las circunstancias políticas en México, durante el próximo periodo ordinario de sesiones.
Y es que, si bien el bloque opositor ha manifestado que se mantendrá unido y no colaborará con los morenistas y sus aliados para realizar reformas constitucionales que impliquen el rechazo social de sus votantes, entre el dicho y el hecho (como dice un dicho), hay mucho trecho.
Como quiera que sea, queda claro que la presencia de los plurinominales, a pesar de que persistan desigualdades en la representación popular en la Cámara de Diputados, equivalen a la contra fuerza que permite o no al partido con más peso electoral, hacer cuanto lo plazca al menos en ciertos aspectos legales.
Lo que no significa que así quede debidamente representado cada sector de los electores en México, pero ayuda y eso es uno de los pros de los “pluri”.