Elecciones y vacunas
Alberto Vieyra G. martes 22, Jun 2021De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Pasaron las elecciones federales del 6 de junio y el coronavirus pasó a ser un asunto olvidado por el gobierno de la dizque 4T, que más bien parece “transformación de cuarta”.
Era lógico, el miedo y la ignorancia de un pueblo apanicado por la mortandad de la Covid-19 dejó de ser botín electoral y se convirtió en un asunto valemadrista para AMLO, quien el pasado viernes en la mañanera justificó el repunte de coronavirus en cuando menos una docena de Estados de la República, diciendo que “nos bajó el ritmo de la entrega de las vacunas”, hasta en un 49%, según la propia Secretaría de Salud.
Cuando había urgencia por evitar la debacle electoral de Morena, AMLO y sus corifeos, encabezados por el zar anti-coronavirus., Hugo López-Gatell quien por cierto ya se fue a la rechintola con sus odiosas conferencias desinformativas y de manipulación popular, así como candidatos de Morena como Clara Luz Flores, al gobierno de Nuevo León, fueron agarrados con las manos en la masa recomendado a la gente “ahí les encargo, porque recuerden que las vacunas son compradas por el partido del Presidente”. Colosal mentira. El gobierno no regala nada. AMLO estaba obligado a cumplir la ley, haciendo que el Estado mexicano fuera garante de los derechos fundamentales de los mexicanos como el derecho a la salud que consagra el artículo 4° constitucional. Además, de esa mentira de que Morena donó más de 50 millones de pesos para comprar vacunas, eso fue un embuste, un vil engaño.
Los primeros arribos de vacunas a México fueron raja pura en materia electoral. A AMLO se le hizo la aurora de ser el héroe anti-coronavirus. Falso. AMLO es empleado de todos los mexicanos. Sí, usted y yo le pagamos y está obligado a ceñirse a lo que marca la Constitución, ésa que juró cumplir y él hacer cumplir, pero él olvidando que es nuestro empleado solamente se ha dado a la tarea de destrozar el Estado de Derecho y las instituciones nacionales.
La euforia gubernamental llegó a tal grado que los primeros puñitos de vacunas que llegaban a México, se promocionaron a rabiar y sólo faltó que llegaran mariachis a los aeropuertos para festejar el arribo del biológico. Los medios de comunicación se prestaron también al engaño de AMLO, haciéndole creer a la población que la patria ya estaba a salvo y que la pandemia, pronto sería historia.
El propio AMLO, llegó a festinar que el gobierno de la República había gastado ya 40 mil millones de pesos en la compra de vacunas, cuyos pedidos se mantienen en riguroso secreto y bajo 7 llaves, so pretexto de que los convenios con los diversos laboratorios, incluyendo los chinos y los rusos se convirtieron en razón de Estado y se mantendrán en secreto. AMLO, actuando como un auténtico “candil de la calle y oscuridad de su casa”, regaló vacunas a Belice y otras naciones pobres del Caribe y Centroamérica.
El meollo del asunto es que ya pasaron las elecciones y AMLO se volvió conchudo en el combate al coronavirus. Ya pa´qué, ya obtuvo los votos de la gente que por desgracia todavía no sabe distinguir lo que son los gobiernos serios y del diablo. El repunte de muertos lo dice todo. Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Baja California Sur, Sinaloa y Veracruz han pasado ya a semáforo naranja y amarillo y de seguir como vamos, el próximo otoño e invierno serán otra vez macabros. Pero ya no hay elecciones y ya no hay prisa por vacunar. Me pregunto: ¿Cuándo aprenderemos la lección los mexicanos?