El poder corruptor del narco
¬ Luis Ángel García lunes 21, Jun 2021Por la Derecha..!
Luis Ángel García
A cincuenta años de que el gobierno de los Estados Unidos le declarara la guerra al narcotráfico, las ventas en ese país son de 64 mil millones dólares al año, los cuales son blanqueados en paraísos fiscales en México y el Caribe. A lo largo de ese medio siglo ha crecido la corrupción y la impunidad con sobornos a militares, policías, jueces, fiscales, políticos, empresarios y aduanales para permitir el tránsito de alcaloides, lo que es acompañado de la violencia y muerte que generan los sicarios.
Según un informe del Departamento del Tesoro norteamericano, publicado por El Universal, las drogas y el lavado de dinero son el negocio redondo del crimen organizado por más de 64 mil millones de dólares por cocaína, heroína, drogas sintéticas y otras sustancias fabricadas en México, Colombia y Centroamérica.
Después, esos capitales se blanquean vía paraísos bancarios o refugios fiscales en la propia Unión Americana, nuestro país, el Caribe, Europa o Asia para perderle el rastro al dinero “sucio” de las ganancias. Poco se ha hecho desde 1971. Año en que los EUA le declararon la guerra al narcotráfico.
Según las autoridades americanas, México es la principal fuente de suministro de algunas drogas y punto de tránsito de otras como el fentanilo que proviene de China o la India y la cocaína que llega de Sudamérica. Las organizaciones delictivas mexicanas obtienen ganancias que van de los seis mil millones de dólares a los 39 mil millones de dólares, y por cada divisa gringa que se comercia del otro lado del Río Bravo, se quedan con 14 centavos.
Ahora que el gobierno mexicano ha optado por la militarización de las funciones públicas, es importante hacer el planteamiento de si los militares y navales están inoculados contra el poder avasallador de la corrupción del crimen organizado, ya que hoy controlan nuestras fronteras, las aduanas, los puertos marítimos y los aeropuertos. Con funciones de seguridad pública, también son responsables del combate al crimen organizado y la erradicación de plantíos.
El gran riesgo es que el Ejército y la Armada de México, con funciones de policías que pretenden resolver los graves problemas de inseguridad en el país y atender la seguridad nacional, no sean agentes corruptibles que quieran administrar el paso de las drogas, el tráfico ilegal de armas y la trata de personas, como sucedió con los civiles.
No es descabellado el planteamiento si reconsideramos la advertencia del Pentágono de que el crimen organizado controla la tercera parte del territorio nacional, que se ha denunciado el arribo del primer “narco-gobernador”, cuya campaña fue financiada por la mafia y acusado penalmente. La oposición ha denunciado que grupos criminales influyeron en las elecciones para que los candidatos de Morena ganaran en los estados con mayor tráfico de estupefacciones, conocido como el corredor del Pacífico. Los partidos reclamaron la violencia política que se ejerció en los comicios, con el asesinato de aspirantes a cargos de elección popular, el secuestro o levantón de más de mil directivos o simpatizantes de la oposición, la intimidación de votantes antes y durante la jornada electoral.
Si no estamos ante un Estado fallido, sí hay la amenaza de que en los gobiernos estatales impongan su voluntad los criminales. ¿Estarán blindados nuestros soldados y marinos para no ser tentados por el diablo o ya se habrá pactado la protección del narco dentro de nuestras fronteras?