En Morena, ¿“sacudida” o “purga”?
¬ Augusto Corro martes 15, Jun 2021Punto por punto
Augusto Corro
Al partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) le fue mal en las elecciones intermedias más grandes en los últimos sexenios.
Los morenistas del partido oficial no esperaban ese “cubetazo” de agua helada que les arrojó la oposición en la Ciudad de México (CDMX).
Si bien es cierto que en el interior del país ganaron gubernaturas, en el corazón de México lucieron mal, pues perdieron más de la mitad de las alcaldías.
La CDMX, que se suponía era el centro del izquierdismo obradorista, el domingo salió a votar contra Morena.
El mapa de los electores metropolitanos se dividió en dos: la mitad en contra de la Cuarta Transformación (4T); y la otra mitad a favor.
En el renglón de los diputados, Morena obtuvo la mayoría; pero no los suficientes para continuar con los proyectos del presidente Andrés Manuel López Obrador.
El partido guinda tendrá que forjar alianzas con otros partidos.
En términos generales, como señalamos arriba, Morena ganó en los citados comicios; pero los resultados le empañaron su imagen de partido “todopoderoso”.
Ante el golpe anímico que recibió Morena, la dirigencia y militancia partidista se encuentra obligada a analizar qué fue lo que realmente ocurrió en la contienda electoral.
En este espacio señalamos que uno de los defectos mayúsculos de esa organización política fue el de dormirse en sus laureles.
Fueron sus escándalos internos los que nos hablaban del partido oficial que estaba muy lejos del electorado.
Por ejemplo, en la lucha contra la pandemia de la Covid-19 se notó la ausencia de las organizaciones políticas, dejaron sola a la población y a las autoridades. La división interna que siempre existió en el partido guinda se agudizó en la lucha para designar al presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN).
Se desató una “guerra de guerrillas” entre los diputados Mario Delgado y Porfirio Muñoz Ledo en la que se dijeron sus “verdades”.
Ganó, tras una encuesta muy amañada, Mario Delgado, el “delfín” del ahora “empantanado” secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard.
Muñoz Ledo, el veterano político, quedó resentido en espera de la revancha. La guerra interna en Morena se agudizará porque surgirán los inconformes con la designación de candidatos a cargos de representación popular en la reciente contienda electoral.
Uno de los errores fue designar como candidato a la gubernatura de Guerrero, al senador con licencia, Félix Salgado Macedonio, acusado de violaciones sexuales a mujeres.
La sociedad mexicana repudió esa designación de Morena que beneficiaba al controvertido político. Sin embargo, no fue por los delitos sexuales por los que le negaron el registro las autoridades electorales.
El motivo para bajarlo de la candidatura se debió a que no reportó sus gastos de campaña. Finalmente, su hija Evelyn Salgado Pineda se encargó de suplir a su padre y ganó.
Aunque el daño a la imagen de Morena ya estaba hecho. En el mismo partido, las feministas y gran parte de la población se opusieron a la candidatura de Félix Salgado.
Otra de las fallas del CEN fue hacer a un lado de la lucha electoral a los morenistas de Nuevo León, donde la candidata fue Clara Luz Flores, ajena a Morena.
La aspirante guinda perdió ante el aspirante, Samuel García.
En la CDMX, el electorado con mayores posibilidades de información no dudó en votar contra el obradorismo.
El partido Morena no pudo nombrar cuadros nuevos que participaran en la elección. Se trató de la participación de los mismos políticos que no ofrecían proyectos que estimularan a votar por el partido guinda.
Una derrota que reflejó lo que ocurrió en la CDMX fue la sufrida por el diputado Pablo Gómez, héroe de mil batallas en la izquierda, ante el impresentable Gabriel Quadri, ex candidato presidencial, sobre quien pesan acusaciones de acoso sexual.
Es posible, pues, que en los próximos días empiece la “sacudida” o la “purga” en la dirigencia de Morena que pondrá en su lugar a los fallaron o erraron en sus decisiones que hicieron quedar en ridículo a los aspirantes a cargos de representación popular.
Vamos a esperar, pacientes, sobre quién o quiénes caerá la guillotina morenista. ¿Usted qué opina amable lector?