Invitación a traicionar
Armando Ríos Ruiz lunes 14, Jun 2021Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Después del resultado de las elecciones intermedias, en las que los ocupados en hacer números aseguran que Morena perdió cerca de nueve millones de votos, aun cuando avanzó en la conquista de gobiernos estatales, en donde preferentemente manda el narco, al decir de otros estudiosos, el Presidente no vaciló en externar uno más de sus ya naturales desatinos.
Dijo que para obtener mayoría calificada en el Congreso recurriría al PRI, partido hoy casi en ruinas que no atina a asomar la cabeza por sí solo, porque el ex presidente Enrique Peña Nieto lo dejó hundido en la mente de los mexicanos como tutor de la administración más corrupta de su propia podredumbre.
Dijo más: que en estos dos años y medio de gobierno ha podido hacer reformas constitucionales importantes gracias a la ayuda de otros partidos. Del mismo PRI. De Acción Nacional, por ejemplo. No tenía la mayoría calificada ni en la Cámara de Senadores ni en la de Diputados, pero logró su cometido gracias a la compra de conciencias que en estos casos resultan demasiado caras.
En México, todo mundo sabe que nuestros legisladores, carentes de inteligencia y preparación, hoy más que nunca, sólo sirven para levantar la mano y para estirarla en pos de ofertas, en aras de aprobar iniciativas que ni siquiera leen. Aquí, operan dos fenómenos: muchos no saben leer y los que saben no las entienden. Aprobar o no, es lo mismo en su discernir siempre inmerso en la oscuridad más profunda. Como los desiertos de Amenti, de Hermes Trismegisto.
Hoy no alcanzó de nueva cuenta la mayoría absoluta, como pretendía para no tener que invertir en ella y reformar la Constitución a sus anchas y así perpetuarse en el poder, de acuerdo a planes concebidos hace mucho tiempo, desde la creación del Foro de Sao Paulo.
Pero ahí está el PRI, el descuartizado partido que puede ofrecerle solución a sus aspiraciones. Seguramente pensó en su dirigente nacional, Alejandro Moreno, Alito, como le llaman en familia o Amlito, como lo denomina el ingenio popular, por su proclividad a vender su alma al diablo, si fuere necesario.
El Presidente no vaciló en señalar a esta institución. En decir que cometería el delito de cohecho porque sabe que el cohechado también aceptará cometer el otro delito, el de extorsión. Bien vale la pena por una buena cantidad de dinero, que en este caso sería considerable.
Pero resultaría más beneficiosa la transacción, si además le prometen al líder nacional del PRI, que cesará la investigación en su contra, de las 16 propiedades que le encontraron en Campeche, entre las que figura una casa de 50 millones de pesos en donde dejó de ser representante del gobierno para, en mala hora, convertirse en dirigente del tricolor.
Seguramente el Ejecutivo conoce la pata que hace cojear al priista y tiene en mente utilizar esta debilidad, aun cuando Amlito ha reiterado que no se venderá a ningún precio. Pero del dicho al hecho… También falta conocer la entereza, la fortaleza de los representantes populares. Si están dispuestos a venderse o a defender a su patria, cuyo concepto es hoy poco importante para muchos.
Falta ver que éstos rechacen o acepten las ofertas que estarán en negociación llegado el momento. Ojalá y mantengan la cordura y el amor al suelo que los parió, para evitar un desastre, con la conversión de un pésimo gobernante en dictador. No es posible imaginar a dónde llevaría al país, si hoy sin serlo, ha destruido gran parte de sus instituciones. De su economía.
En México, he escuchado a muchos decir que Estados Unidos no permitirá por nada, tener un vecino que actúa fuera de sus designios. Por eso la visita de Kamala Harris. Ojalá tengan razón y que lo que no se conoce de las pláticas sostenidas durante la visita, redunden en someter al Presidente mexicano más caprichoso, más mentiroso, más inepto de la historia mexicana reciente.
Para el avecindado no es problema someter al mandatario que abandone sus lineamientos y pretenda ir por la libre. Menos a su principal socio comercial.