¿A qué vino Kamala?
Armando Ríos Ruiz viernes 11, Jun 2021Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
En la mente calenturienta de intelectuales, políticos, periodistas, profesionales egresados de escuelas de estudios superiores y gente perspicua en general, se mueve una pregunta que en muchas otras pasa desapercibida y cuya respuesta ya se las dieron: ¿a qué vino Kamala Harris, segunda en la estructura gubernamental del gobierno de Estados Unidos?
La cara bonita. La que se deja ver siempre que ocurren visitas como la que hizo esta semana a Guatemala y a nuestro país, es la que dejan ver a la prensa. La sonriente. La que cosecha triunfos y aplausos. La que nos dicen y sólo creen los carentes de suspicacia. Los que aceptan las mentiras que todos los días desparraman para hacer creer que México es el mejor país del mundo, cuyo destino dirige hoy el mejor Presidente del orbe y de otras galaxias.
En el caso que nos ocupa, se dijo desde antes de la llegada de la primera vicepresidente de Estados Unidos y además de color, que venía a platicar sobre temas migratorios y listo. Sobre este asunto, se sabe que vino a recopilar información sobre este espinoso problema que en el buen sentido, en el país vecino estiman la solución como competente a ambos lados: norte-sur.
La migración del sur hacia arriba se ha agravado paulatinamente, por motivos de marginación extrema, de carencia de soluciones en los países migrantes. Por la falta de empleos causado por la pobreza, por la ausencia de soluciones de México hacia el resto de América Latina. Por la violencia exacerbada que se ha acentuado en esta parte del continente y por muchos motivos más que obligan a la gente a buscar mejores medios de subsistencia.
Pero no es el único problema. El gobierno de México se ha manifestado reacio a aceptar como nuevo mandatario a Joe Biden y no ha ocultado que hubiera preferido que el anterior, Donald Trump, hubiera continuado otro período. Lo demostró después de la derrota de éste, con la resistencia de reconocer al ganador. Lo ha demostrado con otras actitudes.
Lo ha divulgado al mostrarse contrario a las ideas de solución absoluta exhibidas desde la Unión Americana. Verbigracia, el combate al calentamiento global, para lo que es necesario eliminar las energías sucias que nuestro gobierno defiende a capa y espada y al cual se ha plegado, en vistas de defender ideas arcaicas. Lo acaba de mostrar con la compra de una refinería chatarra.
Hace poco, nuestro Presidente tuvo la infeliz ocurrencia de solicitar a Estados Unidos la cancelación inmediata de la ayuda económica que aporta al organismo denominado Mexicanos Contra la Corrupción. Porque es enemiga de los propósitos presidenciales. Lo que ocurre es que ha desnudado los actos de pésima actuación actual y eso es prohibitivo.
Lo que las mentes calenturientas sospechan y deben haber acertado, es que la vicepresidente -que no presidente- Kamala -que no Kabala-, vino a México a alertar a nuestro mandatario que de continuar con sus políticas erradas a la vista de todos -con excepción de los chairos- , el gobierno vecino adoptará medidas más drásticas.
Lo que se sospecha es que vino a decirle que en materia de seguridad, su estrategia de abrazos es una aberrante tomada de pelo que no sólo afecta a nuestro territorio, sino también a la Unión americana. Es obvio que con esta medida, el problema de criminalidad ha crecido a linderos insospechados. Es también sabido, que nuestros criminales han invadido a los vecinos del norte y se han convertido en un problema de terroríficas consecuencias.
Otro problema es la falta de cooperación en temas como el que mencionamos arriba: la limpieza del aire y del agua a la que nuestro gobernante se ha negado expresamente, sin reparar en que más pronto de lo que imaginamos, estaremos a merced de una nube a ras del suelo, que impedirá la vida de todo ser viviente. No es exagerado.
Otro problema: el orden político mexicano. Un verdadero desastre.