¿Qué fue lo que quebró a Morena?
Ramón Zurita Sahagún jueves 10, Jun 2021De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
En relación al golpe a pie de urnas sufrido por Morena el pasado 6 de junio, surgen versiones con diferentes razonamientos que hablan de unos electores hartos de los abusos y maltratos recibidos desde el partido en el poder llevaron al hartazgo a la población y de ahí surgió el voto de rechazo.
Pueden tener algo de razón en ese aspecto, ya que se han exacerbado los ánimos y parte de la población se encuentra dividida entre fifís y chairos que diariamente polarizan las redes sociales y los medios de comunicación.
También les cabe la razón a aquellos que el percance en la Línea 12 del Metro vino a sumarse a la serie de factores que empujaron a Morena a la debacle. Algo así como lo sucedido con la guardería ABC en 2009 que pegó en la línea de flotación del PRI en Sonora y lo hizo descarrilar.
Pero no hay que dejar de lado los factores internos vividos dentro de las entrañas del Movimiento Regeneración Nacional que motivaron inconformidades y dejaron insatisfechos a los militantes de ese partido, pero especialmente a los dirigentes y cuadros diversos afectados por las medidas adoptadas.
Primero vino el cambio de dirigencia nacional, a finales del año pasado (octubre), se aunaron a ello las candidaturas en todos los niveles. El cambio de delegados, la nominación de candidatos a gobernadores surgidos de las delegaciones estatales, la exclusión de liderazgos y algunas diferencias surgidas en torno a las reformas legislativas.
No todo es miel sobre hojuelas dentro del todavía partido mayoritario, antes y después de la elección se advierte al organismo político fracturado, inconformidades por todos lados y algunas sedes del partido tomadas.
El propio Mario Delgado, dirigente nacional de Morena, pudo percatarse de lo fracturado que está el partido en los recorridos realizados durante la etapa electoral, donde en algunos sitios fue abucheado.
Y es que son muchos los sinsabores dejados por la forma de selección usadas por este partido, especialmente en el terreno de los candidatos a gobernador, donde el sistema de encuestas no clarificadas no satisfizo a nadie y provocó salidas de personajes con una larga militancia en la izquierda.
Los dos casos más sonados fueron los de Guerrero, Michoacán, Nuevo León y San Luis Potosí, con candidaturas protestadas y amañadas, según los quejosos y la forma en que se solucionó la cancelación de las candidaturas de Félix Salgado Macedonio y Raúl Morón Orozco. El primero fue relevado por su hija y el segundo eligió al nuevo candidato, surgido del grupo de sus seguidores más cercanos.
Nuevo León y San Luis Potosí no fueron diferentes. En el primero de los estados mencionados se eligió a Clara Luz Flores, una militante priista, con la que se pactó desde un año antes su candidatura y que se desmoronó con la emisión de un video y en el segundo fue habilitada otra simpatizante del PRI, Mónica Rangel, ante la carencia de candidatos con presencia, ya que fue rechazada la postulación que quería en sociedad el Verde en la persona de Ricardo Gallardo, quien finalmente se quedó con el triunfo.
Las dos ex priistas quedaron lejos de la posibilidad de triunfo, ya que la militancia consideró que en esas candidaturas como en otras más se produjo un agandalle, con personas sin militancia dentro del partido y pocas oportunidades de llevar a la victoria al partido.
Morena habilitó candidatos de otros partidos que se quedaron al margen, dejando sin oportunidad a los verdaderos militantes y recibió su merecido en las urnas, opinan algunos dirigentes del partido que se sienten relegados.
De ahí que no suene a verdad los dichos del presidente y de la jefa de Gobierno de la CDMX de que una campaña mediática y de linchamiento fue o que provocó la derrota en Morena en el corredor que va desde Guanajuato hasta la CDMX, pasando por Querétaro y el norte del Estado de México, donde el partido blanquiazul se fortaleció.
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La Covid-19 todavía se muestra amenazante en algunas regiones del país, especialmente del sureste, donde se han tomado medidas adicionales para evitar el crecimiento de los contagios. Uno de esos casos es en Quintana Roo, donde se trata de evitar poner a la entidad, nuevamente, en semáforo rojo. Por lo pronto, el gobernador Carlos Joaquín González decidió limitar la movilidad de las personas y la reducción de horario en bares, discotecas y restaurantes, para evitar la propagación del virus. Esta medida es necesaria ante la cercanía de las vacaciones de verano.