El Banco de México, en la mira de la llamada Cuarta Transformación
Miguel Ángel Rivera jueves 10, Jun 2021Clase Política
Miguel Ángel Rivera
El Presidente de México no tiene que explicar por qué nombra o destituye a un integrante de su equipo de gobierno, pero de cualquier forma se encuentran hilos conductores que llevan a tener una presunción de las razones de los cambios, pero en otros casos todo queda en la mente del titular del Ejecutivo.
Al darse a conocer el relevo en la Secretaría de Hacienda —el segundo, antes de llegar a la mitad del sexenio— es claro que el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene en el destacado economista Rogelio Ramírez de la O a uno de sus consultores en materia económica, sobre todo cuando se trata de materializar lo que el primer mandatario ha denominado economía con “dimensión social”.
En 2006, cuando se declaró víctima de una fraude que le arrebató el triunfo electoral, López Obrador se proclamó “presidente legítimo” y nombró lo que en otros países se denomina “gabinete en la sombra”, dentro del cual apareció el mencionado Ramírez de la O en la cartera de Hacienda.
Seis años después, en una nueva campaña, López Obrador adelantó un posible gabinete en el cual apareció nuevamente Ramírez de la O. Por eso, luego del avasallador triunfo de 2018, sorprendió que al darse a conocer el verdadero equipo presidencial sorprendió que no apareciera el economista con licenciatura de la UNAM y doctorado en Cambridge.
En Hacienda, apareció Carlos Urzúa, también reconocido economista que ya había colaborado con López Obrador, como secretario de Finanzas en el gobierno del entonces Distrito Federal. En esa ocasión, Urzúa renunció al cargo, como sucedió luego cuando estaba al frente de la Secretaría de Hacienda, por desacuerdos con el presidente.
AMLO coloca al frente del Banco de México a un defensor de su autonomía
En los dos casos de renuncias de Urzúa, el reemplazo fue el mismo, otro reconocido economista, con estudios de doctorado en la Universidad de Nueva York y, además, con antecedentes en la administración pública de nuestro país y en organismos internacionales de prestigio como el Banco Mundial, Arturo Herrera Gutiérrez.
En la Secretaría de Hacienda, el presidente López Obrador ahora sí colocó a su antiguo asesor, con la finalidad de materializar su anuncio de que propondría a Herrera Gutiérrez como nuevo gobernador del Banco de México, en sustitución de Alejandro Díaz de León, quien terminará su mandato en diciembre venidero, pero al cual ha descalificado desde ahora el primer mandatario por considerarlo ligado a sus repudiados gobiernos anteriores, a los cuales califica de conservadores y neoliberales.
El anticipado anuncio generó un poco de inquietud en medios financieros y, al parecer, en este caso el jefe del Ejecutivo atendió las advertencias acerca de posibles efectos negativos y por eso apresuró el cambio en Hacienda. La eventual inestabilidad se evita al dar a conocer al relevo, además de que Ramírez de la O tiene reconocimiento internacional por su capacidad internacional. Se le reconoce, por ejemplo, ser uno de los economistas que anticipó la severa crisis de 1994.
Aquí es donde empiezan algunas dudas.
Para empezar, se presume que el presidente López Obrador desea tener mayor influencia en la conducción del autónomo Banco de México. Al respecto se debe recordar el reciente enfado del primer mandatario porque la junta directiva del banco central no le entregó las esperadas utilidades derivadas del cambio de paridad del peso, con las cuales esperaba reforzar sus programas sociales y financiar parte de sus grandes obras de infraestructura.
Pero el equipo encabezado por Díaz de León determinó que las referidas utilidades, oficialmente denominadas remanentes, fueron muy escasas y que era preferible reinvertirlas para mejorar las finanzas de la propia institución, por lo cual no se entregó nada a la tesorería de la federación.
En las filas de la llamada Cuarta Transformación se incrementaron las críticas contra la administración “neoliberal” del banco central, que tenían como antecedente una iniciativa, promovida por el coordinador de los senadores de Morena, Ricardo Monreal, que pretendía obligar a esa institución a recibir dólares en efectivo, supuestamente para proteger las remesas de los trabajadores migratorios.
Tal propuesta fue rechazada por los especialistas, por considerar que ponía en riesgo el prestigio internacional del Banco de México al ponerlo en riesgo de “lavar” dinero producto de negocios ilegales.
Lo sorprendente es que, entre los especialistas que se opusieron estuvieron el subgobernador de Banxico, Gerardo Esquivel Hernández, quien llegó a ese cargo a propuesta del presidente López Obrador y el propio secretario de Hacienda.
Herrera rechazó el controvertido proyecto de reforma a la ley del banco central por considerar que pondría en peligro la autonomía de la entidad al obligarlo a comprar divisas que los bancos comerciales no pueden ingresar al sistema financiero.
El ahora ex titular de Hacienda señaló que menos del un por ciento de las remesas (0.7) enviadas por los migrantes se hacen en efectivo, por lo cual opinó que es un problema que se puede resolver a través de mecanismos operativos y no necesariamente pasa por hacer un cambio a la ley del Banco de México.
El resultado es que la referida iniciativa de reformas a la Ley Orgánica del Banco de México quedó en la congeladora legislativa.
Herrera Gutiérrez tuvo otras aparentes diferencias con su jefe, en lo relativo a plan nacional de desarrollo y una eventual reforma fiscal, a la cual se ha opuesto decididamente el titular del Ejecutivo.
Por eso sorprende que envíe a conducir al banco central a un funcionario que ha dado muestras de independencia de criterio y, sobre todo, que defiende la autonomía del Banco de México, fundamental para una sana conducción de la economía nacional.
La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) reconoció que, como Secretario de Hacienda, Herrera fue un interlocutor importante para el sector empresarial, por lo que su postulación para presidir el Banxico dará generará buenos resultados para México, pues “da certidumbre y genera confianza”.
En cuanto al nuevo secretario de Hacienda, el organismo patronal expresó confianza en que se mantendrá la interlocución con todos los sectores, incluido el empresarial, y que hará un buen papel al frente de esa dependencia.
No todos en el PRI acuden al llamado presidencial
“No somos Judas”, respondió la presidenta de la Cámara de Diputados y ex dirigente nacional del PRI Dulce María Sauri, en respuesta al comentario del presidente López Obrador de que, en caso de ser nacesario para impulsar una reforma constitucional, la llamada 4T necesite más votos, los tratará de obtener de legisladores del Revoluciario Institucional.
En lo que al parecer indica que también conoce los términos del beisbol que tanto gusta a López Obrador, la legisladora del tricolor comentó que se trataba de una “bola ensalivada”, a la que también definió como “beso del diablo”, lo que llevó al recuerdo de viejas divisiones dentro del que entonces era poderoso partido.
Sauri dijo también que se trata de un intento de López Obrador de “jalar” votos y pretende sembrar la sombra de la sospecha sobre los miembros y dirigentes de ese partido.
“Es una manera para tender una sombra sobre el partido, sobre el importante logro que la alianza opositora tuvo en relación a restablecer los equilibrios en la Cámara de Diputados y de alguna manera señalar al PRI como si fuera el judas de la ciudadanía mexicana que optó por la pluralidad, y no, no somos judas definitivamente”, recalcó la presidenta de la Cámara de Diputados, quien tendrá un papel destacado en caso de que Morena y sus satélites decidan convocar a periodos extraordinarios a fin de resolver asuntos pendientes.
Para convocar a esos supuestos extraordinarios, se necesita también mayoría calificada, que no tienen Morena y sus “rémoras” y por tanto también tendrían que tratar de “convencer” a legisladores del hasta ahora unido bloque opositor.
En declaraciones en la sede del Senado, donde se efectúa la reunión de la Permanente, Sauri Riancho aseguró que el PRI no permitirá que se busque sembrar esa sombra de sospecha con la clara intención de dividir a la oposición en la Cámara de Diputados.
“Divide y vencerás; y la primera parte para la división es sombrar la sospecha”, advirtió.