Le quedaron a deber al país
¬ Luis Ángel García miércoles 9, Jun 2021Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Cuando los chilenos regresaron a la democracia, un slogan de campaña que los unió fue: “Chile, la alegría ya viene”. México tuvo la oportunidad de gritar lo mismo, pero fue un alarido que se ahogó por el uso de los programas clientelares del gobierno y la incompetencia de la oposición para convencer al electorado de una opción real de cambio. Le quedaron a deber al país y por ello tendremos por tres años más un país dividido, polarizado, de contrastes, donde el uso político de la jodidez somete a los ciudadanos.
De la jornada electoral hay que reconocer la labor impecable del INE, la organización de los comicios y, sobre todo, la ciudadanización de las votaciones. La madurez e imparcialidad del árbitro electoral aleja el fantasma de su desaparición; nada justifica ya las intentonas de acabar con los organismos autónomos que regresan la credibilidad en la democracia.
Sin embargo, como pueblo todavía no alcanzamos la mayoría de edad, no existe la actitud política para vencer al abstencionismo. Cierto, fueron elecciones intermedias, pero con 121 mil cargos en juego y un padrón de casi 94 millones de sufragantes, la participación resultó similar a otros años, se llegó a un 52 por ciento de gente en las casillas, 48 por ciento de ciudadanos manifestaron su rechazo a las urnas como medio de selección y legitimación de sus gobernantes. Las casas encuestadoras también tuvieron un papel desastroso, al no medir confiablemente el pulso ciudadano ni descifrar la intención de los indecisos. Solo enrarecieron el ambiente y confundieron al electorado.
Morena, que perdió 16 millones de votos respecto de 2018, se despachó con la cuchara grande en las gubernaturas, donde tendrá presencia en la mitad de los estados, aunque no controlará la mayoría de los Congresos locales ni logrará la mayoría calificada que pretendía el Presidente para modificar la Constitución o desaparecer los organismos autónomos. Solo alcanzó la mayoría simple con sus “rémoras” o lacayos, por lo que tendrá que negociar con un partido bisagra, se suponía con Movimiento Ciudadano, pero está mejor posicionado el impresentable Verde, quien tendrá más diputados para vender su voto al mejor postor.
Pensó el partido en el poder que la popularidad presidencial y el recuerdo de sus 30 millones de sufragios los cobijaría el 6 de junio, pero nada más alejado de la realidad. Perdieron su bastión: la CDMX, monopolio que mantuvieron desde hace 24 años bajo la franquicia del PRD, y ahora, como si se tratara de la Alemania de la post guerra, la capital de la República quedó dividida entre fifís y chairos; el poniente, donde se encuentran las dos alcaldías más pobladas y con más marginación y pobreza votaron por la opción populista que les garantiza una vida subsidiada, ganó el uso clientelar de los programas sociales.
Después de la marejada guinda en el Edomex de 2018, el PRI recuperó el mayor número de municipios, entre ellos Toluca y Metepec; mientras que el PAN se hizo de nuevo del corredor azul que va de Naucalpan a Izcalli. Solos o en alianza hicieron retroceder a los “morenos”.
Sin embargo, le quedaron a deber a la ciudadanía, desperdiciaron la oportunidad de ganarse de nuevo la confianza de la gente y no pudieron, no supieron derrotar el proyecto político de la 4T. Le costará más trabajo a Palacio Nacional promover sus ocurrencias legislativas y será difícil, pero no imposible, modificar nuestra Carta Magna, ya que cuenta con la sumisión judicial para resolver las controversias constitucionales. Dejaron ir viva la paloma.
No, la fiesta cívica del 6 de julio no fue el anuncio triunfal de que en México la alegría ya viene. La oposición no supo derrotar al dinosaurio y cuando despertamos todavía estaba ahí. Le quedaron a deber al país.