Evitemos ser una población obnubilada
¬ Luis Ángel García miércoles 2, Jun 2021Por la Derecha..!
Luis Ángel García
El próximo domingo el país entero saldrá a votar y decidirá qué proyecto de Nación tendremos. Difícilmente el partido en el poder dejará de ser mayoría, pero la población puede acotar el poder del Presidente y crear nuevos contrapesos que eviten el ejercicio absoluto de ese poder. Un Congreso plural, una oposición más representativa en la geografía política revitalizará nuestra democracia. El gran reto es que el sufragante no haya perdido su capacidad de razonar y que obnubilado refrende un proyecto populista que atenta contra el desarrollo social, como sucedió con Hitler y Mussolini, Perón y Lula da Silva, donde sociedades enajenadas legitimaron gobiernos demagogos.
El próximo 6 de junio sabremos qué tanto ha calado la narrativa presidencial en el subconsciente del elector. A pesar de que el nombre del mandatario federal no estará en la boleta, los comicios serán un referéndum de las políticas del gobierno. Sabemos que la base electoral de Morena es un voto duro conformado por los viejitos que reciben pensiones u otras ayudas con dinero del presupuesto, los ninis -que ni estudian ni trabajan-, los cuales perciben mensualmente una nada despreciable cantidad, así como las madres solteras, a pesar de que les quitaron las guarderías. El uso clientelar y electorero que se hizo de las vacunas también abona a ese segmento cooptado, ya que se hizo creer que la inmunización -derecho constitucional a la salud-, era por obra y gracia del Presidente. Esos sufragios son seguros para Morena.
Pero por otra parte está la terca realidad, la que nos hace ver el fracaso de un proyecto político instaurado hace casi tres años y que buscó sólo la permanencia en el poder y no trascender como estadista que hiciera crecer al país. La falta de una verdadera política económica nos llevó a una crisis que no se veía desde 1931 y que ha impedido por dos años consecutivos el crecimiento del país por sus números negativos. Resultado: desempleo, cierre de empresas, nulo apoyo a la micro y mediana empresa, desconfianza empresarial, reticencia a la inversión, desabasto de medicamentos, incremento en la gasolina a pesar del discurso oficial y mayor control estatal en el proceso productivo, sin que esto signifique más eficiencia.
La pandemia de lal Covid-19 no sólo exhibió a un sistema de salud colapsado, sino la ignorancia, negligencia y soberbia del gobierno que minimizó a un jinete apocalíptico y no pudo combatir ese flagelo mundial, lo que provocó la muerte de más de un cuarto de millón de compatriotas. La mal entendida austeridad dejó sin insumos a los hospitales y se tuvo que improvisar para la atención de pacientes, los cuales en la cresta de la epidemia fueron enviados a sus casas a bien morir.
En el primer trimestre del año, las cosas tampoco pintaron bien, no cede la inflación; el empleo se recupera lentamente, más por el esfuerzo de la iniciativa privada que por una reacción gubernamental; empiezan los problemas con nuestros socios comerciales en el T-MEC por las energías limpias y las inversiones están frenadas; el tema migratorio nos ha obligado a convertir a los soldados en agentes migratorios y deportar a miles de centroamericanos que nos envían los gringos, y el único respiro son las remesas que envían nuestros paisanos a sus paupérrimas familias y que el gobierno ve como un logro económico de las finanzas nacionales, aunque no entren a la caja del gobierno, lo que debe dar vergüenza por hacer que los mexicanos busquen mejores oportunidades de vida en el exterior.
La inseguridad, la violencia política y de género son asignaturas pendientes. A los homicidios dolosos se suma el asesinato de políticos y candidatos y los feminicidios son una afrenta social en un régimen que no quiere escuchar los reclamos feministas.
Esperemos que el próximo domingo no se obnubile el votante y ejerza su derecho en conciencia para frenar un proyecto populista.