Cero “sana distancia” en el Metro
Luis Muñoz martes 1, Jun 2021Segunda vuelta
Luis Muñoz
El exceso de usuarios que saturan los andenes del Metro en algunos tramos de las líneas de mayor afluencia, hacen de este medio de transporte un lugar de alto riesgo de contagiarse de Covid-19 por varias razones: demasiada gente; no hay manera de guardar la sana distancia y no todos usan el tapaboca.
Si la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbam, hace lo que puede para retornar a la “nueva normalidad”, manteniendo parciales restricciones en restaurantes, centros comerciales y otros sitios de gran afluencia, en el Metro no hacen lo propio, por el contrario, van en sentido opuesto al interés de la jefa de Gobierno (no sabemos qué tan genuino) de salvaguardar a la población del letal virus que hasta ahora ha matado a 223,507 personas en todo el país.
La ausencia de medidas adecuadas para que los andenes no se saturen obedece a dos motivos: O a la directora del STC, Florencia Serranía, no le reportan con veracidad lo que sucede, o a la funcionaria no le interesa cuanto pasa en el STC que tiene bajo su absoluta responsabilidad.
En tal caso estaría incurriendo en negligencia en el cumplimiento de sus obligaciones al exponer a los usuarios del Metro a contagiarse del coronavirus que, en muchos casos, suele ser letal.
Ante esta situación, quienes cotidianamente usan este medio de transporte, de gran importancia por el gran volumen de personas que moviliza (un promedio de 4 millones al día) verían con buenos ojos que la directora del Metro abandonara la comodidad de su escritorio para que se dé una vuelta por las líneas 1, 2 y 3, a fin de que pueda constatar que las cosas no marchan como ella cree.
Tampoco estaría mal que fuera asesorada por el ingeniero Gerardo Ferrando Bravo, quien conoce bien las entrañas del Metro.
¿Pensará la funcionaria que “dirigir” desde el escritorio es suficiente?
Si fuera así, craso error.
Las malas decisiones, por desconocimiento, pueden conducir a tragedias de leve, mediana o graves consecuencias, como sucedió en la Línea 12, donde hubo muertos y heridos y hasta ahora no se sabe quién o quiénes son los responsables.
El ingeniero Ferrando Bravo, dos veces director general del Metro, podría asesorarla. En el historial académico del que hoy es funcionario de la 4T (En diciembre de 2018 el presidente Andrés Manuel López Obrador lo nombró Director General del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México) destaca que es ingeniero mecánico electricista egresado de la Facultad de Ingeniería de la UNAM; maestro en Ciencias en el área de Ingeniería Industrial por la Universidad de Stanford, en California, Estados Unidos; tiene estudios de especialización en ingeniería en sistemas, transporte, planeación, administración, finanzas y presupuesto, y fue profesor de la Facultad de Ingeniería desde 1979 hasta 2012.
En tiempos de Ramón Aguirre como regente de la Ciudad, el ingeniero Ferrando fue director general del STC-Metro (1984 a 1992) y coordinó el proyecto que casi duplicó la extensión de la red de servicio de este medio de transporte. En contraparte, desde que se construyó la famosa Línea Dorada con Marcelo Ebrard como responsable, ahí siguen atorados. Cuando no falla una cosa falla otra.
Serranía Soto es ingeniera mecánica por la UNAM de 1982 a 1986. Tiene una maestría y un doctorado en Ciencias Materiales de la Universidad de Londres. Su tesis doctoral fue sobre “análisis dinámico de materiales compuestos sometidos a pruebas de bajo impacto”, e investigadora en el Instituto de Ingeniería de la UNAM. Y nada más. Hoy, la directora del Metro no sabe lo que pasa dentro de las instalaciones del sistema o, por lo menos, deja esa impresión.
En otros tiempos, los directores hacían recorridos por la red, detectando cualquier falla o desperfecto que a la semana siguiente los funcionarios del sistema debían constatar que todo había sido reparado, sin excusa ni pretexto.
Hoy, Serranía Soto ignora lo básico, que cada día aumenta el número de usuarios y, sin embargo, son pocos los trenes que están en circulación porque supone que es poca la gente que usa este servicio de transportación masiva.
Los trenes están registrando retrasos, entre uno y otro, entre 10, 15 y hasta 20 minutos. Esto permite que conforme avanzan los minutos se vaya juntando la gente, tanta que hace imposible guardar la sana distancia cuando ingresan en tropel a los vagones. ¿Por qué no dosifican el ingreso de la gente a los andenes? O, mejor aún, ¿por qué no agregan más trenes para que haya más en circulación y eso impida que se den aglomeraciones que eviten posibles contagios de Covid-19? Desde aquí se lo preguntamos a la responsable del Metro.
Trabajo a menores, plantea diputada
Entre las ocurrencias que luego tienen los legisladores está la iniciativa que impulsa la diputada Febe Priscila Benavides Lozano, que plantea que los menores de edad tendrán la oportunidad de incursionar en el ámbito laboral, siempre y cuando se garantice el principio del interés superior del menor y no violentando sus derechos humanos estipulados en la Constitución Política y los Tratados Internacionales que sean aplicables.
¡Vaya! Si no respetan los derechos de los adultos, menos los de los menores que, en todo caso, serán víctimas de explotación aprovechando su vulnerabilidad.