Votar o botar, ¡ahí está el detalle!
Guillermina Gómora Ordóñez martes 1, Jun 2021Caleidoscopio
Guillermina Gómora Ordóñez
¡Por fin!, se acabaron las campañas de la violencia, de la calumnia, del nepotismo y de las ocurrencias. Nuestros políticos se mostraron de cuerpo entero, privilegiaron el ataque sobre la propuesta; a los candidatos y a sus estrategas se les olvidó que la gente está harta de esto y se los recordarán una vez más el próximo domingo.
El gran reto de partidos y candidatos es vencer el abstencionismo que en los últimos procesos ha estado por encima del 60%, una muestra clara del hartazgo del votante por el sistema y su costosa partidocracia representada por 10 organizaciones a nivel federal y en algunos estados suman 12 ó 13 con los grupos políticos registrados a nivel local.
Del Instituto Nacional Electoral (INE), el árbitro, y sus delegaciones estatales, denominadas OPLES, ni hablar, su operación es altamente costosa y poco funcional ya que la mayoría de los conflictos pre y pos electorales terminan en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y esta es otra historia de derroche.
No hay nada escrito para nadie, estamos ante unas elecciones de pronóstico reservado. A esto, agregue el hartazgo de millones de mexicanos por la situación que atraviesa el país en todos los ámbitos: económico, político y social. Los ciudadanos están preocupados por la salud, el desempleo, la inseguridad, la violencia y el terrible flagelo de la impunidad y la corrupción que persiste en la #4T.
La gente está desencantada de la política, no le interesa participar, es una forma de decir que no le gusta la democracia que vive y le ofrecen los partidos. Campañas de baja calidad, carentes de credibilidad, de una terrible pobreza en el debate, en la propuesta, de un mal uso de las redes sociales que sólo han utilizado para denostar.
Los “bufones electorales” se multiplicaron en todos los partidos políticos. Aquí algunos de estos impresentables:
Rocío Pino, la candidata que ofrece “chichis para todas”. Aspirante a diputada federal en Hermosillo, Sonora, por Redes Sociales Progresistas, prometió implantes de senos gratuitos para “empoderar a la mujer”.
En Nuevo León, pasaron de “El Bronco”, al candidato “Fosfo Fosfo”, Samuel García, que busca la gubernatura por Movimiento Ciudadano, apoyado por su esposa la youtuber, Mariana Rodríguez. Una singular pareja que ha tratado de sacarle todo el jugo posible a su popularidad en redes sociales.
Y qué tal el moreliano Jorge Osnaya, quien se viralizó por disfrazarse de Harry Potter, Jedi y Power Ranger; compite por el PVEM para diputado federal.
En Morena, tampoco se quedaron atrás. A sus 75 años, la candidata al gobierno de Campeche, Layda Sansores, se comparó con la protagonista de la serie Gambito de Dama.
David Monreal, candidato de Morena al gobierno de Zacatecas, ha sido exhibido en más de un video tocando a diferentes mujeres en distintas partes de sus cuerpos, incluida la candidata de Juchipila, Rocío Moreno.
Y qué decir del diputado federal, morenista, Benjamín Saúl Huerta, acusado de abuso sexual a un menor; el legislador busca la reelección mientras la solicitud de desafuero sigue en la congeladora de San Lázaro.
Sin duda, la que se lleva el “Óscar” de los impresentables es Evelyn Salgado, “Torita”, quien heredó la candidatura de su padre, Félix Salgado Macedonio, presunto violador de cinco mujeres. La representante de Morena para el gobierno de Guerrero, se la pasó cantando canciones de Selena durante su breve campaña y de propuestas nada.
Así las cosas, no existieron los diferenciadores en las estrategias para comunicar los mensajes políticos y motivar al voto; se le apostó a la campaña negativa, al show y a la intromisión del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Durante la veda electoral entre el 4 de abril, en que dieron inicio las campañas para gobernadores y el pasado 14 de mayo, López Obrador había intervenido 110 veces en el proceso electoral, de acuerdo con un estudio elaborado por la consultora SPIN.
AMLO ha hablado 50 veces sobre el proceso en Guerrero, 28 veces del de Michoacán, y 22 veces del de Nuevo León, emitiendo afirmaciones que podrían ser causa de anulación de las elecciones.
Incluso, ante la creciente ola de violencia en contra de candidatos, que registra casi 90 muertos, AMLO acusó a medios de comunicación de “enrarecer” el ambiente y difundir notas “amarillistas”. Pretendiendo golpear al mensajero, para no asumir la responsabilidad del México real y la violencia política que registra niveles alarmantes.
Como advierten los analistas: “Las democracias descompuestas no devienen en populismos derivan en demagogia”. Escenario que hoy vemos otras naciones latinoamericanas y conocemos cómo terminan.
Quejarse de lo que permitimos sólo nos hace cómplices de su mezquindad y avaricia por alcanzar el poder. Valoremos y razonemos nuestro voto para el próximo 6 de junio.
¿Es el México que queremos? ¿Nos quedamos así o cambiamos?
EXCELENTES ARTICULOS LIC. GUILLERMINA. CONTINUE ASI. FELICIDADES