Las confortables plurinominales
Ramón Zurita Sahagún lunes 31, May 2021De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Desde la aparición de los diputados plurinominales, a finales de la década de los 70 del siglo XX, la disputa por la inclusión en esa selecta lista es constante.
Son muchos los políticos que se acostumbraron a asegurar su espacio, mediante las cuotas de asignación de sus respectivos partidos, especialmente de aquellos considerados dentro de la chiquillería.
La rutina indicaba saltar de una Cámara a otra, diputados, senadores y Congresos locales, registraban los mismos nombres en las listas de representación proporcional.
Sabían que entrar en los primeros sitios de esas listas era primordial para ocupar un espacio en las cámaras, pero que además de garantizarles el espacio les otorgaba entrar dentro de los mandos de la bancada.
Hasta 1991, época de la arrolladora maquinaria priista no era indispensable entrar a la lista para garantizar el control de la principal bancada. Fernando Ortiz Arana fue el último priista que ganando su curul, asumió como coordinador de la entonces mayoría. Después de él, María de los Ángeles Moreno, Humberto Roque Villanueva, Beatriz Paredes, Elba Esther Gordillo, Emilio Gamboa, Francisco Rojas, Manlio Fabio Beltrones y otros más, se cobijaron en las diputaciones de representación proporcional para asegurar su espacio y el control de su ya nada mayoritaria bancada.
En el caso de los otros partidos los nombres se repetían una y otra vez, Jesús Zambrano, Jesús Ortega, Pablo Gómez, Porfirio Muñoz Ledo, Carlos Navarrete, Guadalupe Acosta y otros más de la entonces izquierda alternaban ir a una y otra cámara.
Los panistas no se movían de forma diferente, los hermanos Vicencio Tovar (Abel, Astolfo y María Elena Álvarez), Cecilia Romero, Juan de Dios Castro, se conjuntan con los de ahora Margarita Zavala, Mariana Gómez del Campo, Adriana Dávila y otros más que buscan siempre encajar dentro de los planos de la representación proporcional.
Apenas, en este proceso electoral se presentó un fenómeno ocasionado por la primera ocasión en que los diputados pueden reelegirse, ya que muchos de esos que llegaron cómodamente a la Cámara de Diputados mostraron su interés en ser reelectos por la misma vía.
Sin embargo, sus partidos decidieron dejarlos fuera, con todo y que eran de los legisladores con mejor presencia dentro de la actual legislatura.
Los nombres de los tres presidentes de la Mesa Directiva de la actual legislatura fueron dejados de lado, con todo y que dos de ellos (Porfirio Muñoz Ledo y Laura Rojas de Morena y del PAN, respectivamente) buscaron por todas las vías entrar dentro de los grupos con garantía de reelegirse, mientras que la actual presidenta (Dulce María Sauri del PRI) decidió no incluirse entre los buscadores de la reelección.
Sin embargo, una serie de diputados de todos los partidos se inconformaron por no ser incluidos dentro de este selecto grupo. Casi todos ellos han llegado una y otra vez al Congreso de la Unión por la vía directa de las plurinominales o incluso como parte de una primera minoría, que representa perder la elección directa.
Así, René Juárez, ex gobernador de Guerrero llegó una vez por la plurinominal y otra más por primera minoría; Adriana Dávila, dos veces plurinominal y otra más primera minoría; Jorge Emilio González (Niño Verde), varias veces plurinominal y una vez de mayoría en el Senado; Arturo Escobar siempre pegado a la ubre de la representación proporcional, otros como el panista Marco Adame, el priista Enrique Ochoa y la emecista Martha Tagle, se quedaron con las ganas de repetir; mientras que Fernando Galindo hubo de aceptar ir de suplente del dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, con la promesa de asumir como propietario.
Sin embargo, la Cámara de Diputados, en su LXV legislatura mostrará muchos rostros conocidos, que ellos sí lograron la reelección, unos por la vía de la mayoría y otros por la plácida plurinominal.
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Siguen las declinaciones en los distintos partidos, especialmente en lo tocante a la disputa por los gobiernos estatales. Lo interesante es que casi siempre dentro de las declinaciones pocas veces le atinan al ganador y algunos se suman con los segundos lugares, esperando que su puñado de votos con los que contribuyen vuelquen los resultados a favor de sus ahora favoritos.
Apurados los candidatos de todos los partidos ofertan al por mayor promesas que serán difíciles de cumplir. Con todo y ello se aventuran conscientes de que es casi imposible que ganen, por lo que se atreven a incluir hasta implantes de senos para aquellas mujeres que lo requieran.