Compra del resto de la refinería Deer Park tiene costos escondidos
Miguel Ángel Rivera jueves 27, May 2021Clase Política
Miguel Ángel Rivera
Poco a poco, tanto reportes locales como informes internacionales desvirtúan la “ganga” pregonada por el presidente Andrés Manuel López Obrador al anunciar la compra del resto de las acciones de la refinería Deer Park, ubicada en Houston, Texas, compartida con la trasnacional Shell, con sede en La Haya, Países Bajos.
Para empezar, el valor de la compra es mucho mayor a lo presumido, pues el presidente López Obrador aseguró que tenía un precio de 600 millones de dólares, cantidad que parecía muy razonable, sobre todo en vías de consolidar la autosuficiencia energética.
Lo que omitió el primer mandatario es que con esa compra se adquirió también una deuda, por una cantidad superior al costo reportado. Para empezar, en el precio total de compra se tienen que incluir el valor adicional de inventarios y deuda que se pagarán a Shell.
El director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), el ingeniero agrónomo Octavio Romero Oropeza, informó que a los 596 millones de dólares en efectivo que aceptó su socia en el acuerdo de adquisición, se añadirán 106 millones de inventarios de petróleo y derivados que tiene la planta y 490 millones de dólares en deuda de Shell. De esta manera, se llega a un total de 1192 millones de dólares, lo que representa el doble del costo que se anunció inicialmente.
En este aspecto de la deuda, a pesar de las aclaraciones, todavía quedan dudas, pues también se habló de que la refinería de Deer Park tiene una deuda que asciende a 980 millones de dólares.
En este aspecto no se aclaró si esta última cifra, los 980 millones incluyen los 490 millones considerados en el total del valor de la compra ya mencionado por el titular de PEMEX o se tienen que sumar a los 1192 millones de total de la operación, con lo cual el costo de la compra rebasa los dos mil millones de dólares.
El gobierno de la república tiene su guardadito
¿Y cómo se va a pagar esa deuda? Se le preguntó al director de Pemex, quien cedió el turno al primer mandatario.
“Es que es muy interesante tu pregunta, es muy interesante, porque tenemos una reserva de recursos.
¿Cuánto?
“Tenemos, teníamos 47 mil millones de pesos de reserva, 30 mil que están en Banobras y 17 mil que se conservaron para lo que era el Fonden, para riesgos, para tener recursos en el caso de que se requiriera; de eso, ya se han comprometido alrededor de 10 mil millones por el apoyo que se está dando a Tabasco, a Chiapas, a Veracruz, por las inundaciones, pero los 30 mil de Banobras están ahí”, dijo el Presidente, quien así reveló el destino de los fideicomisos cancelados el año pasado, con aprobación del Congreso de la Unión.
En total, cabe recordar, se cancelaron 109 fideicomisos, por un total de más de 68 mil millones de pesos.
El reportero preguntó si ese dinero se transferirá a Pemex y el presidente López Obrador respondió:
“Sí, se van a entregar a Pemex. Con ese dinero se compra la refinería y se inicia la construcción de la coquizadora de Tula. Haciendo las cuentas bien, son 600 millones de dólares aquí y tenemos en Banobras 30 mil; esto en pesos significan 12 mil millones, nos quedan…nos quedan 18… No, perdón, nos quedan… Sí, 18, 18, y la coquizadora sí son dos mil 500 millones de dólares, ahí estamos hablando de alrededor de 50 mil millones. Pero son tres años la coquizadora, son tres años, entonces tenemos 18 para empezar ya porque, si no, también no terminamos en el 23”.
En otra parte de la conferencia, el primer mandatario repitió que existen reservas para pagar la refinería. “No necesitamos crédito, no es deuda, porque se iba mucho dinero por el caño de la corrupción. Entonces, eso nos ha ayudado muchísimo.
Para terminar la conferencia, el primer mandatario confirmó que está satisfecho con la compra. “La verdad, la verdad, estoy lo que le sigue de contento, estoy muy contento, porque es todo un desafío y aquí nos va a tocar a todos constatar, porque estoy optimista, de que en el 2023 vamos a estar produciendo en México las gasolinas, el diésel y vamos a ser autosuficientes, y vamos a estar constatando de que no van a aumentar los precios de los combustibles. Es una muy buena noticia.
A su vez el director de Pemex abordó el tema de la quema de combustibles contaminantes.
Señaló que “en los próximos 30 años se va a incrementar la demanda (de combustibles fósiles) no obstante los esfuerzos internacionales para transitar hacia energías limpias. Ello como resultado de la inercia en el crecimiento de la economía a nivel mundial. Si bien es cierto que países europeos y Estados Unidos reducirán su demanda -sin que desaparezca su consumo- economías emergentes como la India y América Latina, entre otros países, incrementarán significativamente su consumo. Lo mismo en el caso de China, que es el país con mayor crecimiento económico mundial”, aseguró.
Una mala sombra: la emisión de contaminantes
Con todo el optimismo del ingeniero agrónomo que dirige la empresa petrolera nacional, la operación de compra de la refinería de Deer Park parece acompañada de malos augurios por los compromisos internacionales para reducir la emisión de contaminantes a la brevedad.
Mientras en México se celebra la adquisición de la planta que se compartía con Shell, de fuentes internacionales llegaron informes en el sentido de ese consorcio multinacional está amenazado por las autoridades para cumplir las metas de preservación del medio ambiente.
Es previsible que, junto con las deudas económicas, al asumir la conducción de la refinería Deer Park, nuestro país adquiere también el compromiso de cumplir con las metas de protección al medio ambiente.
Al anunciar la compra, el gobierno mexicano destacó que la planta texana prácticamente no arroja combustóleo, un subproducto altamente contaminante, pero no se informó de las emisiones de bióxido de carbono (CO2) por las cuales Shell está bajo el escrutinio de tribunales internacionales.
En lo que se considera un fallo histórico, un tribunal de los Países Bajos ha ordenado a la petrolera Shell recortar aún más sus emisiones de gases de efecto invernadero, en cumplimiento del Acuerdo de París contra el cambio climático.
El tribunal considera que Shell está obligada a reducir sus emisiones un 45% en 2030, y no el 20% como la compañía tenía previsto, informa una nota difundida por RTVE (Corporación de Radio y Televisión Española).
De acuerdo con esa información, la sentencia en respuesta a una denuncia presentada por la ONG Milieudefensie (rama holandesa de Amigos de la Tierra), puede tener consecuencias directas en otras compañías y sirve de precedente judicial para futuras denuncias contra empresas con altas emisiones de CO2, tanto en los Países Bajos como en el extranjero.
Shell, dice el reporte de RTVE, debe cumplir con el límite establecido por el Panel Intergubernamental de Expertos para el Cambio Climático (IPCC) de la ONU, que recomienda reducir las emisiones para mantener el objetivo del Acuerdo de París de no superar un aumento de la temperatura del planeta de 1,5 grados a final de siglo.
La petrolera tiene actualmente un objetivo de reducción de emisión de carbono de sus productos de al menos un 6% para 2023; 20% para 2030; 45% en 2035 y del 100% (descarbonización) para 2050, comparados con los niveles de 2016.
De acuerdo con la referida sentencia del tribunal de La Haya, se considera que la política de la compañía “no es concreta y está llena de condicionantes” por lo que “no es suficiente”. “La conclusión, por lo tanto, es que Shell amenaza con violar su obligación de reducción. Así que la decisión es ordenárselo”, concluye la sentencia.
Por otra parte, aquí en México se informó que el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) envió a la Cámara de Diputados un informe acerca del cumplimiento de las normas de austeridad republicana impuestas por el gobierno federal.
De acuerdo con el informe de la directiva del Instituto, encabezada por Luis Antonio Ramírez Pineda, los trabajadores han tenido un cuidado muy especial para reducir gastos en sesenta partidas, como la reducción del parque vehicular, el de apagar las luces durante el día y aprovechar la luz natural, o bien desconectar los equipos eléctricos como computadoras e impresoras al término de la jornada laboral.
Estos ajustes han representado en 2020 un ahorro de 371.7 millones de pesos respecto a 2019, sostiene el reporte enviado a los diputados.