«Sólo soy la directora»
Armando Ríos Ruiz viernes 21, May 2021Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Días después de mandar “al carajo” a familiares de las víctimas del metrazo en Tláhuac, que cobró 26 vidas y 80 heridos, con el argumento de que darles el pésame es hipocresía, el Presidente les pidió perdón. Un comentarista de noticias criticó atinadamente que quien pide perdón, reconoce su culpa.
No es exactamente el caso. Pidió perdón sin reconocer ni su culpa ni la de los funcionarios que la tienen, a quienes ha exonerado desde el día del accidente, con reconocimientos de ser los mejores −además de ser consentidos−. Compiten en su ánimo para sucederlo, en caso de algún impedimento para reformar la Constitución en aras de quedarse en el cargo indefinidamente.
Los que piensan mal para acertar, elucubran en el sentido de que su petición de perdón obedece a que la reacción que tuvo en la mañanera, cuando mandó “al carajo” a familiares de las víctimas, le acarreó pérdida de puntos en las preferencias de la población. Lo mismo ocurrió con la insistente defensa de sus “alfiles”, Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum, a quienes la ciudadanía ha reiterado su profundo rechazo y su inmenso desprecio.
Ha pretendido culpar a Miguel Ángel Mancera y a Jorge Gaviño, ex jefe de Gobierno y ex director del Metro, respectivamente. Pero el juicio del pueblo ya sentenció que, quienes evidentemente han sido omisos, descuidados, incompetentes e irresponsables son, desde Marcelo y la Sheinbaum, hasta la actual directora del Sistema de Transporte, Florencia Serranía, quien se ha mantenido agazapada. Sin asomar siquiera la nariz.
¿Por qué tanto amor a la señora Serranía? Se sabe que es bastante allegada, comadre en primer grado, del que manda y esta cercanía la convierte en intocable. Circuló información de que es madrina de Ramón López Beltrán. Amiga entrañable de la jefa de Gobierno y con más lazos indisolubles que los unen hasta el final de sus días.
Un enorme número de mexicanos, principalmente de los lugares cercanos al lugar del accidente, ha solicitado con insistencia la renuncia de esta señora. Inclusive los mismos trabajadores del Metro, encabezados por su sindicato, quienes además presentaron denuncia penal en su contra.
“Si nos hubieran escuchado esto no habría pasado”, manifestó el secretario del Trabajo del Sindicato Mexicano de Trabajadores del Metro, Homero Zavala. Pidió además, a doña Claudia, dejar de defender lo indefendible y nombrar a una verdadera administradora del Metro.
El líder mencionó que los trabajadores han realizado advertencias de zonas rojas en otras líneas como la 9, la 5 y la B: “¿cuántos muertos, cuántos heridos más vamos a necesitar para decir que el Metro no es seguro?”, indicó.
Obviamente, la señora Serranía es tan irresponsable como incompetente, que no da importancia a que su forma de desempeñarse como funcionaria en una entidad tan significativa y delicada como el Metro, cobre víctimas y luego, simplemente se esconda, mientras la defienden. Transcurra el tiempo y todo se olvide, para volver a desatender la institución a la que no sirve.
Dicen que en otros rubros, fuera de la función pública, es aplicada, famosa y hasta experta en operación de vías. Además de desarrolladora de un software de tráfico y autoridad en transporte masivo. Lo que se palpa hoy, es que como funcionaria es un verdadero fiasco. Pero además empecinada en continuar en el cargo, sin importarle que su presencia pueda volver a ocasionar pérdidas de vidas humanas.
No es la primera vez que hay problemas en el Metro desde que está a cargo. El informador EMMEEQUIS da cuenta puntual de una serie de accidentes que han desfilado ante los ojos de la señora. Tal es su descuido y su incapacidad, que cuando se incendió el Puesto Central de Control 1, la señora lanzó la más desatinada e ignorante respuesta: “yo sólo soy la directora del Metro”. Casi nada.