Desaparecer el Metro
Armando Ríos Ruiz miércoles 12, May 2021Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Lo ocurrido en la Línea 12 del Metro la noche del lunes 3 de mayo, seguramente quedará impreso en la mente y en el corazón de muchos mexicanos, como una huella trágica provocada por las autoridades que hoy gobiernan. Mientras, éstas harán su mejor esfuerzo y a lo mejor ni eso, por olvidar los hechos que algunos, como ya sabemos quién, deben haber sepultado en lo más recóndito de sus olvidos.
Es posible que a estas alturas, la directora del Sistema de Transporte ya sepa, más o menos, qué hace en el cargo. Hace poco evidenció que no sabía nada al respecto y después del accidente que provocó la muerte de casi una treintena de usuarios y 80 lesionados, pareció no haber registrado el siniestro. No se le vio ninguna preocupación y hasta afirmó que no renunciaría al puesto.
No está consciente de que su presencia como directora la convierte en responsable del terrible accidente. Lo mismo a Marcelo Ebrard y a Claudia Scheinbaum. Cuentan con la gracia del máximo mandatario y eso los transforma en inamovibles. Al mismo tiempo, la segunda ya dio muestras de que protegerá contra viento y marea a la directora, Florencia Serranía.
Y de que hay responsabilidad innegable, la hay. La firma consultora Moore Orozco, que fue contratada por el Metro en calidad de auditora independiente para practicar un informe sobre los estados financieros de la empresa, al cierre del año pasado, manifiesta que en ningún rubro de mantenimiento se concretaron las metas programadas, con una tasa de cumplimiento de 91.20%.
Nuevamente nos preguntamos: ¿qué hace entonces la señora Serranía? ¿Y por qué ese empecinamiento por mantenerla allí, aun cuando ha mostrado con absoluta claridad su falta de responsabilidad, de preocupación; su falta de visión, de predisposición y hasta su desconocimiento de por qué fue puesta en sus manos una empresa tan delicada, que por la falta de mantenimiento, vital a todas luces, produce catástrofes lamentables y que hoy está convertida en una bomba de tiempo cuyas consecuencias son inimaginables?
No está consciente del daño inmenso que seguramente volverá a causar su presencia en el Metro. Pero en todo caso, tampoco están conscientes quienes la defienden a ultranza, sin importar que su incapacidad volverá a estallar junto con algún otro recodo, de tantos que aparecen averiados por doquier.
Basta hacer un recorrido por todo el Sistema de Transporte, para apreciar a simple vista, las múltiples cuarteaduras que un día serán lamentables. Esto podría hacerlo la señora. Si le da flojera, entonces que envié a alguien de su confianza, ignorante en la materia, pero con buena vista, para que le informe que es cierto que el estado del Metro es lamentable.
Esas serían verdaderas muestras del amor a los pobres que no pregona el primer mandatario y que no secunda la voz de la jefa de Gobierno como loro o como eco, que en realidad ponen en evidencia su sinceridad. Pero esas muestras no sirven ni para la foto, como la que se tomó el Presidente cuando visitó a un militar postrado como enfermo de coronavirus, que después apareció fresco en una mañanera. Se trata de un individuo que usan para montajes. ¡Cuánta desvergüenza, a pesar de que siempre se les cae el teatro!
El documento dice además, que las instalaciones “tienen, en algunos casos, más de 50 años de operación ininterrumpida, observan distintos grados de deterioro y deficiencias en la infraestructura civil de las estaciones y por lo tanto, es indispensable su rehabilitación”. Menciona que en la red del Metro durante 2020 se registraron 4 mil 288 averías relevantes en los equipos de instalaciones fijas, “se registran en promedio diario 12 averías, en donde las líneas con mayor número de éstas son la 2, A, 1 y la 12”.
Por informes como el anterior, los legisladores de Morena rechazaron otra investigación. Por temor a los resultados. ¿Por qué mejor no desaparecen el Metro, caro e inseguro y obra del pasado, como el aeropuerto de Texcoco?