Sin educación, condenados a la pobreza
José Luis Montañez Aguilar lunes 10, May 2021Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Ya no figuramos en el concierto internacional, México dejó de ser protagonista en los foros globales y una mal entendida política de no intervención nos ha excluido de la política mundial. Al interior, nos retraemos de la aplicación de las calificaciones de los organismos especializados y ahora nos salimos de la prueba para medir el nivel de nuestra educación, donde por cierto estamos reprobados.
Se anunció que nuestro país no aplicará la prueba PISA para medir nuestra política educativa, sistema que utilizan todas las naciones de la OCDE para evaluar la educación en cada uno de los países miembros.
El informe PISA es un estudio del organismo internacional a nivel mundial que mide el rendimiento académico de los alumnos en matemáticas, ciencia y lectura. Su objetivo es proporcionar datos comparables que permitan a los países mejorar sus políticas educativas, ya que ese análisis no evalúa al escolapio, sino el sistema en que es educado. La prueba se realiza desde el año 2000, cada tres años.
En la última medición, México estuvo por debajo del promedio mínimo que exige la OCDE. En lectura, solo obtuvimos 420 puntos de 487 que marca la Organización como mínimo. En matemáticas tuvimos 409 de 489 y en ciencia llegamos a 419 de 489. Estamos por debajo de la media tabla, muy lejos de Singapur, China o Macao, que son las naciones más cercanas a los 600 puntos posibles que marca la prueba. En Latinoamérica somos inferiores a Chile y Uruguay que puntean en esta parte del continente, aunque ocupan los lugares 48 y 53 del ranking mundial.
La educación es fundamental para el desarrollo de cualquier sociedad, pero en el proyecto político de la 4T eso no importa, porque mientras más ignorantes y pobres, más manipulables son los ciudadanos, solo se utilizan como carne de cañón en los procesos electorales.
Hasta en el porfiriato hubo una mente brillante en la instrucción pública con Justo Sierra; José Vasconcelos estuvo en la SEP en el México post revolucionario; por las oficinas de la calle de Argentina pasaron Jaime Torres Bodet, Agustín Yáñez, el polémico Porfirio Muñoz Ledo, el ideólogo Jesús Reyes Heroles, Fernando Solana Morales, Miguel González Avelar y Emilio Chuayfett Chemor, entre otros servidores públicos que procuraron mejorar la educación en México y a pesar de sus esfuerzos, mantenemos un retraso histórico, el cual se agrandará en esta administración que se ha encargado de demoler el trabajo de sus antecesores, sin proponer un programa educativo que mejore la calidad de los profesores y en consecuencia de los conocimientos que transmiten a los alumnos.
Pero como aquí nos manejamos con otros datos, el régimen cree que el nivel educativo está bien. Solo hay que ver la deficiencia académica de la Universidad de la Ciudad de México, creada hace 20 años por el entonces Jefe de Gobierno y hoy Presidente de la República, donde el nivel de titulación de sus egresados es el más bajo, y por mucho, de todas las instituciones de educación superior del país.
La pobreza sólo se combate con una educación de calidad, la cual no está en las prioridades de este gobierno. No se acepta que nos califiquen organismos internacionales; hoy es la educación, mañana serán los parámetros para medir nuestra pobreza. No se aceptan los datos que vengan de fuera; al rato el Inegi cambiará sus encuestas para medir el desarrollo por indicadores de bienestar, con ello, encubrirán nuestro retraso económico para dar prioridad a los programas clientelares del gobierno. Vamos requetebién.