Tláhuac y Ebrard
Alberto Vieyra G. lunes 10, May 2021De pe a pa
Alberto Vieyra G.
El 23 de noviembre de 2004, AMLO cobraba como jefe de Gobierno de la Ciudad de México y Marcelo Ebrard era el jefe de la policía capitalina con la que jamás llegó a Tláhuac para rescatar a 3 malhechores que fueron linchados por Fuente Ovejuna. Ebrard alcanzaría triste fama como el hombre que jamás llega a donde es su obligación llegar. Por cierto, que tampoco llegó al lugar donde se necesitaba que llegara la señora Claudia Sheinbaum, en las horas negras del metrazo la noche del pasado lunes 3 de mayo.
Cientos de voluntarios luchaban por rescatar a muertos y heridos, mientras la máxima autoridad de la Ciudad de México, incluyendo la policía brillaba por su ausencia. AMLO tampoco tuvo la sensibilidad humana de quitarse la pijama y dejar la comodidad de Palacio Nacional para irse a Tláhuac a rescatar víctimas de entre los hierros retorcidos. La empatía nunca ha sido el fuerte del Presidente. Todo México ya lo había visto que en las inundaciones de Tabasco no tuvo la empatía para arremangarse y meterse al agua para auxiliar a víctimas. Tuvo miedo al resfriado.
Fíjese usted, que esa falta de sensibilidad humana y política fue la tumba del PRI en las elecciones presidenciales de 1988, pues el entonces Presidente de México, Miguel de la Madrid prefirió la comodidad de la Residencia Oficial de Los Pinos, en lugar de irse en mangas de camisa a rescatar muertos y heridos en los lugares siniestrados por el macabro terremoto de 1985. El pueblo se la cobró al PRI, como seguramente ahora se las cobrará a Morena y a su dizque líder, Andrés Manuel López Obrador.
Pero la cuestión es que esa falta de insensibilidad política y humana desgasta a cualquier politicastro y a cualquier partido. Hoy vemos a AMLO y a sus achichincles insensibles a las demandas del pueblo, que seguramente jamás llegarán a ser candidatos a la Presidencia de la República. La tragedia en la L-12 del Metro desenmascara quienes son los politicastros de la llamada izquierda mexicana, que hoy lucran con el poder o a la mafia del poder
Siempre han simulado políticamente ser luchadores sociales por el solo hecho de criticar al gobierno en el poder o como en el caso de AMLO, de haberse rasguñado cuando protestaba en un pozo petrolero tabasqueño, lo que motivó que con dos hilos de sangre lucrara con el poder haciéndose pasar como un luchador social o como el tan esperado Quetzalcóatl sexenal hasta llegar a la Presidencia.
A un mes de las elecciones federales del 6 de junio, el metrazo del pasado lunes exhibe a un gobierno bueno para nada, insensible al que se le viene el mundo encima, que busca culpables, pero no entre los culpables, pues ha trascendido que la empresa noruega Det Norske Veritas (DNV-GL) fue sacada de la chistera de AMLO y se presume que el peritaje que realizará en la L-12 del Metro no hallará culpables, pues se pretende responsabilizar al terremoto de 2017 o bien a las innumerables fallas geológica que abundan en la zona, donde ocurrió el siniestro. Pero que chistoso, se sabe también que esa empresa noruega es cliente de AMLO y de la titular de energía, Rocío Nahle quienes le han otorgado contratos millonarios en Pemex y otras áreas gubernamentales para cuestiones de riesgos y siniestros.
Yo le pregunto: ¿Usted cree que la empresa noruega sería capaz de matar a la gallina de los huevos de oro y encontrar culpables entre un Carlos Slim y sus empresas constructoras, entre Ebrard, una Claudia Sheinbaum, un Mario Delgado, que era secretario de finanzas de Marcelo Ebrard en el gobierno chilango o del hoy canciller, quien a menudo realiza misteriosas y sospechosas visitas al gobierno ruso, so pretexto de arreglar asuntos de vacunas? Pero fíjese usted que en Estados Unidos ya se encendieron los focos rojos ante una intromisión de Rusia.
No me lo tome a mal. Pero aquí entre nos, le adelanto que, así como en este pueblo no hay ladrones, tampoco habrá culpables en el metrazo. ¿Acaso AMLO culparía a los conservadores fifís?