Estudiantes refugiados, grupo vulnerable por su desplazamiento forzado
Luis Muñoz viernes 7, May 2021Segunda vuelta
Luis Muñoz
La reciente crisis de personas refugiadas ha puesto a muchos países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) bajo una enorme presión para acomodar e integrar a gran número de refugiados.
Un estudio sobre el tema señala que las y los estudiantes refugiados son un grupo especialmente vulnerable por su desplazamiento forzado, pero los sistemas educativos no siempre cubren sus necesidades, lo que puede inhibir el potencial para su integración.
De acuerdo con el estudio “La educación para personas refugiadas: modelos y prácticas de integración en países de la OCDE, cuya autora es Lucile Cerna, expone que esto plantea desafíos notables, ya que la integración de este grupo vulnerado en los sistemas educativos es importante para su rendimiento académico, así como para su bienestar social y emocional.
La integración exitosa o la falta de ésta en la escuela, también puede afectar las futuras oportunidades laborales y el potencial para la integración social de niñas, niños y jóvenes.
Explica que si bien han ido en aumento las investigaciones sobre la integración de personas inmigrantes, la investigación en políticas vigentes sobre niñas, niños y jóvenes desde una perspectiva educativa es más bien limitada, fragmentaria y circunscrita a casos específicos.
Todavía no se dispone de encuestas a detalle ni de proyectos de investigación enfocados en los actuales grupos de personas refugiadas que permitan comparaciones cruzadas entre países.
El texto analiza las necesidades fundamentales de las y los estudiantes refugiados y los factores que fomentan la integración y propone un modelo holístico de integración en la educación que responde a las necesidades didácticas, sociales y emocionales del estudiantado en situación de refugio.
El documento analiza el tipo de políticas y prácticas que llevan a cabo los países de la OCDE en apoyo de la integración de este grupo de población. Sin embargo, no son muy comunes las evaluaciones de prácticas y políticas, lo que dificulta analizar su éxito.
Huelga decir que la educación es uno de los derechos más importantes para el desarrollo humano de todas las personas, en todas las etapas de la vida. Para la OCDE es un tema de gran relevancia en el cual han buscado desarrollar marcos curriculares y estrategias pedagógicas pertinentes con el fin de ofrecer una educación de calidad.
En la región iberoamericana, la movilidad geográfica de personas se ha vuelto más notoria, principalmente en países de Centroamérica, ya que en los últimos años la afluencia de grupos migratorios ha ido en aumento, tanto en frecuencia como en volumen.
Entre los diversos factores detonadores se identifican la búsqueda de oportunidades laborales por cada vez más personas jóvenes; la pobreza extrema y la violencia, así como la búsqueda de una mejor calidad de vida y la obtención de un mejor nivel educativo.
En 2019, el número de personas migrantes internacionales a nivel global ascendió a 272 millones, un registro que indica un incremento de 51 millones de personas desde 2010. Pese a que el número de personas migrantes en todo el mundo representan una proporción bastante pequeña respecto a la población total, esta ha aumentado de 2.8% en 2000 a 3.5% en 2019, lo que significa que en los últimos años el número de personas migrantes a nivel global ha crecido más rápidamente que la población mundial.
La distribución regional de las y los migrantes internacionales está liderada por Europa que alberga a 82 millones de personas, seguida por América del Norte con 59 millones, mientras que África del Norte y Asia Occidental reciben a 49 millones.
La situación actual de las migraciones y su vínculo con el desarrollo en la región iberoamericana ha cambiado significativamente durante los últimos años.
En América Latina y el Caribe se registra que alrededor de seis millones de personas han emigrado dentro la región, mientras que aproximadamente 25 millones han emigrado desde la región hacia Estados Unidos y Europa.
De forma concreta en México, que es un país de origen, tránsito, destino y retorno de migrantes, en 2018 se registraron a 29,623 personas, quienes solicitaron asilo en el país, un incremento de 103% en comparación con el año anterior. De estas personas, 25% eran niñas, niños y adolescentes, mientras que 29% eran mujeres.
En contraste a estas cifras existe un gran número de niñas, niños, adolescentes y familias migrantes que siguen rutas irregulares para cruzar México y llegar a los Estados Unidos de América.
Desde octubre de 2017 hasta junio de 2018, al menos 286,290 personas migrantes fueron interceptadas en la frontera suroeste de esta última nación, de los cuales 37,450 eran niños, niñas y adolescentes no acompañados, mientras que 68,560 de ellos viajaban en unidades familiares.
Según las proyecciones actuales, se espera que las cifras de migración mundial continúen al mismo ritmo actual. En consecuencia, la prestación de servicios de educación, salud y bienestar general para las niñas, niños y adolescentes debe ser de alta prioridad en las políticas de los gobiernos de acogida.