Culpables, a cargo de indagatoria
Armando Ríos Ruiz viernes 7, May 2021Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Nuestros políticos no sienten la menor pena cuando tratan de deslindarse de un acontecimiento que puede hacerles daño por estar involucrados. Tal ha ocurrido estos días, a partir del lamentable accidente en el Metro, entre las estaciones Olivos y Tezonco, en el que hubo más de una veintena de muertos y 80 heridos, que ameritaron el pésame del Presidente, envuelto en esa sonrisa llena de sarcasmo que nunca lo abandona.
El cinismo se expresa en disculpas que no miden la cordura ni el sentido común. Como si los que escuchan carecieran de seso. Es al revés. Se percibe la oquedad de las palabras. El intento por deslindarse de una culpa conocida de antemano. Las excusas se revelan mentirosas. Proferidas para engañar a todos. Pero sólo aceptada por descerebrados que se suman a la defensa por el sólo hecho de comulgar con el promotor. Sin el mínimo razonamiento.
Hasta la directora del Metro, Florencia Serranía, nueva en los menesteres de la política. No ha aprendido un átomo siquiera del manejo del cargo en el que presta su servicio solamente para estar allí y cobrar un sueldo. No se ha percatado que es más que para eso. Que tiene que ver con aspectos técnicos y de otra índole y en el menor de los casos, con una preocupación constante del estado de todas, absolutamente de todas las líneas.
No tiene siquiera capacidad para prestar oídos al vecindario, como en el caso de la noche del lunes. Desde hace cinco años, los vecinos del lugar del accidente se han quejado casi diariamente, de que se escuchaba el crujir de la construcción en el tramo dañado. De que al pasar un convoy se oía el rechinar del contacto de fierro con fierro. De las cuarteaduras visiblemente peligrosas que dejó el temblor de 2017. Sólo hubo sordera desde entonces.
Eso sí, declaró que no dejará el puesto ni por vergüenza. No la tiene. Además, su jefa, la “científica” Claudia Sheinbaum, ha expresado que la protegerá y que continuará en el cargo, pese a tantas pifias ofrecidas durante el par de años de aportar sólo desaliento e ignorancia. No es la primera vez que ocurre un problema. Después del incendio en la Central de Control del Metro, declaró que ella sólo era la directora del Sistema de Transporte. Eso indica con absoluta claridad que no sabe para qué está en el puesto que ocupa.
Pero hay competencia de ineptitudes. Su jefa la protege, porque los ineptos se protegen. No hay a cuál ir. También la Sheinbaum es responsable. Como siempre, ha prometido actuar hasta las últimas consecuencias. Si fuera cierto, tendría que actuar en su contra. Pero está exonerada de cualquier culpa, como la que aún goza por el derrumbe del Colegio Rebsamen, cuya carga total recayó en la directora, que había pagado a la delegación que manejaba la señora Claudia, para obtener un peritaje estructural del edificio. Hoy es la única en la cárcel.
Atiza con la investigación en contra de quien desde hoy considera su adversario para 2024, Marcelo Ebrard, quien también declaró que jamás ha sido corrupto. Muchos conocen los negocios, precisamente con la Línea 12. En Santa Fe y otros. ¿Por qué huyó de México, cuando se descubrió el incremento de más de 60 por ciento al precio de la mencionada línea? ¿Que estaba construida con materiales de ínfima calidad y técnicamente inaceptable?
Aseguró que su responsabilidad es hasta 2013, porque su sucesor, Mancera, recibió de conformidad. Pues en todo caso, ambos tienen mucho qué explicar respecto del letal accidente del lunes. El mismo Presidente López tendría que actuar en contra de todos los mencionados.
Sabemos que eso no ocurrirá. Menos con sus predilectos. En su gabinete, todos tienen permiso para actuar como les venga en gana. Pueden ser corruptos y exhibir que lo son. Sus señalamientos son sólo para los que ya no gobiernan. Pero que además ni siquiera persigue.