¿A quién culpar del más grave accidente en 50 años de operación del Metro?
Miguel Ángel Rivera miércoles 5, May 2021Clase Política
Miguel Ángel Rivera
Al contrario de lo que hace con mucha frecuencia, el presidente Andrés Manuel López Obrador no encontró a ningún gobierno anterior, ni conservador ni neoliberal, al que culpar por el accidente ocurrido en la Línea 12 de Metro capitalino, a consecuencia del cual han muerto al menos 24 personas y decenas de miles padecen por haber quedado sin transporte.
Difícil encontrar presuntos culpables cuando los más graves incidentes son en gran medida resultado de falta de mantenimiento, una consecuencia directa de los programas de austeridad impuestos por el gobierno de la llamada Cuarta Transformación para asegurarse recursos suficientes para mantener sus programas clientelares.
Además, en el caso de la Línea 12, cuyo sobrenombre de la “Línea Dorada” resulta una mala broma, se tiene el antecedente de que el anterior gobierno capitalino, encabezado por el ahora coordinador de los senadores del PRD, Miguel Ángel Mancera Aguayo, denunció que ese ramal inaugurado en octubre de 2012, tenía fallas estructurales que fueron dadas a conocer casi desde el inicio de operaciones, al grado que desde 2013 se suspendió el servicio los fines de semana, para la “renivelación” de rieles.
A pesar de esa reparación, en marzo de 2014 se suspendió por completo el servicio en 11 de las 20 estaciones de esa línea. Los especialistas encontraron, además de los desniveles, otros problemas como alta vibración y desgaste de las vías que ponían en riesgo la seguridad de los usuarios.
En julio de 2015, se anunció la detención de tres personas relacionadas con la construcción de la línea 12 y se buscaba a tres más, una de ellas era Enrique Horcasitas, ex director del Proyecto Metro y buscado por la Interpol, aunque posteriormente fue amparado por los tribunales.
Además, en ese mismo año, el candidato del PRD a diputado federal por el Distrito 27 en Tláhuac, Crescencio Morales Ávila, interpuso una denuncia penal en contra del ex jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubon, por las anomalías detectadas en la Línea 12. Los cargos eran tráfico de influencias, abuso de autoridad, daño patrimonial y ambiental, enriquecimiento.
En particular, el candidato perredista destacó el aumento en el precio de construcción, que pasó de 15,000 millones de pesos a 25,000 millones, la afectación a diversos ejidatarios de Tláhuac y que la edificación al inicio se planteó para ser subterránea, entre otras. Más tarde, al continuar las denuncias y llegar el asunto a la Cámara de Diputados, se llegó a hablar de que los costos habían superado los 40 mil millones.
No obstante, a final de cuentas no se pudo comprobar nada contra el ex jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal.
De cualquier forma, Ebrard se protegió con lo que se conoció como autoexilio. Vivió un tiempo en los Estados Unidos, pero sobre todo en Francia.
Regresó del destierro bajo la sombra del entonces candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, quien lo designó coordinador regional de su campaña en la primera circunscripción electoral, que comprende los estados de Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Durango, Jalisco, Nayarit, Sinaloa y Sonora.
Sea por causas naturales o por deficiencias en la operación del Sistema de Transporte Colectivo Metro, en lo que va de la actual administración se han registrado tres accidentes considerables en las líneas del Sistema de Transporte Colectivo.
El pasado 11 de marzo de 2020, casi al tiempo que se iniciaba la pandemia del coronavirus, en la estación Tacubaya se registró el choque entre dos convoyes del Metro, con saldo de un muerto y al menos 41 personas lesionadas. Aunque se habló extraoficialmente de fallas en el equipo, se responsabilizó a dos trabajadores, Alan Omar N., conductor del tren 33, y María Maricela S., reguladora de línea, quienes fueron consignados por los delitos de lesiones culposas en agravio de cuatro personas, homicidio culposo y daño en propiedad ajena.
Más severo resultó un incendio registrado en el centro de control 1 del Metro, ocurrido el 9 de enero del presente año. A consecuencia, murió María Guadalupe Torres Cornejo, policía bancaria industrial, quien cayó desde el cuarto piso, además de que el incendio dejó atrapadas a 60 personas que se refugiaron en el quinto piso y la azotea del edificio central del STC. De ellas, 29 fueron trasladadas a hospitales a consecuencia de intoxicación por humo.
Aunque se restó importancia al hecho, trascendió extraoficialmente deficiencias en los programas de mantenimiento, no sólo del Metro sino de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), a la que pertenece la subestación afectada por el siniestro.
El incidente ocasionó la suspensión de seis líneas del sistema de transporte colectivo, en donde el servicio se restableció paulatinamente. La última en hacerlo fue la número 2, el pasado 8 de febrero, casi un mes después del incidente.
En febrero, la Fiscalía General de Justicia (FGJ) de la CDMX informó que el incendio fue causado por un cortocircuito, que se trató de un accidente fortuito y no previsible.
Aunque se menos impacto mediático, en el curso del presente año se registraron otros incidentes. En la Línea A, que corre de Pantitlán a La Paz, un convoy se descarriló en la zona de talleres. Además, se registró presencia de humo tras el paso de un tren en la estación Refinería de la Línea 7, sin que resultaran afectaciones de gravedad ni daños personales.
La suerte se agotó la noche del lunes pasado, día 3, día de los albañiles y en general de todos los trabajadores y profesionales de la industria de la construcción.
Esa noche se venció una trabe, conocida como “ballena”, sobre la que circula el Metro en un segundo piso y un tren se vino abajo. Hasta la hora de escribir estas líneas, oficialmente eran 24 los muertos, mientras que los heridos sumaban más de 70, algunos de ellos graves.
No sólo la 12, también en otras líneas
hay riesgo de accidentes, dice el sindicato
El Sindicato Mexicano del Sistema de Transporte Colectivo advirtió que no sólo la 12, sino también otras líneas presentan deterioro y falta de mantenimiento que las hacen riesgosas para los usuarios y trabajadores. En particular señaló como las líneas más riesgosas las que comprenden tramos elevados, como la 4, 9 y B.
De acuerdo con este reporte sindical, lo más conveniente es detener el servicio de toda la red del Metro, mientras no se realice una inspección integral que garantice la seguridad para las personas.
“Por decir esto fuimos despedidos, no es seguro, tú dime si es seguro con lo que pasó ayer, si tú le hubieras preguntado ayer a Claudia y se lo preguntaron en conferencia y dijo que era seguro, que no pasaba nada, que habían sido incidentes muy pequeños, ahí está la prueba, cuántos muertos, cuántos heridos más necesitamos para decir que el Metro no es seguro”, dijo Homero Zavala, secretario del Trabajo del sindicato del Metro.
El sindicato, que agrupa a los trabajadores disidentes y que es minoritario demandó el cese de Florencia Serranía como directora del Metro y que se le finquen responsabilidades penales y administrativas, pues aseguraron que ya habían denunciado desde al menos hace seis meses que la trabe que se colapsó en la Inter estación Olivos-Tezonco, porque presentaba vibraciones y hundimientos, pero ni por eso se le dio mantenimiento.
De acuerdo con los trabajadores sindicalizados, aparte del intenso conflicto en torno a la mal llamada “Línea Dorada”, las alarmas se intensificaron a partir del terremoto de 2017, fenómeno que reveló daños en estructura al grado que a simple vista se apreciaba una pequeña oquedad en lo largo de la trabe, de la ballena, que aún así no fue revisada, dijeron los sindicalistas.
Los afiliados a ese sindicato advirtieron que preparan un paro total, en tanto no se garantice la seguridad para los trabajadores. Vamos a hacer movilizaciones, sí, porque si esta señora sigue al frente los trabajadores ya no quieren, ayer lo viví con mis compañeros ya no se querían salir al tramo de superficie, ya no se querían subir a los trenes, ya no querían brindar servicio, había temor, había pavor de un efecto dominó con las trabes.
“Esto pudo haberse evitado y tenemos el mismo problema en Línea 9 y 5, una falta de administración que los trabajadores hemos denunciado y si nos escucharan no habría pasado”, aseguró Zavala en entrevista con ADN40.