Listos, los “Juanito(a)s” para guardar sitios a Félix Salgado y a Raúl Morón
Miguel Ángel Rivera viernes 30, Abr 2021Clase Política
Miguel Ángel Rivera
Empeñados, desde hace tiempo, en culpar de sus males a los consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE), a los que ahora han sumado a los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), los dirigentes real y formal de Morena no se han detenido a reflexionar que sus problemas derivan a buena medida de sus intentos de violar la ley.
Y como no han percibido sus propias fallas, ya preparan un nuevo intento de darle la vuelta a la legalidad y para ello preparan un ardid patentado por su líder y fundador, Andrés Manuel López Obrador, y llevado cabo con el respaldo del que ahora es su hombre de confianza, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubon.
Esa artimaña se conoce con el nombre “Juanito” o “Juanita” y consiste en postular a un candidato que, al ganar las elecciones, renunciará a su puesto y dará oportunidad para que los legisladores incondicionales nombren un sustituto que no pudo ser registrado porque no cumplía los requisitos para ser candidato.
Pero, vamos por partes. Primero se debe dejar constancia de que la cancelación de las candidaturas del mencionado Salgado Macedonio, en Guerrero, y de Raúl Morón, en Michoacán, fue consecuencia de un intento de engaño recomendado por el dirigente formal de Morena A, el diputado con licencia Mario Delgado Carrillo, a quien los propios militantes del partido guinda ubican en el equipo de Marcelo Ebrard, de quien fue secretario de Finanzas en el gobierno del entonces Distrito Federal.
Delgado Carrillo les recomendó a algunos de los aspirantes a cargos de elección popular no presentar sus reportes de ingresos gastos, con el pretexto de que no eran precandidatos, aunque sí lo fuera e hicieran actividades de proselitismo.
Este “consejo” fue dado a conocer por el propio frustrado candidato a gobernador de Guerrero, Félix Salgado Macedonio, quien en declaraciones a los medios y al comparecer ante los magistrados electorales para defender su registro, admitió que el dirigente formal de su partido le aconsejó no cumplir ese requisito. Todavía más, el INE aplicó una multa -validada por el TEPJF- a Morena por negar que hubiera de precandidatos, aun cuando en ambos casos se confirmaron actos de proselitismo de los aspirantes sancionados.
Ante esta situación, los consejeros del INE y luego los magistrados del Tribunal no hicieron más que aplicar la ley, que establece como único castigo por no presentar informes de gastos la cancelación de la candidatura.
El respectivo artículo de la ley electoral, el 229, tampoco hace referencia al monto de los gastos omitidos y como ya se ha comentado anteriormente, fue parte de una reforma promovida por los entonces partidos de oposición, entre los cuales era figura destacada el, en esos momentos derrotado candidato presidencial, López Obrador, quien denunció a su vencedor, Enrique Peña Nieto, por exceso de gastos, obviamente no reportados.
Otra triquiñuela atribuida a Morena -con respaldo de sus partidos satélites- es el registro de una parte de sus candidatos bajo las siglas de otro instituto político, lo cual le permitió una sobrerrepresentación de la que todavía goza en la Cámara de Diputados. Casualmente, uno de los diputados incubados bajo otras siglas fue Mario Delgado, a quien lo registró el PT.
La determinación de consejeros y magistrados electorales de evitar que se repita la sobrerrepresentación es otro de los motivos de enojo en las filas de la llamada Cuarta Transformación. Tanto que, ayer, el presidente López Obrador confirmó ayer que enviará una iniciativa para otra reforma electoral que, obviamente, va dirigida contra INE y TEPJF.
Las críticas presidenciales tuvieron el respaldo de siete mandatarios estatales de Morena, los cuales se pronunciaron contra el INE y el TEPJF acusándolos de actuar con “parcialidad” y de atentar “contra la democracia”.
“Juanito(a)s” vienen en camino
La declaración del primer mandatario envalentonó al frustrado candidato guerrerense, Salgado Macedonio, quien dio por hecho que le quitarán de enfrente a los consejeros y magistrados que cancelaron su registro.
“Mucha suerte Lorenzo. Será la última elección que organice el INE”, escribió Salgado a través de su cuenta de Twitter.
Los conocedores suponen que los deseos de desquite del impresentable ex candidato se fortalecen porque al parecer su líder y guía dio luz verde para poner en práctica un recurso que, si no fue inventado por ellos, sí lo pusieron en el primer plano de la picaresca política nacional: los “Juanitos” o “Juanitas”.
Por cierto, cabe aclarar que el personaje central del nacimiento de esa maniobra, no se llama Juan. Su nombre real es Rafael Acosta Ángeles y lo de “Juanito” es sólo un alias.
El recurso de impulsar al triunfo a un candidato sólo para que, al triunfar, renuncie para dejar el sitio al frente del gobierno a otra persona que, por cualquier razón, no pudo participar en los comicios, se inició o se hizo popular en 2009 y en esa fase fue figura central el “presidente legítimo” Andrés Manuel López Obrador, quien todavía -como ahora- sostiene que sólo fue superado por el panista Felipe Calderón mediante un fraude.
Además de su lucha nacional, por entonces López Obrador sostenía una contienda interna contra la tribu de “Los Chuchos” -encabezada por Jesús Ortega y Jesús Zambrano- por el control del entonces todavía poderoso Partido de la Revolución Democrática (PRD) que todavía tenía un control absoluto en la capital de la República.
Uno de los puntos centrales de la disputa del “presidente legítimo” era la de sembrar a sus mejores prospectos en posiciones relevantes que le permitieran retener el control del partido en su plaza fuerte, pues como se confirmaría a finales de 2011, tenía planeado lanzarse nuevamente por la titularidad del Ejecutivo federal.
Para dirimir quién tenía el control real del partido del sol azteca, se decidió que los cargos de representación popular se decidieran en elección abierta. López Obrador designó candidata a la delegación de Iztapalapa a Clara Brugada, quien ya había sido diputada federal y local, pero que, sobre todo, se distinguió en la defensa del pretendido triunfo del “presidente legítimo” en las elecciones de 2006.
Por “Los Chuchos” la abanderada en esa delegación fue Silvia Oliva Fragoso, quien era diputada federal por segunda ocasión, además de haber sido miembro de la Asamblea Legislativa de la capital y presidenta de su partido también en el entonces Distrito Federal. En lo personal, la candidata era miembro de una familia que gobernó 6 años la delegación de Iztapalapa: René Arce, su esposo, de 2000-2003, y Víctor Hugo Círigo, su cuñado, de 2003 a 2006.
Fue una contienda muy cerrada que terminó en el Tribunal Electoral Federal, por las mutuas denuncias de acarreo de votantes, compra de votos y otras irregularidades. Por el bando de “Los Chuchos” hubo acusaciones de que Brugada también recibió respaldo “ilegal” de parte del entonces gobernante capitalino, Marcelo Ebrard Casaubón.
El TEPJF falló en favor de Oliva Fragoso, pero la dirigencia perredista en la capital, encabezada por Alejandra Barrales, se resistió, hasta que los magistrados dieron un ultimátum.
En respuesta, el bando encabezado por el frustrado candidato presidencial optó por buscar la forma de registrar a Brugada como candidata de su frecuente aliado, el PT, pero los plazos ya habían vencido y este instituto político ya había registrado a Rafael Acosta Ángeles.
López Obrador convocó a votar por “Juanito” Acosta, con quien ya habían llegado al acuerdo de que renunciaría, para dejarle el sitio a Brugada, quien sería designada por una Asamblea Legislativa controlada por Marcelo Ebrard.
Ese es el antecedente, ahora se dice que la “Juanita” de Guerrero será Evelyn Salgado Pineda, hija Félix, quien gobernaría a trasmano en tanto se cumple el plazo para que el Congreso local, que se presume será controlado por Morena, lo designe gobernador sustituto.
En Michoacán, donde Morón se negó a utilizar a su hijo, el “Juanito” será Alfredo Ramírez Bedolla, de larga militancia al lado de López Obrador, quien perdió la candidatura a la presidencia municipal de Morelia, también por no presentar informe de gastos y que había recibido como compensación un lugar en la lista de candidatos a diputados plurinominales.