Héroe o villano
Freddy Sánchez martes 27, Abr 2021Precios y desprecios
Freddy Sánchez
El presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el ministro Arturo Zaldívar ha dado lugar a una estridente polémica sobre su actuación ante la aprobación de una reforma legal que prolongó su mandato dos años.
Y es que mientras distintas voces de reconocidos juristas, intelectuales y políticos lo increpan por no haber declinado quedarse en el cargo, más del tiempo que legalmente le permite la constitución, el aludido decidió seguir resistiendo con estoicismo las críticas, (interrumpiendo su largo silencio) sólo para decir que después de que los diputados ratificaron lo aprobado por los senadores, en el momento legal oportuno definirá su postura al respecto.
No dijo claramente que rechazará la prolongación de su mandato ni tampoco que la aceptará, sino que dará tiempo a que se presenten las acciones legales de los inconformes contra la reforma legal en cuestión y tengan que ser los ministros de la Suprema Corte los que resuelvan si se trató o no de una reforma inconstitucional. Y ante la esa postura del ministro Zaldívar arreciaron las increpaciones en su contra.
El compromiso de que actuará conforme se lo dicte su conciencia y principios, hizo dar a entender que a fin de cuentas declinará quedarse más tiempo en el cargo, aunque sus colegas ministros lo aprueben. Sin embargo, la duda de que esa será su decisión final y la molestia de lo que se juzga como un ensayo para futuras violaciones constitucionales, hizo que los críticos del Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación prosiguieran con sus increpaciones hacia el aludido.
En contraparte, se han hecho presentes distintas expresiones atenuantes en favor de la actitud asumida por el ministro, quien queriendo darle un trato escrupulosamente legal al procedimiento legislativo de la Reforma del Poder Judicial aprobada en las dos cámaras legislativas, que incluyó el agregado polémico sobre la prolongación del mandato de presidente de la Corte, ( a decir de quienes lo apoyan), optó por no apresurarse a expresar su postura ante la reforma dando tiempo a que la Suprema Corte de Justicia resuelva una acción legal promovida por parte interesada.
O sea que el ministro Zaldívar, según esas apreciaciones, lo que se ha propuesto es respetar cada paso del procedimiento legal a seguir en estos casos, en relación con los tiempos y formalidades acordes al estado de derecho en vigor.
Es decir que como presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, (cabeza de uno de los tres poderes), lo que hace es simple y llanamente lo correcto, a fin de no provocar un conflicto entre poderes.
Cosa que, naturalmente, no satisface a los inconformes con el proceder del presidente de la Corte, al no dar la cara de inmediato para frenar lo que a su juicio ha sido una evidente ilegalidad cometida por el poder legislativo, incurriendo en violar la constitución con la aprobación de la prolongación de su mandato.
Lo que como es sabido, ya sucedió y tendrá que ser la Suprema Corte la que tenga la última palabra.
En ese aspecto, el ministro presidente de la Corte, hizo saber que si sus colegas resuelven que no es inconstitucional la prolongación de su mandato, será entonces cuando se pronunciará en concordancia con lo que le dicte su conciencia y principios.
La cuestión es que si los ministros declaran inconstitucional la reforma y el presidente de la Corte lo acata, el mérito para él será nulo, a diferencia de lo que ocurriría si sus colegas aprueban que se quede en el puesto dos años más y el ministro Zaldívar declina, ya que en ese caso los desacreditados serían los ministros que hubieran dado el carácter de legítima la reforma referida.
Expuesto de otra forma: tal como se han dado los hechos en este caso el descrédito para la Corte parece inevitable y lo único que faltaría saber, es si el ministro presidente, dependiendo de lo que decida hacer con la prolongación de su mandato, termina convertido en un héroe o villano.