Y ahora, la quimera de la reelección
Francisco Rodríguez jueves 22, Abr 2021Índice político
Francisco Rodríguez
Normalmente, la quimera es una ilusión que se persigue, pese a ser muy improbable que se consiga. Entre los griegos se representaba como un monstruo fabuloso con cabeza de león, cuerpo de cabra y cola de dragón. El arqueólogo, etnógrafo, doctor naval, escritor y poeta francés Víctor Segalen, experto en el arte chino, los revelaba como cuadrúpedos alados con barbas de chivo.
La quimera central del imaginario colectivo mexicano es, sin duda, la llamada Cuarta Transformación. Es, aunque nunca pudo ser definida, la ilusión que vino a sustituir la idea de Nación, los objetivos del nuevo régimen, el programa de gobierno y todas las zarandajas inconexas del grupo gobernante por simple agua de borrajas.
Los productos y subproductos de la 4T han sido sólo eso. Las principales promesas de campaña, ésas que le redituaron a la buchaca del gobiernito estilo Tepetitán los 16 millones de votos que le dieron el triunfo, para añadirse a los 14 millones del voto duro que se tenían, acabaron yéndose a la basura. No sirvieron sino para confirmar la ilusión de un pueblo hastiado.
En el verano de 2018 caímos en el garlito
Los slogans, repetidos hasta la saciedad, han comprobado que sólo sirvieron para distracción electoral en el verano de 2018. Cuando la población supo que había caído en el garlito, recapacitó y propinó en las elecciones locales del siguiente año la derrota contundente en los comicios de varios estados del centro y norte del país.
Y esto fue posible porque todos se dieron cuenta de que el asunto del avión presidencial, la prometida recuperación del IVA e ISR devuelta injustamente a un grupo favorito de empresarios -equivalente a casi un billón de pesos para financiar los programas sociales-, la consulta popular ofrecida para llevar a juicio a los grandes delincuentes del país resultó un sueño de primavera. Una quimera.
Contra la corrupción, sólo para renovar a las élites
No obstante, las grandes decepciones siguieron acumulándose: los programas sociales resultaron un botín para los privilegiados del sistema, fue un monstruo fabuloso el crecimiento prometido del 6% anual del producto interno bruto, se fugaron los grandes capitales, asustados por el bocazas de las “mañaneras” en Palacio, y todo lo que ya sabemos.
La fastuosa lucha contra la corrupción sólo sirvió para ganar tiempo y renovar las élites en el poder, la defensa de los derechos de los migrantes fue el disfraz para reprimirlos, mientras se cumplían las órdenes del patrón en la búsqueda de reelección en Estados Unidos y aquí.
La cruzada contra el hambre fue el parapeto para instalarla en todo su horror entre nosotros. La promesa de poner en su lugar a Trump y a todos los enemigos del desarrollo popular fue sólo la quimera para establecer un chairopopulismo y un experimento bolivariano de los que muy pocos saben su verdadero objetivo. Simplemente porque nadie sabe hasta dónde quieren llegar.
Destruidos los sistemas de salud, seguridad, alimentación…
La 4T se convirtió rápidamente en la Cuarta Decepción. La quimera, con mayor fiereza que los monstruos de las mitologías griegas y chinas está campante entre nosotros y la única forma de derrotarla no es ni con la lanza de Belerofonte, ni con la ayuda de Pegaso, su caballo alado. Proteger las tumbas como animales propicios para dispersar los malos espíritus no es ya la solución.
Las ideas positivas para enderezar el rumbo de este populismo de derecha son realmente inexistentes. Se han destruido los sistemas de salud, seguridad, alimentación, vivienda, educación y los de convivencia pacífica en libertad. Hasta los expedientes de las verdades históricas han sido obsequiados por el peñanietismo.
Ni líderes carismáticos, ni personalidades salvíficas
La estafa maestra, Ayotzinapa y Odebrecht han sido legados por el atacado neoliberalismo de Peña Nieto. A falta de conocimientos de gobierno y de valor para ejercer el poder, todo ha quedado inundado por un cataclismo social que no tiene referente en la historia moderna del país.
No resultaron líderes carismáticos, ni personalidades salvíficas, magnéticas, sino narcisistas de la peor ralea. El teatro se cayó desde que se concretó a ojos públicos el pacto de inmunidad celebrado desde tiempos de campaña con los cárteles más sanguinarios del narcotráfico militante, del militarismo apapachado, de la sociedad exclusiva y feroz. El huachicoleo con mayor enjundia en los incendios de Tlahuelilpan.
Aprovechados del hambre, la enfermedad y el dolor
Para colmo de los colmos, las autoridades financieras de la Cuarta Decepción salieron a proclamar, desdiciendo las bases de lo prometido en templetes electorales, que la única solución para conseguir dinero es aumentar los impuestos y pedir prestado al exterior. Las dos son hipótesis francamente ridículas, toda vez que nadie tiene para pagar más y el crédito externo está vedado para perseguir programas inviables y escandalosos.
Narcisistas y aprovechados del hambre, la enfermedad y el dolor popular, aparecen en escena, ahora en las personas de sujetos sin escrúpulos que son protegidos desde las oficinas salvadoras de Palacio. Con el doble carácter de proveedores de cajeros y financieros responsables del funcionamiento del Banco de Bienestar, ya están ahí.
Los De la Vega, apoyo$ a los atracomulcas y a la 4T
Apoyados por la fallida construcción soldadesca de las sucursales del banco de marras, asesorando en todo lo posible al desfalco y la demolición, los dos banqueros protegidos por el responsable de los padrones de los programas sociales del bienestar, los Alejandro del Valle, padre e hijo, ya están absolutamente empoderados por nuestros impuestos.
No les alcanzó el presupuesto sustraído de la proyectada compra de medicamentos para el IMSS, que no fue compensada por los cuantiosos préstamos del Banco Mundial, los De la Vega, saldos de aquellos lodos del Fobaproa, subastadores de las mansiones de los narcos en el Pedregal de San Ángel, son ahora los héroes de las finanzas públicas.
Los mismos que antes fortalecieron las finanzas del Grupo Atracomulco, los que operaron los llamados “tiros de precisión electorales” para engañar el voto de los mexiquenses, ahora son requeridos para asesorar magistralmente al puñado de mamarrachos que se devanan los sesos para convertir las maletas de dinero en votos para este 2021, para asegurar la prolongación del mandato y para lograr la reelección presidencial.
Alargar a perpetuidad la vida política del “caudillo”
Estamos en manos de mercachifles sin un ápice de compasión. Han venido para llevarse absolutamente lo poco que queda. Desde las 32 elecciones locales, hasta las 15 gubernaturas, las 1 mil 924 alcaldías y ayuntamientos, las 500 posiciones de la Cámara de Diputados y lo que se les atraviese en el camino.
No se dedican a otra cosa en Palacio. De gobernar, ni chiste. Tiene dos años que están planeando cómo alargar a perpetuidad la vida política del “caudillo”, aunque él lo niegue. Están maquinando la manera de hacernos sufrir a todos por un tiempo impredecible.
Sólo el tsunami, la eclosión del voto popular y masivo logrará contenerlos. Aunque de este lado no haya los miles de maletas de dinero para llevar a la gente a votar.
Objetivo que quién sabe si puedan lograr, pues ya se vio que, en eso de las estrategias, la gente y los programas son muy cercanos al cero.
La esperanza, antes que la quimera de los mamarrachos. De este lado lo que hay es amor a la patria.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: Tanto lo ha dicho que ya casi le creemos. Andrés Manuel López Obrador afirmó, oootra vez, que no está en búsqueda de la reelección al cargo y en el 2024 se retirará de la política. En la “mañanera” de este martes 20 de abril, López Obrador enfatizó: “yo no soy como ellos, lo que sí han acariciado ese proceso de reelegirse”. El mandato del tabasqueño concluye en septiembre de 2024 y posterior a ello, dejará de tener participación en la actividad política, dijo. “Ya escuché eso, de que si se amplía el periodo del presidente de la Corte es porque quiero reelegirme, que es un ensayo general, un prólogo”, agregó. Por ello comentó que después de que concluya su administración se irá a Palenque a escribir un libro, dijo que le llevará tiempo, y será sobre el pensamiento conservador. “Voy a vivir de mi pensión del ISSSTE y con la pensión de adulto mayor, pero nada absolutamente de la política”, refirió. Así que, citando al clásico: ¿Tú le crees a AMLO? ¡Yo tampoco!
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No preocuparse el año que viene hay revocación de mandado es un honor