La policía y otra historia de terror
¬ Augusto Corro miércoles 14, Abr 2021Punto por punto
Augusto Corro
Una familia formada por tres adultos y tres niños fueron secuestrados por la policía y mantenidos en cautiverio alrededor de 17 días.
Vivieron la historia de terror Julio Villaseñor, de 35 años; Jimena Romo Jiménez, de 24 años; Virginia Guadalupe Villaseñor Cabrera, de 24 años; Iker Fabricio Escoto Villaseñor, de 9 años; y Julia Isabela, de un año.
El pasado 24 de marzo se informó de la desaparición de la familia Villaseñor en una carretera del municipio de Acatic, Jalisco.
Luego de no saber nada del grupo de personas que regresaban de vacacionar en la Ciudad de México, se empezó a imaginar lo peor.
El hecho ocurrió en Jalisco, una entidad agobiada por las actividades de la delincuencia organizada y la ola de crímenes que se registran cotidianamente.
El secuestro empezó cuando los uniformados detuvieron el coche en el que viajaban los Villaseñor porque había una denuncia por robo de un auto.
Pasaron los días y las autoridades detuvieron a siete policías como sospechosos de la desaparición de la familia.
Después, ya en cautiverio, los plagiarios le dijeron a Jimena que su hija Julia Isabella iba a ser entregada a sus familiares. Efectivamente, la niña fue liberada.
Otra vez la policía participó en un hecho de abuso de autoridad que se repite a lo largo y ancho del territorio mexicano.
Jimena dijo que el caso que nos ocupa “es más que un milagro para nosotros, porque la verdad es algo impresionante no saber si ibas a vivir o a morir”.
Desafortunadamente, no será el último hecho criminal de la policía, que, como bien sabemos, no tiene la preparación necesaria para cuidar la seguridad de la población.
Si a lo anterior se suma sus raquíticos sueldos los uniformados se encuentran expuestos a acudir al llamado de la delincuencia organizada para convertirlos en socios.
¿Por que la discriminación a médicos?
El sector médico privado es subestimado por las autoridades que no les interesa protegerlo de la amenaza del coronavirus Covid-19.
Médicos y enfermeras se manifestaron, el viernes pasado, frente a Palacio Nacional para exigir que se les aplique la dosis contra el virus.
En su protesta señalaron que “todos somos primera línea”.
Como respuesta, el presidente Andrés Manuel López Obrador le dijo que esperen hasta que nos toque a todos.
La contestación debió ser más amable. Los médicos y enfermeras deben ser atendidas con atención y educación por parte de las autoridades.
Se quiera aceptar o no, ese sector de la medicina privada se encuentra también en el frente de batalla contra el coronavirus.
¿Y los otorrinos? Estos especialistas de la medicina tienen que revisar al enfermo, armados con sus cubrebocas. ¿Y los dentistas?
En fin, son muchos los casos, de quienes laboran en el sector privado de la salud viven constante riesgo de contagiarse.
Los médicos privados, al igual que quienes están en la primera línea de lucha contra el Covid-19, debieron ser vacunados inmediatamente, sin pretexto alguno.
La vacuna “Patria”
No es que todo lo que hace el gobierno parezca mal. Lo que se le critica es la falta de tino para tratar los múltiples problemas que le llegan.
Por ejemplo, ayer en la conferencia de prensa presidencial se informó de la vacuna anti-Covid-19 llamada “Patria”.
Ya iniciaron pruebas en humanos para confirmar la efectividad del biológico. Sólo que la vacuna podría estar lista a finales de año, dijo María Elena Alvarez-Buylla, directora del Conacyt.
La producción del multicitado biológico en México generaría ahorros de más de 800%.
De lo anterior se desprende que la pandemia estará por tiempo indefinido en nuestro país. No es buena noticia. ¿Usted qué opina amable lector?