El INE, “carnal” de Morena
¬ Luis Ángel García lunes 12, Abr 2021Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Como la humedad, la 4T se ha filtrado en los organismos autónomos que debieran ser contrapeso del gobierno. Primero, acomodó a ministras de la Suprema Corte para garantizar votaciones a modo y frenar proyectos que contravengan los intereses del presidente. Ya cuenta con un obsequioso TEPJF. Se incrustó en el INEGI, el cual perderá su credibilidad y pronto dejará de hacer estudios sobre desarrollo para alentar las variables de bienestar. Busca desaparecer el INAI. No ha podido con el Banco de México, aunque ganas no le faltan, y ahora su obsesión es aniquilar al INE para volver a los nostálgicos tiempos en los que el gobierno manejaba las elecciones.
Nada parece detener el proyecto político transexenal del Ejecutivo, su poder no conoce límites y pretende acabar con todas las instituciones que se oponen a su ideario populista. Estás conmigo o contra mí. Por eso, al más puro estilo estalinista, quiere acabar con opositores y antiguos aliados.
Aunque lo niega, es rencoroso y no le perdona al árbitro electoral el no haberle dado, como si fuera concurso de belleza, el triunfo en las elecciones de 2006. Al arribar a la silla presidencial, después de un arrollador triunfo en las urnas, su prioridad fue cobrar venganza y pretendió desaparecer al INE por asfixia con el pretexto de que se gastaba mucho en la organización de los comicios y esa no es para él una función esencial.
A la salida de comisionados del INE ha incrustado a simpatizantes y si no logra derrocar al comisionado presidente, Lorenzo Córdova Vianello, esperará al término de su gestión para imponer a un incondicional, un dirigente del INE “carnal” que sancione las elecciones a modo.
La idea es recobrar el espíritu de la Comisión Federal Electoral de los setenta, cuando el férreo control del secretario de Gobernación anulaba a la oposición y sus reclamos. La cultura del fraude electoral parece regresar. En futuras elecciones, con un sumiso INE, tendremos escenarios como el de 1976, cuando José López Portillo compitió solo en los comicios. Con falsa modestia, López Portillo y Pacheco reveló que había votado por el líder social Valentín Campa, del Partido Comunista de México, que en ese momento no tenía registro.
Hoy Morena cuenta con partidos satélite que le garantizan el triunfo de gobernadores, legisladores y presidentes municipales. En su momento, los paleros de JLP fueron el PPS y el PARM, ahora el PVEM, el PT, el PES y RSP son las comparsas de “morenos”.
Pero el gobierno no quiere esperar a la salida natural de Lorenzo Córdova y trata de apresurarla. El vaso que derramó el agua fue la anulación de las candidaturas “morenas” a los gobiernos de Guerrero y Michoacán. Ya recuperaron esta última a instancia del sumiso y leal TEPJF, pero no han podido, todavía, restituir al impresentable Félix Salgado Macedonio, presunto violador de mujeres e infractor de las leyes electorales. A capa y espada, su partido lo ha defendido y solapado su violencia feminista; ahora pretenden que el órgano electoral autónomo encubra sus faltas a la norma.
Nueva embestida contra el INE. La presión callejera que ejercen contra los comisionados -lo que no hicieron contra los magistrados del TEPJF-, hace recordar los chantajistas movimientos de la 4T cuando era oposición, desde el incendio de pozos petroleros, plantones en Reforma, bloqueo de carreteras, secuestro de camiones, asedio a edificios públicos, agresiones a funcionarios y un largo etcétera. Nada ha cambiado, las cosas se toman a la fuerza, no por la razón.
Mario Delgado, arribista dirigente de Morena, apadrinado por el canciller y sin mucha trayectoria política o como líder social, ha tomado muy en serio su papel de golpeador, de porro y se lanza contra el INE, claro dice que no van sobre la institución, sino por los consejeros. Es curioso que quien emana de un partido polarizado, cuestionado por sus decisiones cupulares, manipulado desde Palacio Nacional, sin autonomía, con opacidad en la elección -imposición-, de sus candidatos cuestione a una institución ciudadana que ha demostrado neutralidad y legalidad.
Ojalá el INE resista el embate y no ceda a las presiones de los chantajistas profesionales. La democracia se lo agradecerá.